El doble rasero de la pol¨ªtica exterior europea
La UE apoy¨® con entusiasmo la solicitud de una orden de arresto contra Putin, pero no la acepta cuando la orden afecta a un aliado
En una visita a Oxford hace unas semanas, Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad, hizo un comentario revelador. Dijo que ¡°la diplomacia es el arte de gestionar el doble rasero¡±. Nada ha puesto m¨¢s brutalmente de manifiesto el doble rasero de Europa que la decisi¨®n de Karim Khan,...
En una visita a Oxford hace unas semanas, Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad, hizo un comentario revelador. Dijo que ¡°la diplomacia es el arte de gestionar el doble rasero¡±. Nada ha puesto m¨¢s brutalmente de manifiesto el doble rasero de Europa que la decisi¨®n de Karim Khan, fiscal del Tribunal Penal Internacional (TPI), de solicitar una orden de detenci¨®n contra Benjam¨ªn Netanyahu, primer ministro israel¨ª, y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, junto con tres dirigentes de Ham¨¢s.
La hipocres¨ªa de Europa radica en el hecho de que apoy¨® con entusiasmo la decisi¨®n de Khan de solicitar una orden de arresto contra Vlad¨ªmir Putin el a?o pasado, pero no la acepta cuando la orden afecta a un miembro del equipo. Khan sab¨ªa que iba a haber una reacci¨®n en su contra. Advirti¨® a los Estados miembros del TPI que trataran la decisi¨®n del tribunal con la misma seriedad con la que lo han hecho en otros casos. Se refer¨ªa a Putin.
Los jueces del TPI todav¨ªa tienen que aprobar la solicitud de Khan. No veo ninguna raz¨®n por la que deban rechazarla, a menos que la investigaci¨®n en el informe de Khan contenga alg¨²n fallo evidente. Es casi seguro que los jueces no ceder¨¢n a la presi¨®n pol¨ªtica. ?Por qu¨¦ deber¨ªa el TPI sentirse intimidado por Estados Unidos, que nunca ratific¨® los estatutos fundacionales de este Tribunal, acordados en 1998?
Por tanto, doy por sentado que la orden de arresto seguir¨¢ adelante. Para Netanyahu esto significar¨ªa no volver a visitar Europa, nunca m¨¢s. Tampoco visitas de Estado. Como jefe de Gobierno, goza de inmunidad diplom¨¢tica, pero esta no le protege frente a una orden de arresto del TPI. Si Netanyahu decidiera visitar un lugar del Holocausto en Alemania, la polic¨ªa alemana se ver¨ªa obligada a detenerlo y entregarlo al TPI. De todas las pesadillas diplom¨¢ticas imaginables para el pa¨ªs germano, esta ser¨ªa una de las peores.
Una orden de arresto contra Netanyahu tendr¨ªa todo tipo de repercusiones graves para los europeos. Si Netanyahu fuera declarado culpable, ?en qu¨¦ situaci¨®n quedar¨ªan los pa¨ªses de Europa que le han suministrado armas? No creo que los dirigentes de la UE corran el peligro de ser sometidos a un juicio por cr¨ªmenes de guerra, pero podr¨ªan enfrentarse a riesgos en virtud de sus propias leyes.
Una orden de arresto tambi¨¦n aumentar¨ªa las divisiones dentro de la UE. Europa est¨¢ dividida entre los partidarios incondicionales de Israel, como Alemania, y los que est¨¢n m¨¢s cerca de los palestinos. Espa?a ha reconocido el Estado palestino, al igual que han hecho Irlanda y Noruega. El presidente del Gobierno espa?ol, Pedro S¨¢nchez, dijo hace unos d¨ªas, antes de la decisi¨®n del fiscal del TPI, que la UE deb¨ªa insistir en el respeto al derecho internacional, tanto por parte de Rusia como de Israel. La orden tambi¨¦n podr¨ªa aumentar el abismo entre la UE y Estados Unidos si este ¨²ltimo ampl¨ªa su apoyo a Israel, por ejemplo, oponi¨¦ndose a una soluci¨®n de dos Estados.
Hay 124 pa¨ªses que han ratificado los estatutos del TPI. Estados Unidos, Israel, Rusia y China no se encuentran entre ellos. Todos los pa¨ªses de la UE y el Reino Unido, s¨ª lo han hecho. Netanyahu est¨¢ a salvo en Israel, al igual que Putin lo est¨¢ en Rusia. El TPI no tiene jurisdicci¨®n en ninguno de los dos pa¨ªses.
Por lo tanto, es poco probable que Putin ¡ªo Netanyahu¡ª comparezcan alguna vez ante el TPI en La Haya. Pero la orden afecta a su movilidad. El pasado agosto, los BRICS ¡ªBrasil, Rusia, India, China y Sud¨¢frica¡ª celebraron una cumbre en Sud¨¢frica. En un principio, Putin ten¨ªa previsto asistir en persona, pero Pretoria no pod¨ªa librarse de la obligaci¨®n legal de ordenar su detenci¨®n a su llegada. Al final, la soluci¨®n a la que llegaron es que Putin asistiera solo por videoconferencia. El dirigente ruso puede viajar libremente a China, otro pa¨ªs no signatario del TPI, pero a escala mundial, su libertad de movimientos est¨¢ restringida a los pa¨ªses que no han firmado o ratificado los estatutos del TPI. Lo mismo ocurrir¨¢ con Netanyahu. Puede visitar Estados Unidos ¡ªo Rusia, si quiere¡ª y rezar para que su avi¨®n no se vea obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en un Estado miembro del Tribunal.
En estos momentos, los europeos siguen sin cre¨¦rselo. Los medios de comunicaci¨®n alemanes tuvieron verdaderos problemas para dar la noticia. Algunos la colocaron muy abajo en sus p¨¢ginas web, por debajo incluso de las ¨²ltimas dificultades del Bayern de M¨²nich. Karl Nehammer, el canciller austriaco, hizo una declaraci¨®n en la que afirmaba que ¡°respetamos plenamente la independencia del TPI¡±, pero la matizaba a?adiendo que era incomprensible que el tribunal persiguiera al mismo tiempo a los dirigentes de Israel y a los de Ham¨¢s. En pol¨ªtica, la comprensi¨®n es importante, o en el caso de Nehammer, la falta de ella. Al derecho internacional le da igual que uno lo entienda o no.
A m¨ª tambi¨¦n me preocupan las acciones del TPI, pero por motivos diferentes. Las ¨®rdenes de arresto a?aden una capa adicional de complejidad a la ya de por s¨ª endiabladamente dif¨ªcil tarea de encontrar soluciones diplom¨¢ticas para poner fin a las guerras. Por ejemplo, si alguna vez se llega a un acuerdo entre Rusia y Ucrania, casi con toda seguridad incluir¨¢ el levantamiento de las sanciones. Puede implicar el reconocimiento de facto, pero no de iure, de Crimea como territorio ruso y quiz¨¢ tambi¨¦n de algunos territorios del este de Ucrania. Pero ninguna diplomacia puede conceder a Putin, o a Netanyahu, inmunidad bajo el derecho internacional. Mientras permanezcan en el poder, correr¨¢n el peligro de ser detenidos. S¨¦ que esto es una caracter¨ªstica, no un error del sistema. Pero tiene un coste.
Para empezar, cualquier negociaci¨®n tendr¨ªa que tener lugar en su territorio o en el de otro pa¨ªs no signatario del TPI. La orden de detenci¨®n constituye la prohibici¨®n definitiva de viajar. Tal vez el mayor inconveniente sea que reduce los incentivos para que los caudillos militares imputados busquen un acuerdo. Una de las consecuencias no deseadas podr¨ªa ser una guerra m¨¢s larga y m¨¢s cr¨ªmenes de guerra. La raz¨®n por la que nos encontramos en esta situaci¨®n es que el TPI act¨²a hoy en d¨ªa en tiempo real, mientras las guerras siguen haciendo estragos.
Por ahora, creo que la mejor oportunidad para que los europeos salgan de este embrollo es reconocer la hipocres¨ªa, como hizo Borrell, y elegir entre dos l¨ªneas de actuaci¨®n opuestas. Una es seguir apoyando el multilateralismo y la moderaci¨®n, y la primac¨ªa del derecho internacional. En ese caso, la UE tendr¨ªa que aplicar a Ucrania las mismas normas que a Israel, y aceptar que la decisi¨®n le corresponde al tribunal.
La alternativa es intentar convertirse en una potencia geopol¨ªtica por derecho propio que anteponga sus intereses a los de los dem¨¢s. No es casualidad que Estados Unidos, China y Rusia se hayan negado a firmar o ratificar los estatutos de Roma del TPI. Yo sol¨ªa abogar por la v¨ªa geopol¨ªtica, pero no veo suficiente voluntad pol¨ªtica ni unidad en la UE. Para empezar, har¨ªa falta un cambio de tratado: una uni¨®n pol¨ªtica con votaci¨®n por mayor¨ªa en pol¨ªtica exterior, mucho m¨¢s gasto en defensa, la integraci¨®n de los contratos de defensa en el mercado ¨²nico y la confianza necesaria para decir no a Estados Unidos. Una UE geopol¨ªtica tendr¨ªa asociaciones estrat¨¦gicas, pero no se definir¨ªa a trav¨¦s de ellas.
Estos dos planteamientos de la integraci¨®n europea son incompatibles. El dilema de Europa es que quiere las dos cosas.
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