Las camas
Ahora que empieza el verano, con baile de term¨®metros y cambios de temperatura, el lecho se llena tambi¨¦n de conflictos humildes en la vida cotidiana
Como la vida lo mezcla todo, los lugares m¨¢s importantes son tambi¨¦n los lugares del conflicto. Pensemos en la cama, el reino de los peores sue?os y los mejores naufragios, emplazamiento de la agitaci¨®n y el descanso, el amor y la enfermedad. Pero nunca conviene estancarse en los extremos. Ahora que empieza el verano, con baile de term¨®metros y cambios de temperatura, la cama se llena tambi¨¦n de conflictos humildes en las situaciones de la vida cotidiana. Una vez desaparecidas las mantas, quedan las negociacion...
Como la vida lo mezcla todo, los lugares m¨¢s importantes son tambi¨¦n los lugares del conflicto. Pensemos en la cama, el reino de los peores sue?os y los mejores naufragios, emplazamiento de la agitaci¨®n y el descanso, el amor y la enfermedad. Pero nunca conviene estancarse en los extremos. Ahora que empieza el verano, con baile de term¨®metros y cambios de temperatura, la cama se llena tambi¨¦n de conflictos humildes en las situaciones de la vida cotidiana. Una vez desaparecidas las mantas, quedan las negociaciones con el cobertor, la colcha o la cobija. Hay noches en las que el cuerpo se siente fr¨ªo en la hermosa soledad de las s¨¢banas y noches en las que un cubrecamas se convierte en una molestia que no permite negociar con el bienestar de nuestro desnudo.
Debemos tener cuidado a la hora de hacernos la cama. Porque desatender las realidades del cobertor puede resultar una imprudencia, pero quedarse en las discusiones exteriores, olvid¨¢ndonos de la realidad de carne y hueso, la que afecta a la piel de la vida, puede resultar m¨¢s peligroso. Conviene saber abrigarse a tiempo y tambi¨¦n aprender a quedarse desnudo. Y conviene tomar decisiones acertadas en los cambios de temperatura, buscar abrigo, pero sin que los edredones del mundo nos confundan y nos hagan olvidar lo que sucede debajo de ellos, la intimidad en la que habitamos con nuestros sue?os de cada d¨ªa. Si malo es el fr¨ªo que nos aleja, muy malo es el calor que nos envuelve para confundir la respiraci¨®n con un infierno. Lo podemos comprobar en la ira medi¨¢tica que nos llena de noticias escandalosas, denuncias y debates ardientes. As¨ª no se puede descansar.
Creo que junio es un buen mes para olvidarnos de los cobertores y recuperar la cercan¨ªa con nuestros cuerpos desnudos y nuestros pijamas. La piel es un lugar imprescindible para pensar en el amor, o en los cuidados, al margen del ruido diarios que nos cae en forma de edred¨®n.