Con un solo caballo, vaya carrera
Si los dem¨®cratas no son capaces de reaccionar, los electores deber¨¢n elegir entre un presidente decente pero decr¨¦pito y un delincuente convicto, amoral y lun¨¢tico
Eso ya no es una campa?a electoral. El deterioro f¨ªsico y mental de Joe Biden ha quedado expuesto a la vista de todos en el primer debate. Ning¨²n m¨¦rito corresponde a Donald Trump ni a sus previsibles pero cada vez m¨¢s monstruosas mentiras. El actual presidente fue hundi¨¦ndose por s¨ª solo y nada tuvo que hacer su rival, ese criminal convicto que confunde adrede el aborto con el infanticidio.
No es un accidente ni un fallo que permita alg¨²n milagroso remedio, como la s¨²bita resurrecci¨®n ensayada al d¨ªa siguiente. El desgaste de la edad hace de Biden un presidente incapaz de enfrentarse a sus responsabilidades actuales y todav¨ªa menos a las que pudiera asumir durante un segundo mandato, que no est¨¢ en condiciones de obtener ni de protagonizar. Le incapacita incluso para lo que pueda quedar de su campa?a agonizante, para aceptar la nominaci¨®n de la Convenci¨®n Dem¨®crata en agosto y en especial para el segundo debate en setiembre al que probablemente llegar¨ªa en condiciones peores a las ahora exhibidas.
La edad le ha convertido en motivo de divisi¨®n en el campo dem¨®crata, no tan solo por la derrota que le acecha personalmente, sino por el lastre que representa para el entero partido de cara a la jornada electoral de noviembre, en la que se eligen la entera C¨¢mara de Representantes, un tercio del Senado y numerosos cargos y c¨¢maras de los estados federados. Dificulta la recaudaci¨®n de fondos y desanima a los votantes, a los dem¨®cratas y m¨¢s all¨¢, a los indecisos, los independientes o los republicanos fieles al ideario liberal-conservador y hostiles al trumpismo. Tambi¨¦n se alejan de sus pretensiones los swing States, esos territorios electorales cambiantes donde Trump venci¨® a Hillary Clinton.
Todo lo que pod¨ªa ir mal ha ido peor. Trump se ha escapado vivo, a pesar de sus desmanes y delitos, hasta hacerse con el partido republicano, mientras la suma de edad y obcecaci¨®n castiga a Biden hasta amenazar el balance de su carrera pol¨ªtica justo en su hora final. Si los dem¨®cratas no son capaces de reaccionar, los electores deber¨¢n elegir entre un presidente decente pero decr¨¦pito y un delincuente convicto, amoral y lun¨¢tico, tan ca¨®tico como presidente como peligroso para el orden internacional. P¨¦simo para el sistema pol¨ªtico y electoral de Estados Unidos, su liderazgo mundial y el prestigio de su democracia y ¨®ptimo para Vladimir Putin, Xi Jinping, Viktor Orban o Benjamin Netanyahu y sus numerosos amigos y admiradores de las extremas derechas europeas y latinoamericanas.
?Quedan m¨¢rgenes para evitar el cataclismo? Los republicanos no pudieron con Trump y ahora habr¨¢ que ver si los dem¨®cratas pueden con Biden y saben reaccionar al hundimiento de su campa?a o se dejan arrastrar al despe?adero. Si el ¨²nico que cabalga sin obst¨¢culos ni rivales hacia la meta es ese caballo loco, negro y desbocado, la democracia tal como la hemos conocido puede darse por despedida al menos para una larga temporada.