La noche en que la desgracia de Biden puso de acuerdo a CNN y Fox News
El pobre desempe?o del presidente en un debate en el que se le vio perdido deja paso a las voces dem¨®cratas que piden un recambio urgente antes de las elecciones
A veces, una sola frase define los 90 minutos de un debate presidencial. La que quedar¨¢ para el recuerdo del celebrado este jueves en Atlanta entre Joe Biden y Donald Trump, podr¨ªa marcar ¨¦poca como la m¨¢s inconexa y menos redonda de la historia de los cara a cara electorales de Estados Unidos.
La pronunci¨® Biden al principio: ¡°Podremos ayudar a asegurar todas esas cosas que necesitamos hacer, cuidado de ni?os, cuidado de ancianos, asegur¨¢ndonos de continuar fortaleciendo nuestro sistema de atenci¨®n m¨¦dica, asegur¨¢ndonos de que podamos hacer que cada persona sea elegible para lo que... He podido con el Covid, disculpen, lidiando con todo lo que tiene que ver con¡. ¡°, dijo el presidente de Estados Unidos antes de perder el hilo y quedarse congelado durante varios segundos. ¡°Finalmente vencimos a Medicare¡±, continu¨® Biden, a sus 81 a?os, el inquilino m¨¢s viejo de la Casa Blanca en la historia de Estados Unidos.
El momento no fue agradable de ver en directo. Y seguir¨¢ sin serlo las millones de veces que se consuma ese trozo aislado del debate en las redes sociales en los pr¨®ximos d¨ªas. Fue la temprana prueba de que a Biden, que hab¨ªa llegado despu¨¦s una semana prepar¨¢ndose para la gran ocasi¨®n, le esperaba una de las noches m¨¢s duras de su carrera pol¨ªtica. A partir de ese momento, casi se pod¨ªa escuchar a sus asesores pidiendo la hora: el problema es que a¨²n quedaban 80 minutos de debate.
Trump, envalentonado cuando al rato su rival perdi¨® de nuevo el hilo, dijo casi en un acto reflejo que no hab¨ªa entendido lo que acababa de o¨ªr, cuando aquel hablaba sobre migraci¨®n. ¡°Creo que ni ¨¦l mismo lo sabe¡±, a?adi¨®.
La pantalla partida de la retransmisi¨®n televisiva de la CNN no ayud¨® tampoco a la imagen de un presidente sobre cuyas capacidades mentales tienen dudas los votantes debido a su avanzada edad. Y el formato, sin p¨²blico, lo que daba al cara a cara un aire entre irreal y asc¨¦tico, tampoco jug¨® a su favor.
La cadena de televisi¨®n por cable, siguiendo parad¨®jicamente los deseos de la campa?a de Biden, se esforz¨® tanto por higienizar la conversaci¨®n entre ambos con un mont¨®n de reglas que al final qued¨® un producto televisivo sin insultos m¨¢s all¨¢ de las descalificaciones personales que ambos se cruzaron, pero tambi¨¦n demasiado insulso, con dos presentadores, vestidos teatralmente de blanco (Dana Bash) y negro (Jake Tapper), que se contagiaron de la falta de tensi¨®n de la conversaci¨®n que estaban moderando.
Sin apret¨®n de manos
Los productores hab¨ªan colocado los dos atriles m¨¢s cerca que nunca el uno del otro, pero los candidatos prefirieron no darse la mano. Y si bien Biden echaba miradas incr¨¦dulas a Trump, este evit¨® con calculado desd¨¦n y durante casi todo el debate cualquier contacto visual con su contrincante.
Otra de las reglas impuestas por los organizadores de la cita fue que tuviera dos descansos y que los oradores no contaran con apuntes ni mantuvieran conversaciones con sus ayudantes. Esas pausas eran, como dictan las normas de la televisi¨®n, para permitir la entrada de los anuncios, aunque alg¨²n comentarista no pudo evitar llamarlas ¡°descansos para ir al ba?o¡±, teniendo en cuenta que las edades sumadas de los dos candidatos suman tantos a?os como las dos terceras partes de la historia de la rep¨²blica estadounidense.
A la altura de la primera de esas pausas, los analistas ya se hab¨ªan lanzado a llamar por su nombre a lo que estaba pasando con Biden (¡±doloroso de contemplar¡±, titul¨® The Washington Post) y en la conservadora Fox News, la cadena archienemiga de la CNN ¡ªque retransmiti¨® la se?al cedida por esta pese a lo que debi¨® de disgustarles enfocar a todos y cada uno de los logos que poblaban el escenario¡ª ya empezaban a celebrar el triunfo de su candidato. Una vez hubo terminado el cara a cara, sucedi¨® lo impensable: los r¨®tulos de ambas cadenas, que normalmente cuentan historias diametralmente opuestas a partir de una misma realidad, luc¨ªan un mensaje similar y hasta un sustantivo compartido: ¡°p¨¢nico¡±.
No solo fueron ellos: para cuando llegaron las primeras encuestas (la de la CNN dio un triunfo a Trump con un 67% de los consultados), ¡°p¨¢nico¡± ya se hab¨ªa convertido en la palabra m¨¢s repetida de la noche para hablar del estupor en el que quedaron sumidos los dem¨®cratas tras contemplar el desempe?o de Biden.
La vicepresidenta Kamala Harris, primera en la l¨ªnea de la sucesi¨®n presidencial, dio al filo de la medianoche una entrevista en la que vino a decir que una mala noche la tiene cualquiera. Pero era demasiado tarde, y ya muchos en su partido se atrev¨ªan a transgredir el tab¨² y pedir el cambio de su capit¨¢n por lesi¨®n antes de que sea imposible remontar un partido que, a poco m¨¢s de cuatro meses de las elecciones, casi todos (tambi¨¦n la mayor¨ªa de las encuestas en los Estados decisivos) dan por perdido.
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