El mundo infinito de las fotos. ?Vanidad o algo m¨¢s?
Ya somos fot¨®grafos. Mejores o peores, pero pronto hasta los gatos har¨¢n fotos. Y las m¨¢quinas fotogr¨¢ficas de un d¨ªa se quedar¨¢n para los museos
No soy matem¨¢tico, pero me imagino que ya no existe forma de calcular el n¨²mero de fotos disparadas cada segundo en el planeta. ?Trillones? Ese infinito n¨²mero de selfis que reposan en la nube han sido y estudiados hasta por los psicoanalistas. ?Vanidad? ?Deseo de sobrevivencia? ?Por qu¨¦ todos sonre¨ªmos en ellas? ?Deseos ocultos de felicidad? Preguntas sin respuesta.
Cuando en 2008 la editorial Aguilar public¨® en Madrid mi libro Proyecto esperanza, un cap¨ªtulo del libro era: ¡°Ma?ana todos seremos fot¨®grafos¡±. Ya lo somos. Mejores o peores, pero pronto hasta los gatos har¨¢n fotos. Y las m¨¢quinas fotogr¨¢ficas de un d¨ªa se quedar¨¢n para los museos.
A pesar sin embargo de las cr¨ªticas hechas a veces a esa exuberancia de trillones de fotos que pronto ni habr¨¢ espacio en la nube para ellas, tengo que confesar que existe oculto algo que alg¨²n nuevo Freud podr¨ªa explicar, ya que tiene a que ver con el inconsciente, con la vida y la muerte. Conservo una foto de papel ya amarillo de cuando tenia tres a?os comi¨¦ndome con cara de felicidad un pedazo de pan seco. Eran los tiempos de la guerra civil de Espa?a cuando los ni?os, casi todos, pas¨¢bamos hambre.
No se si la nube nos devolver¨¢ un ma?ana fotos de hoy o si los ni?os, m¨¢s fotografiados que en toda la historia, tendr¨¢n de adultos una como la m¨ªa del pan. La nube se las traga todas y a lo mejor hasta se las come. Todo ello para decir que a pesar de todas las cr¨ªticas a ese r¨ªo de fotos que se disparan cada segundo en el planeta no siempre son vanidad. Son algo m¨¢s dif¨ªcil de definir.
Hace s¨®lo unos d¨ªas, mi colega Lorena Arroyo, una de esas colegas siempre alegre pero que no conozco personalmente, me mand¨® una foto de grupo con este mensaje: ¡°Querido Juan, estoy en Tepotzl¨¢n de M¨¦xico en la boda de unos compa?eros de la redacci¨®n: Almudena Barrag¨¢n y El¨ªas Camhaji¡±. Todos j¨®venes, todos felices. No conozco personalmente a ninguno, pero me sent¨ª con verg¨¹enza cuando critico la inundaci¨®n de fotos que aqueja al mundo. No s¨¦ por qu¨¦ pero aquel detalle de la colega Lorena me hizo pensar que muchas veces nos quedamos pegados a los estereotipos y quiz¨¢s ese deseo de perpetuarse en las fotos sea algo m¨¢s que pura vanidad. ?Qu¨¦ entonces? Preg¨²ntelo a los psicoanalistas.
Quiz¨¢s s¨ª sea cierto que existe en todos nosotros un deseo sin nombre, no tan oculto, pero real, no s¨®lo de perpetuarnos, de quedarnos para quienes vendr¨¢n detr¨¢s de nosotros, sino tambi¨¦n de un vac¨ªo de compartir la vida, de querer darnos, de miedo a la soledad, de una forma de no desaparecer para siempre. ?Infantil? Quiz¨¢s, pero ese ni?o que todos llevamos dentro, ese ¨¢ngel invisible al que rez¨¢bamos de peque?os, que evoca la paz y que arroja los demonios de la discordia, de los desgarrones del alma, sigue escondido en los pliegues de nuestro inconsciente, de nuestro deseo de compartir, de no ser olvidados.
Si ello es verdad, llev¨¢bamos raz¨®n cuando vener¨¢bamos en la redacci¨®n del peri¨®dico al equipo de fot¨®grafos profesionales con sus m¨¢quinas que impon¨ªan respeto y dec¨ªamos que a veces ¡°una foto vale m¨¢s que mil palabras¡±. Lo val¨ªa, sin duda, aquella del colega de este diario que en plena selva brasile?a capt¨® a un pirata que estaba escondido cortando ¨¢rboles con una sierra mec¨¢nica y que llevaba una camiseta, con letras may¨²sculas que dec¨ªa, ?terrible iron¨ªa! : ¡°ECOLOGIA¡±. La foto de mi colega dec¨ªa mil veces m¨¢s y mejor que todo mi reportaje.
Quiz¨¢s sea por la importancia de una buena ilustraci¨®n que en la informaci¨®n o an¨¢lisis de este peri¨®dico se de tanto relieve a las ilustraciones gr¨¢ficas. He escuchado comentar a algunos lectores, amigos m¨ªos, decir de dichas ilustraciones que son a veces m¨¢s elocuentes que el mismo art¨ªculo. Quiz¨¢s por eso a los ni?os, por instinto les gusten tanto los libros ilustrados y pintar, lo que sea, con muchos colores. Y hoy tambi¨¦n ellos nacen ya fot¨®grafos. Y escuchar y analizar el inconsciente de un ni?o fue y ser¨¢ siempre una clase de sabidur¨ªa.
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