As¨ª va el mundo
Cuando te ofrezcan una corona de laurel sin dotaci¨®n econ¨®mica, diles que te resulta imposible acudir al acto de entrega. Si aceptan enviarte la corona por correo, se trata de un premio de verdad
Me llamaron de una instituci¨®n para comunicarme que me hab¨ªan concedido un premio cuya entrega se llevar¨ªa a cabo tal d¨ªa a tal hora. Les dije que me resultar¨ªa imposible recogerlo y me lo quitaron. Todo en el plazo de un par de minutos. Te coronan y te descoronan casi en el mismo acto. La persona que me dio la noticia minti¨®, ya que el galard¨®n estaba condicionado a mi presencia, y yo le ment¨ª a ella al decirle que no pod¨ªa acudir por problemas de agenda. Querido escritor, querido pintor, querido arquitecto, querido artista en general, cuando te ofrezcan una corona de laurel sin dotaci¨®n econ¨®mica, diles que te resulta imposible acudir al acto de entrega. Si aceptan enviarte la corona por correo, se trata de un premio de verdad. Decide entonces si aceptarlo o no.
Lo que acabo de relatar es una pr¨¢ctica habitual a la que prestamos poca atenci¨®n porque forma parte de las reglas del juego: venimos de ah¨ª, de El lazarillo de Tormes. Somos, en fin, un poco p¨ªcaros. ?Estas miserias acaban dando forma a una cultura? Ni idea, pero me pregunto si a los premiados con el Nobel se les exige presentarse en Suecia el d¨ªa de autos. Desconozco el grado de astucia de los suecos, pero digo yo que, si has descubierto el remedio contra el Alzh¨¦imer, deber¨ªan premiarte acudas o no a la ceremonia. En caso contrario, no gratificar¨ªan al mejor investigador, sino al m¨¢s dispuesto a viajar. En mi gremio, el de los escritores, recibimos muchas invitaciones para hacerlo. Cuando preguntas por los honorarios, se quedan un poco de piedra.
¡ª?Joder, que vas a gastos pagados!, ?qu¨¦ m¨¢s quieres?
La vanidad es un producto de consumo muy preciado. Escuchas la palabra ¡°premio¡± y el ego se te inflama antes de escuchar las condiciones. Luego, una vez atendidas, y por humillantes que resulten, no es f¨¢cil asumir que te han timado con un tocomocho cubierto de respetabilidad institucional. As¨ª va el mundo, qu¨¦ le vamos a hacer.
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