La independencia espacial de Europa
El lanzamiento exitoso del Ariane 6 permite desarrollar una pol¨ªtica estrat¨¦gica al margen de la tecnolog¨ªa rusa y de empresas de terceros pa¨ªses
Europa dio hace una semana un paso importante hacia su independencia espacial. El exitoso lanzamiento del colosal cohete Ariane 6, tan alto como un edificio de 18 plantas y con un peso de m¨¢s de 500 toneladas, marc¨® un hito significativo: no es solo un avance tecnol¨®gico, es un s¨ªmbolo de autonom¨ªa. El artefacto, que representa el esfuerzo conjunto de 13 pa¨ªses europeos liderados por Francia (aporta el 55,6% de los recursos del cohete; Espa?a, el 4,7%), logr¨® cumplir sus objetivos tras alcanzar una ¨®rbita circular a casi 600 kil¨®metros de altitud, en un vuelo inaugural de casi tres horas. De este modo, Europa cuenta de nuevo con un lanzador pesado, un ascensor propio que le permite acceder al espacio sin depender de empresas privadas, como SpaceX, o de otros pa¨ªses.
Durante a?os, Europa ha necesitado los cohetes rusos Soyuz y, m¨¢s recientemente, de los Falcon 9 de SpaceX para lanzar sus sat¨¦lites. La invasi¨®n de Ucrania y sus consecuencias tambi¨¦n llegaron al espacio, tras la ruptura de relaciones con Roscosmos (la corporaci¨®n espacial de Mosc¨²), que acentuaron la necesidad de un lanzador propio. Un buen n¨²mero de misiones que ten¨ªa planeadas la Agencia Espacial Europea (ESA) se tuvieron que posponer o replantear: se hac¨ªa dolorosamente obvio que la dependencia de Rusia hab¨ªa metido en un callej¨®n sin salida al Viejo Continente.
Pero la debilidad espacial europea ven¨ªa de mucho antes. El director general de la ESA, el austriaco Josef Aschbacher, advert¨ªa en una reciente cumbre de la agencia en Sevilla de que Europa hab¨ªa perdido el tren de la econom¨ªa espacial hace dos d¨¦cadas y que ya hab¨ªa llegado el momento de ponerse al d¨ªa. El mundo se ha embarcado en una nueva carrera espacial, liderada por EE UU y China, con actores pujantes como la India, y numerosas empresas privadas revolucionando la forma en la que se viaja m¨¢s all¨¢ del planeta Tierra. La industria europea debe desempe?ar un papel en esa carrera liderando, por ejemplo, los servicios de carga espacial hacia la Luna, ahora que se ha recuperado el inter¨¦s comercial y geoestrat¨¦gico por el sat¨¦lite.
Con el despegue del Ariane 6 desde el puerto espacial de Kourou en la Guayana Francesa, Europa ha concluido un camino que no ha sido f¨¢cil. La historia del cohete ha estado marcada por retrasos y sobrecostes, con un presupuesto que ha alcanzado casi los 4.000 millones de euros. Adem¨¢s, se trata de un artefacto de la vieja escuela, ya que no es reutilizable como las pujantes naves de SpaceX. Aun as¨ª, ya ha captado la atenci¨®n de grandes clientes, con 30 lanzamientos ya contratados, como los sat¨¦lites que desplegar¨¢ Amazon. Europa debe demostrar ahora su capacidad para mantener una cadencia de lanzamientos eficiente y econ¨®micamente viable. El objetivo es llegar a una decena de lanzamientos anuales, lo cual es esencial para consolidar la posici¨®n del Ariane 6 en el mercado y garantizar la independencia espacial del continente.