La China que viene: urbanizar, innovar, centralizar
Las reuniones econ¨®micas de los l¨ªderes del Partido Comunista no logran disipar la impresi¨®n de que las reformas de Xi Jinping se quedan cortas
Cuatro d¨ªas de reuniones de alto nivel (entre el 15 y el 18 de julio) entre los l¨ªderes del Partido Comunista Chino terminaron con una lectura desconcertantemente vaga del encuentro. El esperado tercer Plenario de China finalmente concluy¨® sin lograr disipar la impresi¨®n general de que las reformas relevantes han brillado por su ausencia.
Al ser la tercera vez que se convocaba este tipo de plenario quinquenal bajo el mando del presidente Xi Jinping, las expectativas eran altas, puesto que se entend¨ªa que el primer pleno (en noviembre de 2013) lleg¨® demasiado cerca del nombramiento de Xi, ocho meses antes. El segundo Plenario, celebrado en 2018, acord¨® ni m¨¢s ni menos que eliminar los l¨ªmites constitucionales a la reelecci¨®n tras un segundo mandato, limites que impuso Deng Xiaoping y que hab¨ªan sido respetados por sus sucesores hasta ese momento. De ah¨ª que, con un Xi todopoderoso y tras dejar definitivamente atr¨¢s las secuelas de la covid, se esperara que en este Tercer Plenario ¡ªque marca los objetivos hasta 2029, fecha que coincide con el 80? aniversario de la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular China¡ª se anunciaran reformas importantes para reducir los desequilibrios de la econom¨ªa china y aumentar su crecimiento potencial, que se ha ido reduciendo a marchas forzadas en los ¨²ltimos a?os.
La realidad ha quedado, sin embargo, muy por debajo de las expectativas. El comunicado del plenario se centr¨® en los crecientes riesgos del entorno externo, sin ignorar los problemas internos, como el agonizante sector inmobiliario y el enorme d¨¦ficit fiscal de los gobiernos locales, as¨ª como el riesgo sist¨¦mico del sistema financiero chino. Ante esto, tres medidas se pueden destacar del comunicado: en primer lugar, una conversi¨®n m¨¢s r¨¢pida de terrenos rurales en urbanos para acelerar el proceso de urbanizaci¨®n; en segundo lugar, una mayor centralizaci¨®n del gasto p¨²blico y, en tercer lugar, un a¨²n mayor empuje de la innovaci¨®n y de la pol¨ªtica industrial para aumentar el valor a?adido de la producci¨®n industrial china.
Si analizamos la primera ¨¢rea de reforma, una aceleraci¨®n de la urbanizaci¨®n deber¨ªa crear necesidades adicionales de infraestructura y vivienda, aligerando la presi¨®n en estos dos sectores tras a?os de dificultades. En cuanto a la reforma fiscal, el objetivo es centralizar m¨¢s el gasto, puesto que los gobiernos locales han perdido una buena parte de sus ingresos al no poder vender terrenos ante la debacle en que se encuentra sumido el sector inmobiliario. Dicha centralizaci¨®n, por otro lado, probablemente desincentive la competencia entre gobiernos locales para atraer inversiones o por realizar una pol¨ªtica industrial m¨¢s exitosa ¡ªelementos fundamentales del modelo econ¨®mico chino¡ª lo que acarrear¨¢ consecuencias negativas para la innovaci¨®n y el crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs. Por mucho que el Plenario insista en el empuje a la innovaci¨®n, lo cierto es que Xi Jinping lleva ya m¨¢s de un a?o impulsando el concepto de las Nuevas Fuerzas Productivas como motor de crecimiento y, con ello, el aumento de la capacidad industrial del pa¨ªs en sectores de alta tecnolog¨ªa, para lo que la movilizaci¨®n del talento emerge como uno de los puntos clave. Aunque no resulte novedoso, s¨ª conviene entenderlo correctamente, porque ello supone que China no va a cambiar la direcci¨®n de su modelo econ¨®mico y va a seguir produciendo m¨¢s bienes de los que consume. Con lo que conlleva para el resto del mundo en t¨¦rminos de competencia exportadora, pero tambi¨¦n de sobrecapacidad, empujando los precios de los productos manufacturados a la baja. Aunque parezca dif¨ªcil entender qu¨¦ consigue China de todo esto, no podemos olvidar que para Xi Jinping reducir la dependencia tecnol¨®gica china de Estados Unidos es un objetivo capital.
A la espera de los detalles sobre las reformas a implementar a partir de este Tercer Plenario, que llegar¨¢n en unos d¨ªas, parece dif¨ªcil que el plan cumpla con sus objetivos por diversos motivos. En primer lugar, ninguno de los tres ¨¢mbitos de medidas parece centrarse en mejorar las percepciones de los consumidores y los inversores. Sin ellos, los chinos seguir¨¢n apostando por ahorrar en lugar de consumir m¨¢s al tiempo que su producci¨®n aumenta. Con mercados externos que se van cerrando a las exportaciones chinas, como consecuencia del creciente proteccionismo, los inventarios no har¨¢n m¨¢s que aumentar, y, con ellos, las presiones deflacionistas. Por ¨²ltimo, las medidas anunciadas no parecen orientarse a revertir la reducci¨®n del peso del sector privado en la econom¨ªa china despu¨¦s de haber sido vapuleado por restricciones administrativas de todo tipo. Considerando que este es el sector m¨¢s productivo de la econom¨ªa china, parece dif¨ªcil esperar que la desaceleraci¨®n econ¨®mica en la que se encuentra China acabe revirti¨¦ndose. A estas alturas cabe la duda sobre cu¨¢l es el objetivo final de Xi Jinping: si impulsar la econom¨ªa o simplemente arrebatar el liderazgo a Estados Unidos.
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