Microsoft: mira lo que me has hecho hacer
La crisis de las pantallas azules no debe hacernos caer en la trampa de la centralizaci¨®n que nos piden las grandes empresas sino todo lo contrario
La seguridad es un asunto delicado en la Red. Si tardas demasiado en actualizar un sistema, los agujeros que intentas tapar podr¨ªan ser descubiertos y explotados por actores maliciosos. Si actualizas demasiado r¨¢pido o de manera autom¨¢tica, te arriesgas a cometer errores por haberte saltado protocolos. En entornos como Microsoft y Crowdstrike, la apuesta es mucho m¨¢s grande, debido a su tama?o, su poder y su opacidad. Tanto los ataques como los errores se propagan como un hongo venenoso por los hom¨®geneos campos del software de sus centros de datos, afectando empresas, aeropuertos, hospitales y otras infraestructuras cr¨ªticas, que quedan indefensas e impotentes frente a la crisis.
Cuando una actualizaci¨®n autom¨¢tica del software de seguridad de Crowdstrike para la ¡°detecci¨®n y respuesta de intrusiones¡± bloque¨® millones de terminales de Windows el viernes pasado, los aeropuertos, empresas y hospitales afectados tuvieron que esperar a que Crowdstrike y Microsoft identificaran el problema, seguir sus instrucciones y aceptar su explicaci¨®n. Esa es la relaci¨®n que tenemos con empresas que dominan nuestras infraestructuras cr¨ªticas. La delegaci¨®n de responsabilidad sobre un entorno que carece de transparencia produce una gran indefensi¨®n. Ahora Microsoft culpa a la Uni¨®n Europea por obligar a la empresa a abrir el acceso al n¨²cleo de su sistema a Crowdstrike.
Seg¨²n declaraciones de un portavoz de Microsoft al The Wall Street Journal, ¡°el acuerdo de 2009 da a los fabricantes de software de seguridad el mismo nivel de acceso a Windows que el que obtiene Microsoft¡±. Eso que dice es completamente cierto. Se refiere a un compromiso p¨²blico de interoperabilidad que la empresa firm¨® en 2009 para evitar una investigaci¨®n en la UE por abuso de su posici¨®n dominante en el mercado de sistemas operativos. Microsoft se comprometi¨® entonces a proporcionar la documentaci¨®n t¨¦cnica necesaria para que otros desarrolladores crearan productos compatibles con Windows y ofrecer licencias a precios razonables y no discriminatorios.
Gracias a este acuerdo, las empresas como Crowdstrike pueden ofrecer sus soluciones de software en un mercado dominado por Windows, y las empresas y organizaciones que usan Windows pueden comprar soluciones que no sean Microsoft Defender, incluido por defecto en Windows 10. Eso no significa que Microsoft est¨¦ obligada a abrir el n¨²cleo de su sistema. De hecho, podr¨ªa haber creado una capa extra de seguridad interponiendo una interfaz de programaci¨®n de aplicaciones que permite a los desarrolladores externos interactuar con el sistema operativo sin necesidad de acceder al n¨²cleo del sistema. Por otra parte, el buceo anti-malware de CrowdStrike habr¨ªa perdido eficiencia. Como dije al principio, la seguridad es un asunto delicado. No hay soluciones perfectas, solo compromisos flexibles y capacidad de reacci¨®n.
Con estas declaraciones, Microsoft argumenta que estar¨ªamos m¨¢s seguros dependiendo de un mercado digital m¨¢s centralizado, m¨¢s opaco y m¨¢s controlado por Microsoft. Es importante entenderlo, porque es el mismo que defiende Apple para controlar con un peaje el mercado de aplicaciones de iOS. La teor¨ªa de sistemas de la resiliencia aplicada a los entornos digitales argumenta exactamente lo contrario: la resiliencia de un sistema depende de su transparencia, experiencia, redundancia y diversidad.
El concepto de resiliencia tiene que ver con la cantidad de perturbaciones que pueden ser absorbidas por un sistema antes de ser destruido o reorganizado hasta el punto de cambiar de estructura, objetivo o funci¨®n. Tambi¨¦n tiene que ver con su habilidad para recuperarse r¨¢pidamente de fallos o ataques, restaurando su funcionamiento habitual. Desde ese punto de vista, la crisis del viernes fue relativamente corta, pero no porque la resiliencia del sistema fuese alta, sino porque Crowdstrike asumi¨® instant¨¢neamente la responsabilidad, identific¨® el error, encontr¨® la soluci¨®n y puso los medios para restaurar la normalidad lo antes posible. Este es el mejor de los mundos posibles. Sin una atribuci¨®n del origen y una soluci¨®n r¨¢pida y efectiva, el escenario habr¨ªa sido otro.
El Parlamento Europeo aprob¨® hace un a?o la Ley Europea de ciberresiliencia que busca proteger a Europa de errores, ciberataques y monopolios con una estrategia de est¨¢ndares abiertos, sistemas descentralizados, conocimiento compartido y una respuesta coordinada de todos los pa¨ªses de la uni¨®n. Es una visi¨®n opuesta a la de los gigantes tecnol¨®gicos, pero su trabajo es garantizar un ecosistema digital m¨¢s seguro para empresas y consumidores, muy especialmente los sistemas cr¨ªticos a gran escala, como los aeropuertos y los hospitales. No persigue los mismos objetivos que Microsoft.
Al mismo tiempo, la financiaci¨®n para iniciativas de software libre y de c¨®digo abierto est¨¢n desapareciendo del programa de ayudas europeas. Tanto el proyecto Horizon Europe para la investigaci¨®n e innovaci¨®n como el programa Next Generation, que ha apoyado el software libre y de c¨®digo abierto durante a?os, est¨¢n abandonando su apoyo al desarrollo de software libre, la construcci¨®n de proyectos y comunidades locales para la protecci¨®n de los bienes comunes y los derechos civiles. La resiliencia de las infraestructuras digitales merece una buena inversi¨®n.
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