Los entierros clandestinos de Alcal¨¢-Zamora
Resultan dolorosos los intentos del nuevo alcalde de Priego por descontextualizar la figura del primer presidente de la Segunda Rep¨²blica espa?ola y descabezar su Patronato
Niceto Alcal¨¢-Zamora tuvo dos entierros. El primero, en La Chacarita, cementerio de Buenos Aires, tras su muerte en 1949. Una ceremonia ¨ªntima a la que apenas asistieron familiares. Al f¨¦retro, envuelto en la bandera tricolor, lo acompa?aban dos pu?ados de tierra: uno, de los Pirineos, s¨ªmbolo del exilio; el otro, de Priego de C¨®rdoba, su pueblo natal.
Del segundo entierro se cumplen 45 a?os estos d¨ªas. El primer presidente de la Segunda Rep¨²blica pudo volver a Espa?a en agosto de 1979, pero sin recibir trato de jefe de Estado. Su ata¨²d lleg¨® como un secreto inc¨®modo que el Gobierno de Adolfo Su¨¢rez no sab¨ªa gestionar. La familia hab¨ªa intentado traerlo en 1977, pero Rodolfo Mart¨ªn Villa no dio el visto bueno, intentando evitar una situaci¨®n que implicase rendir honores oficiales.
Los restos de don Niceto arribaron a Barcelona y se trasladaron al pante¨®n familiar en el madrile?o cementerio de La Almudena. Solo pudieron asistir al sepelio 15 personas. Por no haber, no hubo siquiera un sacerdote. Su hijo Niceto se lamentaba en nota p¨²blica de lo que la familia deseaba y no pudo ser: ¡°Que hubiesen concurrido otros familiares, amigos leal¨ªsimos, colaboradores suyos de cuando fue presidente, o paisanos de Priego.¡±
Frente al silencio, precisamente han sido los paisanos de Priego quienes m¨¢s han contribuido a recuperar la figura de su vecino. Lo han hecho alrededor de su casa natal, donada al Ayuntamiento por sus hijas, Purificaci¨®n e Isabel, en diciembre de 1986. Lo que fue un hogar se convirti¨® en museo. El interior se decor¨® con mimo, con piezas originales que reconstruyeron el hogar, pero tambi¨¦n lo convirtieron en explicaci¨®n did¨¢ctica de la trayectoria de don Niceto y del r¨¦gimen republicano. En el rinc¨®n m¨¢s emotivo, el sof¨¢ donde muri¨®, con una lamparita siempre encendida, un reloj parado en la hora en la que falleci¨® y una tricolor recordando aquella con la que quiso ser enterrado.
La casa se convirti¨® en el motor de algo m¨¢s grande, un patronato que inici¨® su camino en octubre de 1993. Su misi¨®n, gestionar el museo, contribuir al conocimiento de la figura del presidente e impulsar los estudios republicanos y del exilio. En estos 31 a?os, el patronato ha sido un hervidero de actividad. Jornadas, congresos, estudios, publicaciones¡ lo han convertido en lugar de referencia para los estudios republicanos, fuente de bibliograf¨ªa esencial para los que trabajamos el periodo y visita obligada.
Y aunque es dif¨ªcil personalizar un trabajo de grupo tan rico, dos nombres destacan en la historia del patronato: el de Francisco Dur¨¢n y el de Jos¨¦ Luis Casas, director y asesor desde los a?os noventa. Su trabajo altruista, generoso y entusiasta ha sido el cimiento de una labor impresionante, que ha sorteado dificultades y convivido con armon¨ªa bajo gobiernos municipales de todos los colores.
Por eso, resultan tan dolorosos los intentos del nuevo alcalde de Priego por descabezar el patronato y descontextualizar la figura de Alcal¨¢-Zamora, que comienzan con la censura de la bandera republicana, retirada del programa de las jornadas del 30? aniversario del patronato por considerarla ¡°una provocaci¨®n pol¨ªtica¡±. El ¨²ltimo episodio: la creaci¨®n de un cargo de confianza, remunerado y dependiente de la alcald¨ªa, que vulnera los estatutos del patronato y anula los cargos de director y asesor, intentando someter a una entidad cultural aut¨®noma y saboteando el trabajo de Dur¨¢n y Casas, hasta lograr su marcha.
Como parecen haber aprendido bien algunos cargos del PP y muchos de Vox, no es necesario eliminar una instituci¨®n cultural para acabar con ella. Basta con echar a quienes la sostienen y vaciarla de contenido.
Ojal¨¢ en Priego encuentren la manera de revertir la situaci¨®n del patronato y este pueda recuperar su actividad y su independencia. Don Niceto no se merece un nuevo entierro clandestino.
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