Morata y Campello, algo personal

?lvaro Morata, capit¨¢n de la selecci¨®n espa?ola, ha sido dos d¨ªas seguidos trending topic por razones extrafutbol¨ªsticas tras anunciar en un comunicado en redes sociales que se separa de su esposa, Alice Campello, modelo e influencer. La vida misma. Las parejas nacen, crecen, se reproducen y mueren, pero ese cambio de estado civil ha provocado un aluvi¨®n de reacciones en X, divididas en dos grandes categor¨ªas, a saber: los que ya lo ve¨ªan venir y nadan en ¡°fuentes del entorno de¡±, y los que se han sentido estafados por la ruptura. Todo ello con abundancia de insultos, cronolog¨ªas y teor¨ªas conspirativas. El asunto se convirti¨®, para muchos, en algo personal.

El berrinche fue de los gordos: ¡°Ya no creo en el amor. No me esperaba lo de Morata y Alice¡± (@mcunsaidthings); ¡°Si se separan Alice Campello y ?lvaro Morata, definitivamente, el amor no existe¡± (@aespino_93). Parte de la comunidad tuitera exig¨ªa coherencia con el ¨¢lbum de id¨ªlicas fotos de la pareja en Instagram, como a los pol¨ªticos con su hemeroteca, y reclamaba explicaciones m¨¢s convincentes. La decepci¨®n acapar¨® las redes sociales con mensajes cargados de dolor, como si Morata o Campello acabasen de separarse no de su esposa/o, sino del tuitero/a que sollozaba a todo lo que daban los caracteres.

¡°Rescato una lecci¨®n: NUNCA os cre¨¢is la falsa felicidad que emanan las redes. Disfrutad y no os mir¨¦is en el espejo. Esto es de hace dos semanas¡±, tuiteaba @salvamartin con una foto de la pareja muy acaramelada. Cuando X dej¨® de llorar, lleg¨® el tiempo de la moviola, del an¨¢lisis. ¡°Morata y Alice Campello son el ejemplo vivo de que nunca te tienes que creer lo que la gente publica en las redes sociales¡± (@Franc_grau); ¡°Otra pareja perfecta que todo el mundo romantiza y que se rompe. Dejad de romantizar parejas de las que no sab¨¦is nada de su vida privada¡±, recomendaba @GBCLopi.

Las redes sociales contienen un amplio abanico de factores de distorsi¨®n. El primero es la percepci¨®n de cercan¨ªa. Como los podemos seguir en sus cuentas de X o Instagram y ponerles corazones o comentarios sobre lo que publican, pensamos que los famosos son de casa y queremos creer cada cosa que comparten. La ilusi¨®n de estar cerca puede llevar a pensar que, de alg¨²n modo, nos pertenecen, y el siguiente salto es asumir que, como a nosotros nos gustan mucho, ellos no tienen derecho a hacer algo que pueda disgustarnos, como separarse, casarse, cambiar de equipo, cortarse el pelo sin avisar u opinar algo distinto a lo que cre¨ªamos que pensaban, que pens¨¢bamos. Los seguidores de Morata y Campello se sintieron estafados con la ruptura porque las fotos de amor profundo que ambos hab¨ªan difundido en sus respectivas cuentas eran muy recientes, por no hablar de la Eurocopa, donde todos nos derretimos con esa prole de ni?os mon¨ªsimos celebrando el triunfo sobre el c¨¦sped con sus atractivos y enamorados padres. En la vida real uno puede comerse a besos a su pareja por la ma?ana, o¨ªrle respirar fuerte a mediod¨ªa, odiarlo con todas sus fuerzas a media tarde, reconciliarse y no dejarlo dormir en toda la noche; m¨¢s a¨²n en verano, una distorsi¨®n en s¨ª misma al multiplicarse el tiempo de convivencia. Pero en redes sociales no pasamos ni una. Los que se han enfurru?ado con la separaci¨®n de Morata y Campello son los mismos que demandaban esa perfecci¨®n continua. Las fotos id¨ªlicas se colgaban para ellos. Para consolarlos, les animo a ver un hermoso v¨ªdeo viralizado estos d¨ªas: Hunter Woodhall, atleta paral¨ªmpico, sigue la competici¨®n en salto de longitud de su esposa, Tara Davis, en los Juegos Ol¨ªmpicos. Una c¨¢mara bien avisada lo enfoca en las gradas de Par¨ªs. ?l la anima, llora de emoci¨®n al aplaudir, junto a una multitud, a la mujer con la que duerme. Lleva una camiseta con el nombre de ella y cuando la atleta se hace con el oro, no hay nadie en el estadio m¨¢s contento que ¨¦l, ni siquiera la campeona. El abrazo que se dan a continuaci¨®n es el m¨¢s bonito del a?o. Que les dure mucho.