El funeral
Crowdtangle, el muerto, no es humano sino un intangible, pero con una existencia tan provechosa que sus hu¨¦rfanos profesionales vivimos en un proceso de duelo al que nos resultar¨¢ complicado poner fin
Acabo de marcar en la agenda una cita importante para finales de septiembre. Se trata de un funeral en el que vamos a rendir homenaje a un reciente fallecido cuya p¨¦rdida lamentamos profundamente las miles de personas en el mundo que nos dedicamos a observar las redes sociales y a explicar lo que vemos en ellas. En realidad, el muerto no es humano sino un intangible, pero con una existencia tan provechosa que sus hu¨¦rfanos profesionales vivimos en un proceso de duelo al que nos resultar¨¢ complicado poner fin.
Crowdtangle, que en paz descanse, naci¨® en 2011 gracias al esfuerzo y la creatividad de dos j¨®venes, Brandon Silverman y Matt Gamur. Para entonces las redes sociales ya estaban propiciando el nacimiento y la difusi¨®n de movimientos civiles como las Primaveras ?rabes, el movimiento del 15-M en Espa?a o el Occupy Wall Street en Estados Unidos. Silverman y Gamur trataban por aquel entonces de desarrollar una herramienta gratuita que permitiera saber qu¨¦ publicaciones estaban siendo m¨¢s compartidas en las redes sociales, algo que ayudara a los medios de comunicaci¨®n y a las ONG a comprender mejor el alcance de sus mensajes y a observar y ordenar por listas las contribuciones de otros usuarios. Lo hicieron tan bien que cinco a?os m¨¢s tarde Facebook compr¨® Crowdtangle con todo su equipo humano, al que asign¨®, entre otras, la tarea de ayudar a los medios de comunicaci¨®n a utilizar la herramienta como una poderosa atalaya desde la que supervisar la actividad de la competencia nacional o extranjera o de cualquier otra cuenta, tanto en Facebook como, posteriormente, en Instagram.
Sin embargo, la historia ten¨ªa reservada a Crowdtangle una misi¨®n mucho m¨¢s relevante. Cuando en 2016 los bulos y los discursos de odio empezaban a extenderse como la gran amenaza que actualmente son, algunos periodistas e investigadores acad¨¦micos entendieron que esa mirada global y transparente que Crowdtangle hac¨ªa posible sobre las redes de Meta pod¨ªa resultar providencial para observar c¨®mo la desinformaci¨®n se iba expandiendo. Y as¨ª sucedi¨®. Crowdtangle se volvi¨® insustituible para ordenar los bulos por su nivel de ¨¦xito en Facebook e Instagram, identificar cuentas y grupos difusores de mentiras en todo el mundo o para seguir en tiempo real el desarrollo de una manipulaci¨®n concertada. Nunca se le han visto las costuras con tanta nitidez a una red social y eso no gustaba a los responsables de Meta, preocupados por el impacto que este empacho de transparencia pudiera tener en la imagen de la compa?¨ªa y en el desarrollo de su negocio.
Fundido a negro. A pesar de la movilizaci¨®n de la comunidad cient¨ªfica, universitaria y de algunos representantes pol¨ªticos estadounidenses para evitarlo, Meta, tal como anunci¨® en 2022, corri¨® la cortina y cerr¨® Crowdtangle el pasado 14 de agosto, tres meses antes de las elecciones estadounidenses. Con esta decisi¨®n Zuckerberg deja tuertos, profesionalmente hablando, a los observadores de la desinformaci¨®n si bien ha anunciado la puesta en marcha de una herramienta alternativa. Ser¨¢ muy dif¨ªcil sustituir a Crowdtangle, como bien saben los miembros del Knight-Georgetown Institute y de la Coalition for Independent Technology Research for CrowdTangle. Son ellos quienes han preparado un funeral, que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 30 de septiembre en la Universidad de Georgetown, en recuerdo de lo que el periodista Casey Newton denomin¨® ¡°el producto m¨¢s extra?o de la historia de Facebook: querido por sus usuarios, repudiado por sus propietarios¡±.
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