Sanidad universal cuando crece el racismo
Un sistema sanitario para todos, incluidos los inmigrantes irregulares, es, probablemente, el mayor modelo de ¨¦xito que puede mostrar un pa¨ªs
Pod¨ªamos leer recientemente en un reportaje las declaraciones de Delmi Galeano, portavoz de Sedoac (Servicio Dom¨¦stico Activo), en las que dec¨ªa que en los ¨²ltimos meses se nota un mayor rechazo expl¨ªcito a la poblaci¨®n inmigrante, como si el ¨¢nimo social legitimase hacer gala del desprecio a la poblaci¨®n migrante que forma parte de nuestra sociedad cuando est¨¢n presentes en el espacio p¨²blico.
Esas declaraciones no son m¨¢s que ...
Pod¨ªamos leer recientemente en un reportaje las declaraciones de Delmi Galeano, portavoz de Sedoac (Servicio Dom¨¦stico Activo), en las que dec¨ªa que en los ¨²ltimos meses se nota un mayor rechazo expl¨ªcito a la poblaci¨®n inmigrante, como si el ¨¢nimo social legitimase hacer gala del desprecio a la poblaci¨®n migrante que forma parte de nuestra sociedad cuando est¨¢n presentes en el espacio p¨²blico.
Esas declaraciones no son m¨¢s que la constataci¨®n de lo que cualquiera puede atisbar al escuchar c¨®mo la derecha pol¨ªtica y medi¨¢tica intentan que la inmigraci¨®n sea el problema n¨²mero uno de la poblaci¨®n, asoci¨¢ndola a la inseguridad y agitando im¨¢genes como la de la invasi¨®n. Manifestaciones que tienen su m¨¢ximo exponente cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid se?ala a los inmigrantes como los causantes del deterioro de los servicios p¨²blicos.
Ante esto se puede tirar de datos, que de poco suelen servir cuando lo que est¨¢ al otro lado es el intento de calentar el racist¨®metro de manera evidente. Tambi¨¦n se pueden buscar los elementos de nuestra sociedad que son claramente un ¨¦xito y que suponen una enmienda a la totalidad del modelo excluyente de quienes creen que ¡°los espa?oles primero¡± es una hip¨®tesis pol¨ªtica siquiera aceptable. Ese elemento de cohesi¨®n, de eficiencia y de bienestar se llama sanidad universal.
Durante tiempo, cre¨ªmos que la sanidad universal era un proyecto que se defend¨ªa solo. Se daba por hecho. Sin embargo, en 2012, con Ana Mato a la cabeza, el Partido Popular rompi¨® la universalidad a lomos de la necesidad de tomar medidas urgentes en un contexto de crisis econ¨®mica y necesidad de recortes de servicios p¨²blicos. Lo hizo, adem¨¢s, siguiendo la hoja de ruta que Martin McKee y David Stuckler hab¨ªan criticado en la revista BMJ: 1. Crear un grupo de poblaci¨®n que no sea digno del servicio p¨²blico. 2. Generar un sistema en el que las rentas altas no vean el beneficio que obtienen a cambio de los impuestos que pagan. 3. Debilitar el papel de los sindicatos y otros agentes sociales. Y 4. Tomar decisiones con efectos poco claros a corto plazo, pero que cambien el sistema a largo plazo. Es decir: romper la universalidad para que unos sean se?alados como no merecedores de la asistencia sanitaria, mientras que otros piensen que no les merece la pena financiar ese servicio p¨²blico.
Durante esta d¨¦cada de exclusi¨®n (en mayor o menor medida) de una parte de los migrantes en situaci¨®n irregular, ha quedado demostrado que esa medida no sirve para lo que dec¨ªa servir: no ha reducido la presi¨®n sobre el sistema sanitario, no ha ahorrado costes y, por supuesto, no ha disipado un te¨®rico efecto llamada que solo existe en la mente de quien lo usa como argumento. Por ello, m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s, el cuestionamiento de la sanidad universal no llega en forma de argumentos basados en la gesti¨®n sanitaria, sino que se basa en el cuestionamiento mismo de la acogida a quienes vienen a Espa?a con expectativas de construir una vida, aportando a nuestra sociedad y desarrollando sus proyectos vitales. La exclusi¨®n sanitaria se quita la m¨¢scara de la tecnocracia para desvelar un rostro abiertamente excluyente y que hace uso del ¡°los espa?oles primero¡± de forma indisimulada.
Podr¨ªamos decir que los inmigrantes tienen una mejor salud que la poblaci¨®n del pa¨ªs de destino o que utilizan menos los recursos sanitarios de lo que lo hace la poblaci¨®n que vive aqu¨ª. Incluso, si quisi¨¦ramos decirlo con n¨²meros, podr¨ªamos irnos al a?o anterior a la exclusi¨®n sanitaria en Espa?a y hacer una comparaci¨®n entre los migrantes en situaci¨®n irregular y la poblaci¨®n nacional. Y ver¨ªamos c¨®mo mientras los inmigrantes irregulares realizaban 0,5 visitas al m¨¦dico de Atenci¨®n Primaria cada a?o, la poblaci¨®n espa?ola hac¨ªa 6,7; que mientras ellos iban 0,4 veces a Urgencias por cada 10 personas, la poblaci¨®n espa?ola lo hac¨ªa 2,8 veces, o que mientras el gasto anual en medicamentos prescritos era de nueve euros anuales entre los inmigrantes irregulares, la poblaci¨®n con nacionalidad espa?ola gastaba 367 euros al a?o.
Podr¨ªamos, pero no ser¨ªa suficiente.
La justificaci¨®n (sanitaria y moral) de que los migrantes en situaci¨®n irregular han de tener derecho a la asistencia sanitaria no se debe fundamentar s¨®lo en mostrar que los mantras sobre el mal uso de recursos son falsos y carecen de toda base material. Los motivos fundamentales que nos han de llevar a ello han de cimentarse, por un lado, en la necesidad de garantizar el bienestar de todas las personas que forman parte de nuestra sociedad y en el reconocimiento de que el derecho a la asistencia sanitaria es la condici¨®n m¨ªnima para poder participar en otros ¨¢mbitos sociales como la b¨²squeda de empleo, el cuidado de otros o la intervenci¨®n en los asuntos de la comunidad.
Los sistemas sanitarios universales logran poblaciones m¨¢s sanas, son superiores desde el punto de vista econ¨®mico y, adem¨¢s, generan cohesi¨®n social. La sanidad universal es, probablemente, el mayor modelo de ¨¦xito que puede mostrar un pa¨ªs y se convierte, de forma autom¨¢tica, en algo de lo que estar orgulloso.
Adem¨¢s, la sanidad universal no s¨®lo muestra que un servicio p¨²blico basado en mancomunar los costes entre todos los habitantes de un pa¨ªs es un servicio p¨²blico mejor para el conjunto de ellos, con independencia de su estatus administrativo. La sanidad universal da la vuelta al concepto que la derecha excluyente intenta abanderar para convertir el Sistema Nacional de Salud en un Sistema de Salud para Nacionales: la seguridad. De la seguridad basada en el miedo a la certeza de que nadie est¨¢ a salvo si no estamos todos a salvo. De la seguridad construida como un torre¨®n desde el que vigilar a los de fuera con un fusil a la seguridad como algo que solo es alcanzable de manera colectiva (como bien han mostrado eventos pand¨¦micos varios en los ¨²ltimos a?os). A la universalidad se debe poder llegar por la v¨ªa de la justicia social, es razonable hacerlo tambi¨¦n por la v¨ªa de la eficiencia econ¨®mica y, si no queda m¨¢s remedio, debe ser posible alcanzarla desde la autoprotecci¨®n y la b¨²squeda de la seguridad propia.
En tiempos en los que se agitan las banderas de la exclusi¨®n, hay que reivindicar y materializar los ejemplos de ¨¦xito que nos cohesionan como sociedad mientras cuidan a quienes m¨¢s lo necesitan. La sanidad universal es nuestra punta de lanza para esta tarea.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Opini¨®n
- Espa?a
- Sociedad
- Inmigraci¨®n
- Inmigraci¨®n irregular
- Inmigraci¨®n irregular Espa?a
- Inmigrantes
- Migraci¨®n
- Migrantes
- Sanidad
- Sanidad p¨²blica
- Salud
- Pol¨ªtica sanitaria
- Atenci¨®n primaria
- Gobierno de Espa?a
- Ministerio de Sanidad
- PP
- Ana Mato
- Ultraderecha
- Extrema derecha
- Partidos ultraderecha
- Xenofobia
- Racismo
- Isabel D¨ªaz Ayuso