Oriente Pr¨®ximo, al borde del abismo
El ataque de Ir¨¢n contra Israel es consecuencia de una deriva irresponsable que busca extender la guerra y que debe ser frenada
La temida guerra regional a gran escala en Oriente Pr¨®ximo est¨¢ hoy un paso m¨¢s cerca despu¨¦s de que Ir¨¢n lanzara este martes un nuevo ataque directo contra territorio israel¨ª, en represalia por la ofensiva de Benjam¨ªn Netanyahu contra la milicia chi¨ª Hezbol¨¢, brazo armado de Ir¨¢n en L¨ªbano, y las incursiones militares en territorio liban¨¦s con la amenaza de una invasi¨®n que ya han dejado m¨¢s de mil muertos. El r¨¦gimen iran¨ª dispar¨® alrededor de 180 proyectiles contra Israel, seg¨²n el c¨¢lculo del ej¨¦rcito israel¨ª. Las alarmas sonaron por todo el pa¨ªs y el cielo de Tel Aviv se cubri¨® de explosiones a medida que los proyectiles impactaban o eran interceptados por las defensas antia¨¦reas. Todo el episodio dur¨® alrededor de una hora. Israel no report¨® v¨ªctimas anoche. Teher¨¢n dio a entender que la operaci¨®n hab¨ªa terminado. El Gobierno de Israel prometi¨® represalias. Oriente Pr¨®ximo est¨¢ al borde del abismo.
El ataque fue muy parecido en su escala y ejecuci¨®n al registrado el pasado abril, la primera vez que Ir¨¢n atac¨® directamente territorio israel¨ª. En aquella ocasi¨®n, llegaron a Israel m¨¢s de 300 drones y misiles con suficiente lentitud y anticipaci¨®n como para que las defensas israel¨ªes los eliminaran casi todos y no hubiera da?os. Se entendi¨® como una forma de salvar la cara por parte de Ir¨¢n haciendo una demostraci¨®n de fuerza ante los asesinatos selectivos de destacados militares del r¨¦gimen, pero con la intenci¨®n de no provocar un da?o que exigiera una respuesta b¨¦lica a gran escala. La respuesta de Israel fue muy limitada. El mundo entendi¨® que, a pesar de la escalada, ninguna de las dos partes quer¨ªa una guerra directa.
El escenario en el que se produce este nuevo ataque es diferente. El primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, ha ignorado todos los llamamientos a la contenci¨®n o a la m¨¢s m¨ªnima concesi¨®n humanitaria en su brutal guerra sobre Gaza, donde se acumula un horror inaudito en el siglo XXI. En las ¨²ltimas dos semanas, Israel ha extendido los ataques a L¨ªbano, un pa¨ªs soberano, ha iniciado incursiones para asegurar el territorio m¨¢s cercano a la frontera, ha atacado de manera indiscriminada a Hezbol¨¢ a trav¨¦s de sus comunicaciones y ha asesinado con bombas sobre Beirut a los m¨¢ximos dirigentes de la milicia, llev¨¢ndose por delante a cientos de v¨ªctimas civiles en lo que constituye un crimen de guerra.
La diplomacia estadounidense, la ¨²nica con poder te¨®rico para influir en Netanyahu, ha fracasado por completo en sus intentos por frenar, primero, la masacre de Gaza, y despu¨¦s cada uno de los pasos de esta deriva irresponsable del Gobierno israel¨ª hacia la guerra total. El de ayer es justo el tipo de enfrentamiento que la Administraci¨®n de Joe Biden lleva intentando evitar en el ¨²ltimo a?o y se produce apenas unos d¨ªas despu¨¦s del encuentro de Netanyahu con Biden y de un discurso en la ONU en el que el l¨ªder israel¨ª no pudo ser m¨¢s claro sobre sus intenciones estrat¨¦gicas. Ayer Biden dio orden de intervenir en la defensa de Israel frente al ataque iran¨ª.
El ataque contra Israel merece la condena internacional y los llamamientos a rebajar la tensi¨®n deben continuar sin caer en la desesperanza. Pero mientras Israel siga extendiendo su ofensiva militar, ahora ya incluso fuera del territorio palestino, justificada todav¨ªa por el terrible atentado de Ham¨¢s del que se cumple un a?o el pr¨®ximo lunes, los intentos de evitar la guerra suenan cada vez m¨¢s ret¨®ricos. Ayer mismo, el ej¨¦rcito israel¨ª anunci¨® que va a ampliar la invasi¨®n terrestre de L¨ªbano. Netanyahu quiere una guerra a gran escala, y hoy est¨¢ un paso m¨¢s cerca de conseguirlo.
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