Me siento atrapado, ?qu¨¦ hago?
Los lectores escriben sobre la precariedad laboral que sufren los j¨®venes, la violencia machista, la ecolog¨ªa, y el acceso a la vivienda
Tengo 22 a?os, he estudiado una carrera en una buena universidad y me he graduado con un 9,6 de media. Llevo un a?o buscando trabajo, me he presentado a cerca de 42 ofertas (tal vez m¨¢s, he perdido la cuenta). Me han rechazado en casi todas, entiendo, porque no suelen responder. Buscan a alguien con al menos dos a?os de experiencia. Me han ofrecido un puesto de becario (40 horas a la semana por 200 euros al mes). Me han propuesto un puesto de formaci¨®n en el que me pagaban 50 euros al mes para gastos de transporte. He dicho que no. Pensaba que llegar¨ªa algo mejor. Me equivocaba. Tengo menos de 15 euros en mi cuenta del banco. No puedo salir a cenar. No puedo comprarme el ¨²ltimo libro de Sally Rooney. No puedo pagarme una copa en un bar. No puedo pagarme un m¨¢ster. No puedo ayudar a mi madre con el alquiler. No puedo irme de casa. Estoy triste. Me siento atrapado. Y tampoco puedo pagar un psic¨®logo. ?Qu¨¦ hago?
Sa¨²l Ruiz Bascu?ana. Madrid
Basta ya de violencia
No quiero m¨¢s minutos de silencio. Estoy harta. No quiero callar, quiero gritar, pelear, salir a la calle, despertar conciencias, visibilizar comportamientos, entrar en todos los rincones, generar un desprecio y una indignaci¨®n tan grandes que acabe con esta violencia de g¨¦nero y sexual en todos los sitios. Es insoportable. Dirigentes, mujeres, hombres, sociedad civil¡, ?qu¨¦ estamos haciendo? ?Estamos avanzando? A m¨ª me parece que poco, y no me quiero conformar. Quiero pensar que se pueden hacer m¨¢s cosas. Y una pregunta para la reflexi¨®n: ?qu¨¦ pasar¨ªa si este grado de violencia se ejerciera contra hombres?
Marisa Mart¨ªnez. Madrid
Limpiar la conciencia
Compramos productos kil¨®metro cero, pagamos los c¨¦ntimos de la bolsa de pl¨¢stico del supermercado y los del env¨ªo que aseguran que sirven para reforestar. Depositaremos los pl¨¢sticos, vidrios, papel y basura org¨¢nica en su contenedor correspondiente. Y a la ma?ana, recibiremos un paquete de un pa¨ªs lejano con su huella de carbono anexionada y, por la tarde, viajaremos a un destino que no te puedes perder en avi¨®n, con su trazo negativo en sostenibilidad. Tenemos que ser conscientes de que las peque?as acciones que limpian nuestra conciencia no son suficientes, y lo que verdaderamente cuenta es la renuncia a muchas cosas que consideramos normales y, a veces, imprescindibles.
Jos¨¦ Ram¨®n Iribar Argote. Donostia
Un problema que solventar
El acceso a una vivienda digna se ha vuelto un reto cada vez mayor en Espa?a, sobre todo en las grandes ciudades. El r¨¢pido proceso de urbanizaci¨®n, sumado al aumento del coste de vida, ha provocado una crisis en la oferta de viviendas asequibles. La falta de una adecuada planificaci¨®n urbana ha generado el crecimiento de asentamientos informales. Es crucial que las pol¨ªticas p¨²blicas impulsen alternativas sostenibles, como la construcci¨®n de viviendas econ¨®micas y la revitalizaci¨®n urbana inclusiva, para asegurar que el desarrollo urbano no vulnere el derecho a una vivienda adecuada.
Carla Gonz¨¢lez L¨®pez. Gav¨¤ (Barcelona)