La precariedad de los j¨®venes, el mayor obst¨¢culo para su compromiso pol¨ªtico
Un nuevo informe constata que la desconexi¨®n de la juventud con la pol¨ªtica no se debe a una presunta ¡®falta de inter¨¦s¡¯, sino a crecientes dificultades socioecon¨®micas
Una docena de a?os despu¨¦s, qu¨¦ ha pasado con aquel ¡°?No nos representan!¡±, que inund¨® las plazas de las ciudades espa?olas. No se trata ahora de las vicisitudes del partido (Podemos) que logr¨® aglutinar a aquellos j¨®venes aira?dos, sino de las actitudes ideol¨®gicas de quienes fueron la masa central del movimiento, formada por j¨®venes vulnerables que se manifestaron bajo lemas como ¡°juventud sin futuro¡±, ¡°sin casa, sin curro, sin pensi¨®n, sin miedo¡±, etc¨¦tera.
Para muchos de los componentes del 15-M la democracia era una variable pol¨ªtica dada, no conquistada. Aquellas movilizaciones fueron el intento de sustituci¨®n de unas ¨¦lites por otras que estaba protagonizado por una ¡°clase creativa¡± (intelectuales, acad¨¦micos, profesores, tecn¨®logos,¡) que puso de moda hace tiempo el profesor canadiense Richard Florida. Pero adem¨¢s de los dirigentes estaban los vulnerables y no hay que olvidarlos. Seg¨²n el informe Juventud vulnerable y democracia en Espa?a. ?Est¨¢n los j¨®venes desfavorecidos desconectados de la democracia?, elaborado por la Fundaci¨®n Europea de Estudios Progresistas, desde el 15-M no han cambiado las actitudes de los j¨®venes peor tratados por la Gran Recesi¨®n y la covid, sino su proporci¨®n: el grupo ha crecido y un 33,5% de esa cohorte est¨¢ en riesgo de exclusi¨®n social. Sirvan para medirlo dos datos y sus tendencias: los j¨®venes espa?oles se van por t¨¦rmino medio del hogar paterno cuando han cumplido los 30,3 a?os, es decir, cuando ya no son considerados oficialmente j¨®venes; s¨®lo un 16% (y el porcentaje no ha dejado de caer) de los j¨®venes viven fuera de casa de sus padres, lo que da una idea muy directa de la falta de oportunidades para establecerse de modo independiente.
El informe en cuesti¨®n, que en Espa?a ha sido presentado por la Fundaci¨®n Felipe Gonz¨¢lez, sostiene que el inter¨¦s por la pol¨ªtica entre los j¨®venes no parece haber decrecido respecto al pasado, sino que los obst¨¢culos socioecon¨®micos suponen ahora un mayor freno para implicarse activamente en la pol¨ªtica, en comparaci¨®n con las generaciones anteriores. Entre las razones de esa brecha destacan las siguientes: mayor escasez de recursos (tiempo, cobertura de necesidades b¨¢sicas,¡); el estigma asociado a los partidos pol¨ªticos, lo que puede provocar tensiones en la familia, el barrio o en el caso extremo, discriminaci¨®n en el trabajo (la tolerancia hacia la discrepancia pol¨ªtica se ha erosionado en los ¨²ltimos a?os); los partidos han dejado de verse como espacios de socializaci¨®n, como suced¨ªa antes, donde los que entraban a militar en ellos encontraban relaciones sociales y de amistad compartidas con personas de ideas afines; ahora la mayor¨ªa de los j¨®venes prefieren encontrar esa socializaci¨®n en otros lugares. Por ¨²ltimo, pero no menos importante, una tremenda falta de confianza en los medios de comunicaci¨®n y en su capacidad de aportar (o buscar siquiera, en algunos casos) contenidos objetivos y no de parte. Todo ello se puede resumir en lo que los j¨®venes vulnerables sienten: la desatenci¨®n a sus circunstancias y la falta de recursos son los principales obst¨¢culos para su compromiso pol¨ªtico.
La principal conclusi¨®n es ambivalente: no se sostiene la idea de quienes afirman que los j¨®venes desfavorecidos tienden a desarrollar actitudes en contra de la democracia. Antes al contrario, esos j¨®venes prefieren un sistema democr¨¢tico, aunque son muy cr¨ªticos con el actual funcionamiento de las instituciones democr¨¢ticas en Espa?a, a las que consideran incapaces de tener una funci¨®n activa con respecto a su vulnerabilidad econ¨®mica y su falta de representaci¨®n efectiva.
Su visi¨®n negativa de la pol¨ªtica del pa¨ªs no se traduce en un cuestionamiento general de la democracia sino de aumento de la visi¨®n de que la democracia en Espa?a es imperfecta y precisa fuertes reformas. Podr¨ªan decir, como sus antecesores, ¡°me gustas democracia, pero est¨¢s como ausente¡±.
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