Cuidar nuestro Estado de bienestar
Los lectores escriben sobre la necesidad de preservar lo p¨²blico, las elecciones en Estados Unidos, los efectos de la dana en Valencia y la importancia de tomarse en serio el cambio clim¨¢tico
?Qu¨¦ grave! Infinidad de mensajes en las redes cuestionando la existencia de nuestro Estado de bienestar, lo m¨¢s valioso que atesoramos. No ha sido una cr¨ªtica m¨¢s a sus deficiencias (sabemos que las tiene), sino que directamente se ha negado su utilidad misma. Seguro que la mayor¨ªa de la gente ha pecado de irreflexiva sin m¨¢s, pero lo inquietante es la potente maquinaria que hay detr¨¢s de este lodazal intentando convencernos de que el Estado es el enemigo. ¡°?Para qu¨¦ queremos m¨¦dicos, militares, conductores de ambulancias, ingenieros y un largo etc¨¦tera si no est¨¢n cuando se les necesita?¡±, dicen. Solo espero que no se salgan con la suya; de lo contrario, veremos el d¨ªa en que tengamos que pasar la tarjeta de cr¨¦dito al entrar a un hospital, llevar a nuestros hijos al colegio o llamar a los bomberos ante una emergencia. No es una hip¨¦rbole, existen pa¨ªses donde el precio de una vida depende de lo que puedas pagar. En uno se vot¨® ayer.
Patricia Romo Recio. Granada
El PIB y llegar a fin de mes
Espero que Pedro S¨¢nchez tome nota de lo ocurrido en EE UU. De nada sirve que las variables macroecon¨®micas vayan viento en popa si la mayor parte de la gente de clase trabajadora responde negativamente a si est¨¢ hoy mejor econ¨®micamente que hace cinco a?os. ?De qu¨¦ nos vale que los datos del PIB o del desempleo vayan bien si es imposible llegar a fin de mes, pagar un alquiler o formar una familia? Espero que no le est¨¦ pasando como a la mayor parte de los partidos socialdem¨®cratas de Europa, que se olvidan de sus votantes potenciales, los m¨¢s desfavorecidos y la clase media.
Rub¨¦n Rodr¨ªguez Abalde. Vigo
La obligaci¨®n de actuar
En estos d¨ªas, el horror y la compasi¨®n infinita se mezclan con la indignaci¨®n y la repulsa. Si es cierto que, desbordada por la magnitud de la cat¨¢strofe, la Generalitat Valenciana ha estado haciendo una gesti¨®n deficiente de la tragedia, ?c¨®mo es posible que el Gobierno de Espa?a se haya convertido en espectador pasivo de esta ineficiencia? ?Qu¨¦ importancia tiene para la ciudadan¨ªa la posibilidad de que se produzca un choque institucional cuando de lo que se trata es de asistir a los damnificados? Tampoco a los miles de voluntarios les pidieron ayuda, pero ?qui¨¦n es capaz de permanecer impasible teniendo en sus manos aliviar tanto sufrimiento.
Carmen Gil Mart¨ªnez. El Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz)
Ya est¨¢ bien
Ya est¨¢ bien de negar el cambio clim¨¢tico. Ya est¨¢ bien de las mentiras de algunos pol¨ªticos. Ya est¨¢ bien de que la estrategia pol¨ªtica est¨¦ por encima de los intereses de los ciudadanos. Es esencial aceptar la nueva realidad en la que vivimos y afrontar el riesgo al que nos exponemos. No consiste solo en reconstruir, sino en modificar nuestras infraestructuras y nuestras formas de vida para adaptarlas a la nueva realidad clim¨¢tica. No queremos enfrentamientos ni populismo. Queremos confianza en la ciencia; queremos m¨¢s Europa; queremos hacer un uso responsable de la energ¨ªa; queremos l¨ªderes a la altura de los retos actuales. Ya est¨¢ bien.
Miguel Mu?oz Rojo. Madrid
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.