Donald Trump y la humildad
Kamala Harris ha hecho una campa?a convencional, correcta, mientras Elon Musk compraba votos con una loter¨ªa diaria de un mill¨®n de d¨®lares para animar a la gente a votar republicano
No, no hubo errores garrafales en la campa?a de Kamala Harris ni el Partido Dem¨®crata se ha vuelto m¨¢s insensible a¨²n a la clase trabajadora. Los subsidios y est¨ªmulos a los trabajadores han sido mucho mayores durante la Administraci¨®n Biden que las implementadas por Barack Obama, pero lo que no hemos hecho es reconocer que la realidad se ha fragmentado y que ya nos orientamos m¨¢s por percepciones que por hechos. Seguimos actuando como si la realidad a¨²n fuera compartida. Mientras los dem¨®cratas sig...
No, no hubo errores garrafales en la campa?a de Kamala Harris ni el Partido Dem¨®crata se ha vuelto m¨¢s insensible a¨²n a la clase trabajadora. Los subsidios y est¨ªmulos a los trabajadores han sido mucho mayores durante la Administraci¨®n Biden que las implementadas por Barack Obama, pero lo que no hemos hecho es reconocer que la realidad se ha fragmentado y que ya nos orientamos m¨¢s por percepciones que por hechos. Seguimos actuando como si la realidad a¨²n fuera compartida. Mientras los dem¨®cratas siguen en El ala oeste de la Casa Blanca, los republicanos se han pasado al juego de House of Cards. Harris ha hecho una campa?a convencional, a la antigua usanza, correcta, pero mientras iba llamando a la puerta casa por casa, Elon Musk, el racista m¨¢s rico del mundo, compraba votos con una loter¨ªa diaria de un mill¨®n de d¨®lares para animar a la gente a registrarse para votar republicano. Las viejas reglas de la Ciencia Pol¨ªtica ya no sirven para evaluar el presente, dec¨ªa esta semana Jennifer Piscopo. Podemos discutir holgadamente sobre primarias o la elecci¨®n de las ¨¦lites dem¨®cratas mientras el Partido Republicano se doblega a los excesos del pr¨®ximo presidente, pero algunos medios de comunicaci¨®n, y este es el segundo problema, empujados por sus propios intereses econ¨®micos, han presentado a ambos candidatos como si fueran equivalentes. Hasta The Washington Post ha perdido escandalosamente la pelea.
La noche previa a las elecciones, la BBC mostraba en pie de igualdad la respuesta de Donald Trump a las preguntas sobre su amenaza de disparar a periodistas con la negativa de Harris a revelar su voto sobre el endurecimiento de las penas por hurto para reincidentes en California. ?Es l¨ªcito presentarlo as¨ª? Otra noticia de la CBS comparaba las pol¨ªticas p¨²blicas de vivienda de los candidatos: Harris hablaba de incentivos fiscales; Trump, de hacer deportaciones en masa. El paralelismo visual de una pol¨ªtica p¨²blica democr¨¢tica y la propuesta de vulnerar derechos humanos es elocuente por s¨ª mismo. ?C¨®mo han entrado al discurso p¨²blico como si fueran equivalentes? Un preocupado editorial de Financial Times defin¨ªa el programa de Harris como ¡°populismo econ¨®mico¡±. Mientras, Trump hablaba de los ¡°enemigos del interior¡± y amenazaba con pelotones de fusilamiento y con usar al ej¨¦rcito para cazar inmigrantes ilegales.
Es cierto que los votantes conocen a Trump y quieren m¨¢s trumpismo, y que hemos de mirar el resultado con humildad, como escrib¨ªa David Brooks, columnista de The New York Times. Pero quiz¨¢s no sea suficiente tomar conciencia de que estamos en pantallas diferentes: hemos de empezar a actuar en consecuencia. ¡°Mi primera reflexi¨®n es que debo reexaminar mis propios prejuicios¡±, dec¨ªa Brooks. ¡°Soy moderado¡±, a?ad¨ªa, ¡°y quiz¨¢s los dem¨®cratas tengan que adoptar una disrupci¨®n al estilo de Sanders, algo que haga que la gente como yo se sienta inc¨®moda¡±. Pero, ?ayudar¨ªa eso a cambiar el clima pol¨ªtico? Quiz¨¢s los medios debamos preguntarnos si en un mundo donde la objetividad no funciona tiene sentido hacer equivalencias falsas o aplicar los mismos est¨¢ndares, y reflexionar de veras sobre ese periodismo que consiste en a?adir carnaza al virulento combate por el poder. En cuanto a la Ciencia Pol¨ªtica, ahora que sabemos c¨®mo mueren las democracias, tal vez deber¨ªamos empezar a pensar c¨®mo ayudar a defenderlas cuando la desaparici¨®n misma del mundo com¨²n hace imposible que distingamos lo verdadero de lo falso.