Una amenaza existencial contra Ucrania y toda Europa
Los ¨²nicos que podemos evitar que el segundo mandato de Donald Trump sea un desastre somos los propios europeos, y debemos actuar r¨¢pido
La primera v¨ªctima del segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ser¨¢ probablemente Ucrania. Los ¨²nicos que podemos evitar ese desastre somos los europeos, pero nuestro continente est¨¢ en plena confusi¨®n. El Gobierno de coalici¨®n de Alemania ha elegido precisamente el d¨ªa en que nos despertamos con la noticia del triunfo de Trump para caer despedazado por viejos resentimientos. Si no conseguimos hacer frente a esta amenaza, nos encontraremos con una Ucrania y una Europa d¨¦biles, divididas y rabiosas, justo cuando entramos en un nuevo y peligroso periodo de la historia europea.
En Ucrania, la gente lleva tiempo tratando de encontrar algo positivo en esa nube naranja que se acercaba a toda velocidad a Washington. Al fin y al cabo, estaban cada vez m¨¢s frustrados con la disuasi¨®n que se hab¨ªa impuesto a s¨ª mismo el Gobierno de Joe Biden. La tenue esperanza incipiente se refleja a la perfecci¨®n en un mensaje de texto que me envi¨® un comandante ucranio desde el frente. Trump, escribi¨®, ¡°es un hombre de sorpresas, quiz¨¢ las cosas mejoren¡±.
En mi opini¨®n, hay entre un 5% y un 10% de posibilidades de que el ¡°hombre de las sorpresas¡±, el 47? presidente de Estados Unidos, aumente su apoyo a Ucrania para obligar a Vlad¨ªmir Putin a firmar un acuerdo de paz, que es lo que han pedido algunos de sus partidarios proucranios m¨¢s destacados, entre ellos el ex secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo. Como dice atinadamente el presidente ucranio Volod¨ªmir Zelenski, lo que m¨¢s aborrece Trump es parecer un perdedor. Sin embargo, hay un 90-95% de posibilidades de que haga exactamente lo que ha dicho muchas veces que va a hacer e intente acabar con la guerra imponiendo un acuerdo a Ucrania. En julio declar¨® a Fox News: ¡°Yo le dir¨ªa a Zelenski que se acab¨®, que tiene que llegar a un acuerdo¡±, aunque a?adi¨® que amenazar¨ªa con dar a Kiev ¡°mucho m¨¢s¡± para forzar a Putin a negociar. Ahora bien, las condiciones previstas por su vicepresidente, J. D. Vance, que incluyen aceptar la divisi¨®n territorial actual de Ucrania y obligar al pa¨ªs a ser neutral, ser¨ªan una enorme victoria para Putin.
En realidad, probablemente no hay ninguna soluci¨®n en la que puedan hoy estar de acuerdo Putin y Zelenski. En un infrecuente momento de sinceridad, el portavoz de Putin, Dimitri Peskov, ha dicho que ¡°no se puede acabar con el conflicto de Ucrania de la noche a la ma?ana¡±. Pero lo que s¨ª puede hacer el nuevo presidente de Estados Unidos es reducir la ayuda econ¨®mica y militar a Ucrania de forma tan dr¨¢stica que Kiev no tenga m¨¢s remedio que buscar un alto el fuego desde una posici¨®n de debilidad. Peor a¨²n, de ah¨ª podr¨ªa derivarse lo que el experto militar Jack Watling ha llamado una situaci¨®n Brest-Litovsk: Ucrania tendr¨ªa que apresurarse a conseguir un pacto en una situaci¨®n tan d¨¦bil que la mera amenaza de una nueva ofensiva enemiga la obligar¨ªa a hacer m¨¢s concesiones, como le ocurri¨® en 1918 a la propia Rusia cuando negoci¨® el tratado de Brest-Litovsk con la Alemania imperial y sus aliados.
Sin embargo, incluso en las hipot¨¦ticas situaciones de ¡°paz mediante la fuerza¡± que prev¨¦n los pocos halcones con que cuenta Trump a prop¨®sito de Ucrania, Europa tendr¨ªa que hacer mucho m¨¢s de lo que hace. En un art¨ªculo coescrito por Pompeo, titulado Un plan de paz de Trump para Ucrania, que se public¨® en The Wall Street Journal a principios de este a?o, se propon¨ªa que los aliados europeos de la OTAN aumentaran su gasto en defensa al 3% del PIB y financiaran el 80% de un fondo de 100.000 millones de d¨®lares para dotar de armas a Ucrania. Y, por supuesto, que las armas y las municiones se compraran a Estados Unidos. Robert O¡¯Brien, exconsejero de seguridad nacional de Trump, escribi¨® en Foreign Affairs que ¡°la estrategia de Trump ser¨ªa seguir proporcionando ayuda letal a Ucrania, financiada por los pa¨ªses europeos, sin cerrar la puerta a la diplomacia con Rusia¡± (la cursiva es m¨ªa).
En un plano intelectual, muchos europeos reconocen que, encerrada entre una Rusia que avanza de forma agresiva y unos Estados Unidos que se retiran de forma radical, Europa debe responsabilizarse m¨¢s de su propia defensa. El intelectual franc¨¦s Emmanuel Macron, que adem¨¢s es el presidente de Francia, reaccion¨® a la victoria de Trump informando en X (antiguo Twitter) de que hab¨ªa hablado con el canciller alem¨¢n Olaf Scholz y que iban a colaborar estrechamente por ¡°una Europa m¨¢s unida, m¨¢s fuerte y m¨¢s soberana en este nuevo contexto¡±. Lo malo es que, como consecuencia de la propia soberbia de Macron, Francia tiene hoy un Gobierno d¨¦bil e inestable, que en la pr¨¢ctica solo puede sobrevivir con el apoyo de la populista Marine Le Pen, af¨ªn a Putin. Y el Gobierno de Scholz se desmoron¨® pocas horas despu¨¦s, de modo que la potencia central de Europa se ha quedado en un limbo pre y poselectoral, que tal vez se prolongar¨¢ varios meses, en un momento crucial de transici¨®n geopol¨ªtica. Entre las causas manifiestas de la ca¨ªda de la coalici¨®n est¨¢ la negativa del l¨ªder de los liberales y ministro de Finanzas, Christian Lindner, a aprobar una nueva ayuda urgente de 3.000 millones de euros para Ucrania, dentro de un paquete de gasto de emergencia de 9.000 millones de euros.
Europa tambi¨¦n est¨¢ muy dividida respecto a Trump. Entre los m¨¢s de 40 pa¨ªses europeos representados en la cumbre de la Comunidad Pol¨ªtica Europea celebrada en Budapest, en muchos hay fuerzas pol¨ªticas de peso que lo apoyan con entusiasmo; algunas de ellas est¨¢n en el poder. La lista la encabeza el anfitri¨®n de esa reuni¨®n, el l¨ªder h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n, pero le acompa?an figuras como Robert Fico en Eslovaquia, Aleksandar Vu?i? en Serbia y Geert Wilders, cuyo partido forma parte de la coalici¨®n gobernante en Pa¨ªses Bajos. La italiana Giorgia Meloni podr¨ªa inclinarse tambi¨¦n en esa direcci¨®n. Sin cargos oficiales en el gobierno nacional, pero con influencia pol¨ªtica, en el grupo est¨¢n Le Pen en Francia, Nigel Farage en el Reino Unido, la AfD en Alemania, el partido Ley y Justicia en Polonia y Vox en Espa?a. Seg¨²n un estudio de Europe Elects, en siete pa¨ªses europeos ¡ªEslovenia, Eslovaquia, Moldavia, Bulgaria, Hungr¨ªa, Georgia y Serbia¡ª, la mayor¨ªa de los encuestados habr¨ªa votado a Trump si hubiera tenido la oportunidad. Coinciden con el 78% de los rusos. S¨ª, Trump es el favorito de Rusia.
Luego est¨¢ el Reino Unido. Algunos altos cargos del gabinete del primer ministro Keir Starmer arrojaron contra Trump los insultos m¨¢s mordaces (soci¨®pata simpatizante de los neonazis), pero, ahora, la transcripci¨®n que ha ofrecido el 10 de Downing Street de la llamada telef¨®nica de Starmer al presidente electo dice que le felicit¨® ¡°efusivamente¡± y que recordaron ¡°con afecto¡± la cena en la que se conocieron a principios de este a?o. Por supuesto, se trata de la hipocres¨ªa habitual de las relaciones internacionales, pero hay una genuina posibilidad de que, teniendo en cuenta la peligrosa situaci¨®n econ¨®mica de Reino Unido despu¨¦s del Brexit y 14 a?os de austeridad conservadora, el Gobierno tenga la tentaci¨®n de alegar la ¡°relaci¨®n especial¡± para tratar de evitar los dr¨¢sticos aranceles que Trump amenaza con imponer a Europa. Sin embargo, como dijo hace poco el que probablemente ser¨¢ el pr¨®ximo canciller de Alemania, Friedrich Merz, para que Europa salve a Ucrania y pueda defenderse en un mundo peligroso, va a hacer falta la m¨¢xima cooperaci¨®n entre Alemania, Francia, Polonia y el Reino Unido, como m¨ªnimo. ?Es posible conseguir la unidad diplom¨¢tica y de defensa cuando hay semejante desuni¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica?
Hay dos meses de tiempo, hasta la toma de posesi¨®n de Trump el 20 de enero, para encontrar una soluci¨®n mejor. Tenemos que hacerlo. (Pero eso no significa que lo vayamos a hacer).
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