Escudo social contra la dana
El segundo paquete de ayuda para la recuperaci¨®n demuestra, en tiempos de populismo neoliberal, para qu¨¦ sirven los impuestos
El Gobierno aprob¨® ayer un segundo paquete de ayudas para los afectados por la dana: 110 nuevas medidas que se suman a las decretadas hace una semana, de forma que la aportaci¨®n para tareas urgentes y reconstrucci¨®n supera los 14.300 millones de euros, el mayor programa puesto en marcha en Espa?a tras una cat¨¢strofe natural. Su intenci¨®n es reforzar el escudo social y laboral para evitar despidos y contribuir a que empresas y aut¨®nomos puedan recuperar su actividad y no se vean abocados a la asfixia financiera o al cierre. Se trata de que 400.000 trabajadores, 30.000 empresas y 100.000 hogares cubran sus necesidades b¨¢sicas.
Este segundo paquete se centra en los sectores m¨¢s afectados, como el agrario, que recibir¨¢ 200 millones de euros en ayudas directas m¨¢s otros 175 millones para reparar infraestructuras. Sobresale el refuerzo de los ERTE, que han solicitado m¨¢s de 400 empresas; la congelaci¨®n de los pagos hipotecarios o los 500 millones destinados a retirar lodo y escombros, algo esencial y que con tanta raz¨®n reclaman los damnificados. En estas dos semanas, la gesti¨®n de los efectos de la cat¨¢strofe ha sido muy mejorable, pero la respuesta estatal deja claro para qu¨¦ sirven los impuestos, algo que ya se demostr¨® durante la pandemia. La eficacia del plan se medir¨¢ tambi¨¦n en la celeridad y la transparencia con las que las ayudas lleguen a los afectados, aspecto en el que las autoridades no siempre han estado a la altura en cat¨¢strofes recientes como las sufridas por Lorca o La Palma. La decisi¨®n de adelantar de inmediato el 50% de las subvenciones camina en la buena direcci¨®n.
Lamentablemente, los esfuerzos pueden quedar ensombrecidos con el cambio del clima pol¨ªtico en torno al drama. En los primeros d¨ªas no hubo cr¨ªticas cruzadas entre el Gobierno y la Generalitat Valenciana. Bien al contrario, Maz¨®n agradeci¨® en p¨²blico la ayuda y la r¨¢pida presencia de Pedro S¨¢nchez sobre el terreno. El PP, sin embargo, ha pasado al ataque y, sin respaldar claramente a su presidente regional, Carlos Maz¨®n, maniobra para sembrar dudas sobre el nombramiento de Teresa Ribera como comisaria europea a base de retorcer sus infructuosos intentos de contactar con Maz¨®n el fat¨ªdico d¨ªa. Unas maniobras que previsiblemente se ver¨¢n hoy cuando Ribera se someta al preceptivo examen en el Parlamento Europeo.
Una cat¨¢strofe de estas dimensiones y la profunda indignaci¨®n ciudadana que ha provocado lo cambia todo, y la manera en que se gestione marcar¨¢ la legislatura popular en Valencia y, probablemente, el resto de la legislatura nacional. Todo ello en medio de una creciente ola ultrapopulista y de una desconfianza en las instituciones que ser¨ªa un error obviar y una irresponsabilidad alentar, como est¨¢n haciendo algunos dirigentes populares.
Maz¨®n lanz¨® ayer unas tibias excusas al reconocer que se ¡°pueden haber cometido errores¡±, pero sigue sin asumir la incompetencia con la que ¨¦l y su equipo afrontaron la luctuosa jornada de la dana. Ten¨ªa toda la informaci¨®n actualizada por parte de Aemet y de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car, tal y como muestran los correos electr¨®nicos que ambas instituciones remitieron a la Administraci¨®n auton¨®mica, sus bases de datos sobre caudales y embalses y los mensajes en las redes sociales. Ten¨ªa las competencias exclusivas en una emergencia anunciada en la comunidad que preside y en lugar de ser ¨¦l quien estuviera al frente, exigiendo datos y anticipando la ayuda que podr¨ªa necesitar, clama acusando a otros de no haberle hecho hacer su trabajo. Ayer se supo que el martes, 29 de octubre, desde?¨® la decisi¨®n de las universidades p¨²blicas de suspender su actividad ante la alerta roja. Maz¨®n comparece el jueves en las Cortes auton¨®micas. Es el mejor marco para que ofrezca las explicaciones pendientes, que deber¨ªan comenzar por el anuncio de la destituci¨®n de su consejera de Justicia e Interior, cuya desastrosa direcci¨®n de esta emergencia hace imperiosa su marcha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.