Liberticidio
Hay pol¨ªticos que dicen amar a su pa¨ªs, pero olvidan todo lo que beneficia a su pa¨ªs
La historia nos ha ense?ado que el fin no justifica los medios. La lucha por buenas causas se corrompe cuando en nombre de las ilusiones justas utilizamos medios que deterioran la convivencia. El siglo XX asisti¨® a la falsificaci¨®n de la palabra comunismo cuando Stalin impuso el terror en nombre de la justicia social. Hay din¨¢micas graves que no s¨®lo alientan unos medios inaceptables, sino que olvidan o descuartizan sus fines. Asegurarse el poder por todos los medios acaba siendo el ¨²nico fin....
La historia nos ha ense?ado que el fin no justifica los medios. La lucha por buenas causas se corrompe cuando en nombre de las ilusiones justas utilizamos medios que deterioran la convivencia. El siglo XX asisti¨® a la falsificaci¨®n de la palabra comunismo cuando Stalin impuso el terror en nombre de la justicia social. Hay din¨¢micas graves que no s¨®lo alientan unos medios inaceptables, sino que olvidan o descuartizan sus fines. Asegurarse el poder por todos los medios acaba siendo el ¨²nico fin. Los malos medios caracterizan el comportamiento de los que no tienen otro fin que su propia ambici¨®n, es decir, de los que traicionan el fin que dicen defender. Bueno es recordarlo ahora, cuando el neoliberalismo asalta de manera crispada la pol¨ªtica de los pa¨ªses que tienen como fin una democracia social. Ya no vale identificar el progreso con la vida justa y la dignidad humana. En nombre de una libertad definida como la ley del m¨¢s fuerte, el neoliberalismo desata la furia liberticida que rompe el Estado. Se trata de un camino sin escr¨²pulos hacia el autoritarismo.
Hay pol¨ªticos que dicen amar a su pa¨ªs, pero olvidan todo lo que beneficia a su pa¨ªs. Los falsos patriotas son el mejor ejemplo de esta din¨¢mica. Por amor a Espa?a van a Europa a trabajar contra los intereses de Espa?a. Por amor a la libertad financian la pseudoprensa que manipula la informaci¨®n y los jueces que hacen una pseudojusticia poco independiente. Por amor a Espa?a convierten el debate pol¨ªtico en un espect¨¢culo de insultos y crispaciones. Por amor a Espa?a utilizan el sufrimiento popular de una tragedia para extender discursos de odio.
Espa?a necesita una derecha democr¨¢tica que se aparte del populismo liberticida de la extrema derecha. Pero hay quien considera que la democracia europea es ya, en medio de una pandemia neoliberal, la vieja dama que debe ser abandonada a su suerte en una residencia de ancianos.