No nos olvid¨¦is
Una vez contada la tragedia de Valencia, es igual de necesario estar atentos a las dilaciones y vicios de la reconstrucci¨®n
Se lo dijeron ayer al Rey y nos lo dijeron tambi¨¦n a los periodistas que hemos estado estos d¨ªas all¨ª con ellos: ¡°No nos olvid¨¦is¡±. Ni al jefe del Estado ni a nosotros, simples gacetilleros, redactores, fot¨®grafos, gente que va y viene de una desgracia a otra ?¡ª?o no es una desgracia volver a Madrid para contemplar c¨®mo nuestros pol¨ªticos se pelean por puras pendejadas mientras en Valencia siguen viviendo sobre una alfombra de barro?¡ª, nos han pedido otra cosa que esa, que los sigamos teniendo presentes en nuestros pensamientos, que volvamos de vez en cuando para ver qu¨¦ les hace falta, qu¨¦ se les prometi¨® y no llega; que, en suma, hagamos de intermediarios ante quienes s¨ª tienen poder para cambiar las cosas, tal vez con la esperanza vana del ateo que le pide al cura de su parroquia que rece por su madre enferma: ¡°A ver si a usted, que tiene mano, el de arriba le hace caso¡±.
El Rey, que reina pero no gobierna, se comprometi¨® a aceptar el encargo, a volver de vez cuando, a hacer de portavoz. ?Y nosotros? ?Qu¨¦ haremos nosotros? Durante estos d¨ªas, EL PA?S ha enviado a Valencia a m¨¢s de 20 periodistas, entre redactores y fot¨®grafos, para cubrir la informaci¨®n del desastre junto a los compa?eros de nuestra delegaci¨®n all¨ª. Todos hemos tenido la misma sensaci¨®n que los voluntarios, bomberos, polic¨ªas, guardias civiles o militares que han estado sobre el terreno: nunca hab¨ªamos visto nada igual ¡ªsi acaso Hait¨ª tras el terremoto, pero aquel era un pa¨ªs ya destruido y Valencia es una ciudad moderna y boyante¡ª. Tambi¨¦n hemos tenido claro que nada de lo que hayamos escrito, grabado, fotografiado o contado a nuestros amigos se parece al desastre que hemos presenciado en directo, a la destrucci¨®n absoluta de pueblos enteros. ¡°Quiz¨¢s¡±, comentaba ayer mi compa?ero Antonio Jim¨¦nez Barca, ¡°si en vez de riada o inundaci¨®n hubi¨¦semos utilizado la palabra tsunami, habr¨ªamos transmitido mejor lo que era aquello¡±.
Los Reyes han expresado su apoyo y solidaridad a los vecinos de Utiel (Valencia), una de las zonas afectadas por las inundaciones de la DANA.
— Casa de S.M. el Rey (@CasaReal) November 19, 2024
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Estoy de acuerdo. Y por eso es necesario que no solo el jefe del Estado se aplique el cuento ¡ªm¨¢s le vale, porque tampoco la monarqu¨ªa se libra de la desafecci¨®n general, aunque el CIS prefiera, por si acaso, no preguntar¡ª, sino que tambi¨¦n nosotros, los medios que aspiramos a ser serios, mantengamos nuestra atenci¨®n en Valencia. Contar la reconstrucci¨®n de los pueblos afectados ser¨¢ menos espectacular, pero igual o m¨¢s necesario. No hay m¨¢s que fijarse en otras cat¨¢strofes recientes o lejanas para constatar que la falta de diligencia en la reconstrucci¨®n, y no digamos el aprovechamiento il¨ªcito de las grandes inversiones, forman ya parte de las tradiciones espa?olas. Hace unos d¨ªas, le pregunt¨¦ a Vicente Mart¨ªnez Mus, un veterano senador del PP que ahora es consejero de Medio Ambiente, Infraestructura y Territorio, si hab¨ªa puesto en marcha alg¨²n mecanismo para evitar la corrupci¨®n ante la avalancha de fondos que va a llegar, la respuesta inmediata fue: ¡°Pues mire, se lo digo como lo siento. La verdad es que no me ha preocupado nada de eso¡±. Ayer mismo empezaron a correr por las redes sospechas sobre las primeras contrataciones.
No estar¨ªa de m¨¢s, por tanto, que esa fuerza de choque inmediata, entusiasta, eficaz y joven que supusieron los voluntarios armados de palas y escobones se transformara, ya de regreso a sus trabajos o sus estudios, en observatorio atento del ritmo de las obras, de la transparencia de las adjudicaciones, del cumplimiento de las promesas. Herramientas hay, mano de obra tambi¨¦n. Ahora solo hace falta lo m¨¢s dif¨ªcil y lo m¨¢s urgente. Verdad, cercan¨ªa y tiempo. Memoria, constancia y periodismo.
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