El analista ensimismado
Nuestra forma de ver el mundo es cada vez m¨¢s sesgada. Esto produce algunas satisfacciones y resulta c¨®modo, pero conduce a fallos de an¨¢lisis y errores morales
Nuestra forma de ver el mundo es cada vez m¨¢s ensimismada. Esto obedece a muchos factores, produce algunas satisfacciones y resulta c¨®modo, pero conduce a fallos de an¨¢lisis y errores morales. Un ejemplo es cuando analizamos lo que sucede en Siria solo en t¨¦rminos de geopol¨ªtica (generalmente de cuarta: un Kissinger de saldo y esquina), como si las personas que sufr¨ªan un r¨¦gimen criminal aliado de otros reg¨ªmenes criminales fueran solo peones en un juego donde lo que importa somos nosotros.
Otro ejemplo son los an¨¢lisis de las elecciones estadounidenses que desde?an la importancia de la inflaci¨®n o los errores de los dem¨®cratas. Mis preferidos son aquellos que, como Jan-Werner Muller en London Review of Books, dicen que ellos est¨¢n encantados consigo mismos, que lo de la arrogancia de las ¨¦lites liberales es un invento y que las explicaciones corresponden a los votantes de Trump. John Burn- Murdoch, el analista de datos de Financial Times, ha mostrado c¨®mo en los ¨²ltimos a?os los dem¨®cratas han virado a la izquierda en asuntos vinculados a las guerras culturales. Citaba un estudio de Alexander Furnas y Timothy LaPira que revelaba que las llamadas ¡°¨¦lites pol¨ªticas¡± eran partidarias de pol¨ªticas m¨¢s progresistas que el votante medio, y que el votante dem¨®crata medio. (Por supuesto, es ese extra?o progresismo sin redistribuci¨®n). John Gray ha escrito ¡°en la actualidad, el liberalismo [en el sentido anglosaj¨®n] no es tanto una filosof¨ªa pol¨ªtica como una forma cr¨®nica de disonancia cognitiva. Parece que los progresistas carecen de la capacidad de aprender de la experiencia, que es la precondici¨®n necesaria del progreso. Oscilando entre paroxismos de dolor por su virtud herida y profesiones poco convincentes de esperanza invencible conservan la cordura negando la verdad que les mortifica¡±.
Sucede en otros lugares del espectro ideol¨®gico. Un trabajo de Daniel Yudkin, Stephen Hawkins y Tim Dixon contaba que los republicanos y los dem¨®cratas cre¨ªan que el 55% de los votantes del otro partido ten¨ªan posiciones extremas: la cifra real rondaba el 30%. Quienes consum¨ªan noticias todos los d¨ªas ten¨ªan una percepci¨®n m¨¢s desajustada que los que las consum¨ªan ocasionalmente. En el caso de los dem¨®cratas, m¨¢s educaci¨®n correspond¨ªa a m¨¢s desajuste. Una posible explicaci¨®n es que los republicanos m¨¢s educados conviv¨ªan con dem¨®cratas y su percepci¨®n de ellos era m¨¢s realista. El estudio tiene unos a?os, pero la lecci¨®n es clara: v¨¢monos a Bluesky a hablar solo con quienes piensen como nosotros. La desinformaci¨®n bien entendida es como la caridad: empieza por uno mismo.
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