La resistencia comienza en la palabra
Los lectores escriben sobre la movilizaci¨®n ciudadana, el deporte en Arabia Saud¨ª, los recortes en sanidad y el estado de las bibliotecas p¨²blicas
?C¨®mo luchar contra las ganas de abandonar la esperanza? Tengo 26 a?os y observo con la conciencia del culpable e impotente el nacimiento del tecnofeudalismo, la limpieza ¨¦tnica del pueblo palestino, la llegada del desastre clim¨¢tico y la segunda venida del fascismo que recorre el mundo entero. Nos morimos. De hambre, de sed, ahogados, de fr¨ªo, de soledad. Y apenas queda tejido social para la lucha. ?A d¨®nde vamos los que queremos luchar? Hasta la propia protesta parece colonizada por lo influenciable y el beneficio econ¨®mico. Ya lo dijo la escritora Ursula K. Le Guin: ¡°Vivimos en el capitalismo. Su poder parece ineludible. Tambi¨¦n lo parec¨ªa el derecho divino de los reyes¡±. Todo orden humano puede ser resistido y destruido por el propio ser humano. ?Hagamos eso! Aunque nuestra militancia no irrumpa en la cotidianidad con actos heroicos y solo quede en conversaciones, con el vecino, con el abuelo o con el panadero; el cambio y la resistencia, a menudo, comienzan en la palabra.
Laura Arias. Madrid
Supercopa
Sabrina Vega y ahora Anna Muzychuk ¡ªcampeonas de Espa?a y del mundo de ajedrez, respectivamente¡ª, cargadas de valor y humildad, renunciaron a competir en Arabia Saud¨ª por sus leyes mis¨®ginas que no respetan los derechos humanos, aun con mucho dinero de por medio. Sin embargo, a otros personajes p¨²blicos, como Gerard Piqu¨¦, que medi¨® para llevar la Supercopa a Arabia Saud¨ª, parece importarles un pepino el comportamiento inmoral de este Estado hacia las mujeres, ya que solo prevalece el dinero. Y nosotros, pese a ser conscientes de ello, no criticamos lo suficiente estas decisiones que, motivadas solo por un inter¨¦s econ¨®mico, obvian los actos b¨¢rbaros que se cometen all¨ª. No dejemos que el f¨²tbol espa?ol caiga en la podredumbre.
Alberto Barata Aznar. Valencia
Salud
¡°Hay que vivir como si cada d¨ªa fuera el ¨²ltimo¡±. Esta frase ha hecho fortuna en libros de autoayuda y tiene su gracia si nunca has pasado por el trance de enfrentarte a la posibilidad de morir. Cuando ha sido as¨ª, cada nuevo d¨ªa se ti?e con la tristeza de la despedida, con la sensaci¨®n de estar jugando una pr¨®rroga de un partido que se acaba y en el que solo cabe la derrota. Porque la salud, m¨¢s que cualquier otra cosa, determina nuestra percepci¨®n del mundo. X y sus pol¨¦micas nada importan cuando lo importante es seguir respirando. Por eso me sorprende que los fil¨®sofos dediquen tanto tiempo a reflexionar sobre el nuevo pan¨®ptico digital o los l¨ªmites del saber y tan poco a preguntarse sobre la escasez de m¨¦dicos en atenci¨®n primaria. Quiz¨¢s sea porque disfrutan de buena salud.
David Mart¨ªnez Pradales. Alcorc¨®n (Madrid)
Bibliotecas
Durante la ¨¦poca de ex¨¢menes, las bibliotecas se convierten en el segundo hogar de los estudiantes. Sin embargo, muchas tienen limitaciones como falta de espacio, horarios reducidos y recursos insuficientes. Es fundamental invertir en mejorar estos espacios, ampliando horarios y garantizando mejores condiciones, para que sigan siendo un apoyo clave en la formaci¨®n acad¨¦mica y el desarrollo de los j¨®venes.
Arnau Mir Quiros. Barcelona