La memoria democr¨¢tica: un legado intergeneracional
Los lectores escriben sobre la dictadura franquista, las redes sociales de Musk y Zuckerberg y la presi¨®n social en torno a la depilaci¨®n femenina
Nac¨ª seis d¨ªas despu¨¦s de que muriese el dictador y en este a?o, que el Gobierno conmemora, recuerdo especialmente a mis padres, que me ense?aron el valor de las ideas y la igualdad. Mi madre dec¨ªa, temerosa, que no hablase muy alto y mi padre me pasaba este peri¨®dico, que le¨ªa de ¡°atr¨¢s hacia adelante¡±, como acto casi subversivo, en una ¨¦poca en que ya leer no era nada contrario al sistema. Tengo la impresi¨®n de que nunca llegaron a creerse libres del todo. Ellos ya no est¨¢n pero, por suerte, mis suegros, testigos de aquellos a?os, pueden contarle a mi hija, su nieta, lo que cost¨® traer la democracia de la que ella, sin casi darse cuenta, disfruta. Valoro la fortuna de haber conocido a las generaciones que han sufrido la opresi¨®n y el hambre y tambi¨¦n a aquellos que con menos carencias no vislumbraron la libertad hasta un 20 de noviembre de 1975. Ellos y ellas hicieron posible la sociedad que hoy tenemos y este aniversario debe servir para recordarles, rendirles homenaje y valorar la libertad de la que disfruta mi generaci¨®n y todas las que han ido llegando.
Javier Cobos Sabat¨¦. Madrid
Piensa en ello
Imaginen que en su calle hay un camello. Est¨¢ d¨ªa y noche y sab¨¦is perfectamente que vende droga a los chicos del barrio. Es posible que tambi¨¦n a vuestra hija, pero prefer¨ªs no pensar en ello. No lo denunci¨¢is ni alert¨¢is a vuestros vecinos y familia porque os cuenta unos chistes buen¨ªsimos y de vez en cuando os consigue unos gadgets electr¨®nicos a precios imbatibles. Inveros¨ªmil. Vosotros nunca os comportar¨ªais as¨ª, ?verdad? Sin embargo, es lo que hacemos todos como usuarios de las redes sociales que controlan dos ultra millonarios. Ahora, Zuckerberg ha anunciado que dejar¨¢ de verificar los contenidos publicados y Musk, desatado y sin tapujos, influye en los procesos electorales de otros pa¨ªses. ?Seguimos sin pensar en ello?
Sergio Rezzonico. Ribadesella (Asturias)
Depilaci¨®n femenina
¡°No pude quitarme la chaqueta porque no me hab¨ªa depilado los brazos¡±. O¨ªr decir eso a mi madre (feminista orgullosa) y me hizo reflexionar sobre la estrecha relaci¨®n que existe entre la depilaci¨®n y la opresi¨®n contra las mujeres. Normalmente, una no se depila por gusto, sino para evitar el castigo social proveniente de ambos sexos que acarrea el no modificar nuestro cuerpo al gusto de una sociedad sexista. Adem¨¢s, ?por qu¨¦ un cuerpo sin vello, que evoca rasgos de inmadurez, es considerado m¨¢s atractivo y limpio que uno natural? Esta pr¨¢ctica tan normalizada promueve la infantilizaci¨®n y sexualizaci¨®n de la mujer. Revela una pieza m¨¢s de la opresi¨®n sistem¨¢tica que seguimos sufriendo las mujeres. El feminismo no puede triunfar si ni siquiera somos conscientes del sexismo grabado a fuego (o l¨¢ser) en los rincones m¨¢s rec¨®nditos de nuestra mente y cuerpo.
Violeta Saiz de Agapito. Pamplona
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