El impudor
Hay jueces al servicio de la impunidad desaforada. En Madrid llueve sobre mojado. Primero fue un padre, luego un hermano y ahora un novio que hace negocios con repercusiones sociales graves

En los crispados debates de la democracia espa?ola, conviene recordar que Jos¨¦ Luis ?balos ya no es militante del PSOE, forma parte del Grupo Mixto en el Congreso y su antiguo partido vot¨® a favor de que perdiera el aforamiento para que fuese juzgado. Yo no opino sobre su culpabilidad, no s¨¦, pero celebro la decencia de que un partido evite convertirse en amparo de figuras sospechosas. Fue tambi¨¦n el caso de Errej¨®n y Sumar. La psicoling¨¹¨ªstica nos ha ense?ado que uno mismo debe controlar sus mon¨®logos interiores si se quiere mantener un buen estado de ¨¢nimo p¨²blico. La persona que se abandona a la furia interior acaba comport¨¢ndose con ira desatada. Eso me lo ense?¨® la poes¨ªa, porque uno debe controlarse por dentro para no escribir versos que aparezcan como desahogos de patetismo o cursiler¨ªa. Tambi¨¦n se aprende en el camino del colegio y del trabajo. Sofocar los arrebatos ayuda a no entrar en conflicto con los dem¨¢s. En pol¨ªtica, esa necesidad de pudor ¨¦tico debe respirarse dentro de los partidos.
Las relaciones entre la justicia y la ¨¦tica pol¨ªtica rompen l¨ªmites cuando se utilizan las influencias para detener o pervertir los procesos judiciales. Hay jueces al servicio de la impunidad desaforada. Los ¨²ltimos acontecimientos dejan al descubierto casos extremos de deshonestidad. En Madrid llueve sobre mojado. Primero fue un padre, luego un hermano y ahora un novio que hace negocios con repercusiones sociales graves, por ejemplo, la privatizaci¨®n de la sanidad p¨²blica y el desbordamiento de sus servicios. Miles de ancianos murieron en las residencias de Madrid porque alguien dio la orden de que no fuesen tratados en la pandemia por los profesionales que pod¨ªan salvarles la vida. Mala gente hay en todas las casas y todos los partidos. Lo doloroso para la democracia es que un partido abandone las reglas del pudor y se convierta en amparo de gente acostumbrada a los comportamientos turbios.
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