Davos: adi¨®s al capitalismo de rostro humano
Las ¨¦lites econ¨®micas aparcan el compromiso contra la desigualdad y el cambio clim¨¢tico
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha dominado la edici¨®n de este a?o del Foro Econ¨®mico Mundial de Davos, sobre todo por la brecha que sus pol¨ªticas pueden abrir entre Estados Unidos y el resto del mundo. En especial con la Uni¨®n Europea, rezagada en t¨¦rminos de crecimiento, reformas e inversiones en inteligencia artificial. Durante una semana, los grandes ejecutivos globales han exhibido su optimismo ante la prometida ola desregulatoria de Trump, a la que se suma la guerra de impuestos a la baja que anunci¨® ¨¦l mismo durante su intervenci¨®n por teleconferencia dos d¨ªas despu¨¦s de su investidura. Los conocidos como ¡°hombres (y mujeres) de Davos¡±, amparados en las propuestas de Mario Draghi en su informe del pasado septiembre, han aprovechado la coyuntura para pedir a las autoridades europeas que se replanteen su estrategia.
Ursula von der Leyen prometi¨® poner la econom¨ªa en el centro de su segundo mandato al frente de la Comisi¨®n Europea, pero sin apartarse de la ortodoxia. Durante su intervenci¨®n, Von der Leyen se comprometi¨® a reducir los precios de la energ¨ªa, impulsar la inversi¨®n y la unidad de mercado y reducir la burocracia administrativa, una de las quejas recurrentes entre los congregados en la ciudad suiza. Incluso China, por boca de su viceprimer ministro, se aline¨® con la ortodoxia econ¨®mica a la espera de ver en qu¨¦ se concretan las amenazas arancelarias lanzadas desde EE UU.
Como recordaron varios expertos, en una econom¨ªa mundializada la guerra comercial acaba siendo perjudicial para todos. Davos, adalid de la globalizaci¨®n, sigue insistiendo en que la fragmentaci¨®n geoecon¨®mica derivada de los aranceles, las sanciones y las pol¨ªticas industriales nacionales podr¨ªa llegar a reducir el PIB mundial hasta un 5%, lo que supondr¨ªa un impacto mayor que la crisis financiera de 2008 o la pandemia de la covid-19.
Su coincidencia con la primera semana de cambio de era en la Casa Blanca hizo que el foro tuviera un ojo en Washington. Dos ausencias han sido significativas en esta edici¨®n. La m¨¢s evidente, la de la oligarqu¨ªa tecnol¨®gica, que acudi¨® en pleno a la investidura de Trump, a la que los due?os de Meta o Amazon contribuyeron con donaciones millonarias. La m¨¢s preocupante, y relacionada con la anterior, la de la p¨¢tina social con la que los l¨ªderes empresariales decoraban su discurso desde la crisis financiera. Malas noticias para los m¨¢s d¨¦biles.
Atr¨¢s han quedado los a?os en los que los ejecutivos reunidos en los Alpes defend¨ªan un capitalismo con rostro humano, es decir, comprometido con la lucha contra el cambio clim¨¢tico y con la reducci¨®n de la desigualdad. La prueba es que algunos de los principales bancos y fondos de inversi¨®n han empezado a revertir su apuesta por financiar la descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa. Davos vuelve as¨ª a sus esencias: negocio, negocio y negocio.
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