Trumpismo patrio
El populismo tambi¨¦n avanza porque en las filas democr¨¢ticas han calado sus pr¨¢cticas
Trump es un problema, pero no es el ¨²nico problema. Los enemigos expl¨ªcitos de la democracia liberal no tendr¨ªan ninguna posibilidad de ¨¦xito si quienes est¨¢n llamados a custodiar el viejo orden de pluralismo y libertades tuvieran un comportamiento coherente. Es deleznable que Trump se atreviera a indultar a los fan¨¢ticos que irrumpieron en el Capitolio con cuernos de b¨²falo en 2021. Sin embargo, ese esc¨¢ndalo queda amortiguado por el silenciador que imponen los precedentes inmediatos. Biden indult¨® a miembros de su familia pocas horas antes de dejar el cargo. Y, a este lado del Atl¨¢ntico, tambi¨¦n hemos visto c¨®mo se trafica con indultos por puro ventajismo pol¨ªtico, con la connivencia, por cierto, de los mismos que ahora piden las sales.
No vivimos una batalla entre dem¨®cratas y populistas postliberales. Estamos en una coyuntura en la que el populismo avanza porque, en las filas que se dicen democr¨¢ticas, han calado las pr¨¢cticas irresponsables de los aut¨®cratas. Los excesos siempre son bienvenidos si quienes los cometen visten nuestra camiseta. Espa?a no es una excepci¨®n. Los mismos intelectuales que hace una d¨¦cada escrib¨ªan alegatos populistas hipertrofian ahora su alarma cuando se cumple su propia consigna: el miedo ha cambiado de bando.
El populismo empuja unas puertas a las que algunos supuestos dem¨®cratas han aflojado todos sus cerrojos. Que los jueces pongan freno a los excesos de Meloni o de Trump es una noticia excelente. Sin embargo, si esa limitaci¨®n pol¨ªtica acontece en Espa?a, hay quien apunta a una conspiraci¨®n. Los bulos son un desaf¨ªo preocupante, pero lo tr¨¢gico es que muchos de ellos son propagados por periodistas que trabajan en cabeceras de prestigio.
A¨²n m¨¢s inquietante fue el se?alamiento que el s¨¢bado hizo ?scar Puente, ?en la red social X! El ministro de Transportes se permiti¨® se?alar p¨²blicamente a una periodista de independencia probada, como es Elisa Beni. No es la primera vez que miembros del Gobierno se?alan a empresarios, jueces o columnistas, pero es escandaloso que profesionales de apariencia ejemplar, de esos que suspiran hondo evocando a los grandes editores anglosajones, demuestren un servilismo tan cobarde como para no reaccionar contra el marcaje que Puente hizo a esta compa?era.
Vivimos en un contexto de virtudes democr¨¢ticas simuladas. Lo f¨¢cil es revolverse contra los tiranos muertos o contra los d¨¦spotas que gobiernan otros pa¨ªses. Pero lo heroico, de verdad, es defender la democracia cuando quienes la destrozan son los nuestros.
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