X, una Casa Blanca en la sombra
Elon Musk utiliza su red social para justificar las pol¨ªticas de Trump y acallar las cr¨ªticas
![Manifestaci¨®n contra la intervenci¨®n de Musk en el Departamento del Tesoro, el pasado 4 de febrero en Washington.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BAKHGC5PBNFKRPTU7VFNXKZY2E.jpg?auth=88851c68706d75c05da6cf5cd349d78e163d16cd63a24f8f16b0d1c6958d1d81&width=414)
Las tres semanas que han transcurrido desde que Trump asumi¨® el poder en Estados Unidos parecen tres a?os. Se nos han hecho eternos los d¨ªas en los que Trump, a golpe de decreto presidencial, ha empezado a tallar los contornos de su acci¨®n pol¨ªtica y de su nuevo orden mundial en el que los inmigrantes son delincuentes, los funcionarios carne de ca?¨®n, las naciones aliadas merecen ser humilladas con chantajes y el derecho internacional es pisoteado en favor de la pol¨ªtica del negocio.
La Casa Blanca es s¨®lo una parte del decorado, uno de los dos escenarios de un poder bic¨¦falo. El segundo es X, ahora el epicentro de un ¨®rgano de propaganda global que el segundo presidente, Elon Musk, dirige desde la sala de mandos mientras tuitea convulsivamente desde su cuenta personal. Todas las posibilidades de comunicaci¨®n de su red social han sido movilizadas al servicio del nuevo r¨¦gimen.
Como si de un nuevo No-Do se tratara, o una reformulaci¨®n de los sermones del fallecido Ch¨¢vez en Al¨® Presidente, X presenta incansablemente a todos los usuarios de la red los tuits de Elon Musk. Sus aportaciones, que superaron el millar durante la primera semana de febrero, son a su vez replicadas por un enjambre de cuentas de sus ¡°palmeros¡± digitales, tambi¨¦n favorecidos por el algoritmo para que lleguen hasta el ¨²ltimo usuario. La ocupaci¨®n del espacio medi¨¢tico en la era de las redes sociales era esto: hacer que no exista otro protagonista que Musk, ni mensajes m¨¢s replicados que los suyos. ¡°Elon Musk ha superado los 216 millones de seguidores. Es el perfil con m¨¢s seguidores e interacciones en X¡±, anuncia @cb_doge, la cuenta de uno de sus fieles, como si del azar se tratara y no de una manipulaci¨®n.
BREAKING: Elon Musk has surpassed 216 million followers. He is the most followed and interacted account on ?. pic.twitter.com/8RlsSFzl2g
— DogeDesigner (@cb_doge) February 5, 2025
Mientras Donald Trump defiende sus medidas desde los salones de la Casa Blanca, Musk asume la tarea de justificarlas desde su p¨²lpito personal con todos los recursos que, sabe, funcionan en las redes sociales. Uno de ellos es la desinformaci¨®n. A los que se escandalizan por los planes de eliminar el Departamento de Educaci¨®n, Musk les presenta un gr¨¢fico sin contexto ni enlace que justificar¨ªa, dice, que el dinero invertido no sirve para mejorar los resultados escolares. Poco importa que los datos que utiliza sean de 2013 o si el objetivo de esta agencia es ayudar a alumnos de familias con rentas bajas, apoyar programas de educaci¨®n especial o conceder becas de estudio. Musk no tiene reparos en replicar un bulo lanzado desde Rusia sobre viajes de estrellas de Hollywood a Ucrania, pagados con dinero p¨²blico para justificar el hachazo que Trump pretende propinar a la estructura de USAID, la agencia federal de cooperaci¨®n al desarrollo.
Massive increase in spending after the Department of Education was created with no actual improvement in education! https://t.co/J72BUVqGsl
— Elon Musk (@elonmusk) February 5, 2025
El uso de la mentira ha sido interiorizado desde los centros de poder de Trump, tanto como la necesidad de estrangular el periodismo libre. As¨ª, cuando el presidente se afana en torcer el brazo de medios de informaci¨®n influyentes a golpe de demandas por difamaci¨®n, Musk los descalifica y reivindica la vigencia del ¡°periodismo ciudadano¡±. ¡°Vosotros sois los medios ahora¡±, repite machaconamente. Pero monopolizar la informaci¨®n es s¨®lo una de las patas de la estrategia. La segunda consiste en arrinconar algor¨ªtmicamente a quien realiza buen periodismo de investigaci¨®n. Wired, el medio que revel¨® el desembarco de ingenieros inexpertos en la toma de control de la infraestructura del Gobierno federal ha perdido en el ¨²ltimo mes 17.000 de sus casi 10 millones de seguidores en X, seg¨²n SocialBlade. Parad¨®jicamente, sus investigaciones encuentran, seg¨²n datos de Talkwalker, mayor impacto en redes como Bluesky donde tienen 20 veces menos usuarios que en X. El secretismo con el que Musk envuelve las modificaciones del algoritmo de su red consolida un orden informativo profundamente autocr¨¢tico, pese a los ostentosos golpes de pecho en favor de la libertad de expresi¨®n, con los que el magnate tecnol¨®gico pretende impresionar al mundo.
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