Datos, la clave para proyectar la Agenda 2030
Poder cuantificar en tiempo real la dimensi¨®n de un problema humanitario, posiblemente conocido pero minusvalorado, es la clave para desplegar ayuda, canalizar financiaci¨®n y mejorar decisiones
Los datos han permeado en la capa estrat¨¦gica y pol¨ªtica europea, prueba de ello es la reciente estrategia de datos de la UE que forma parte de un paquete de agendas que conforman la estrategia digital pensada para moldear el desarrollo social y econ¨®mico de Europa. Sin duda, es momento de analizar si estas tendencias nos conducen a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los datos han dado lugar a un nuevo tipo de innovaci¨®n que aprovecha fuentes tradicionales y otras nuevas fruto de la interacci¨®n de las personas con las plataformas digitales. Desde hace cerca de una d¨¦cada, Naciones Unidas, algunos centros de investigaci¨®n y empresas empezaron a explorar c¨®mo esta innovaci¨®n podr¨ªa ayudar a mejorar la acci¨®n humanitaria o el desarrollo. Hemos visto, sin embargo, que a¨²n teniendo las herramientas, las dificultades siguen presentes en gestionar cambios y capacidades, compartir datos del sector privado en tiempo real y en dise?ar soluciones que formen un engranaje adecuado con las din¨¢micas locales de comunidades y regiones.
La otra cara de los datos y los ODS es la generaci¨®n de conocimiento accionable. Muchas veces poder cuantificar en tiempo real la dimensi¨®n de un problema humanitario, posiblemente conocido pero minusvalorado, es la clave para desplegar ayuda, canalizar financiaci¨®n y mejorar decisiones. Pero la realidad es que estamos llegando a una sobrecarga de indicadores est¨¦riles.
Los datos deben usarse para entender esas relaciones, a priori no evidentes, que revelan problemas sist¨¦micos que frenan un mundo m¨¢s sostenible y sin desigualdades. Ah¨ª radica su verdadero potencial, generar evidencia con impacto, que podemos aprovechar si establecemos un di¨¢logo multidisciplinar con ellos.
La forma en la que se gestionan las evidencias tambi¨¦n es clave y estamos empezando a entender c¨®mo hacerlo. M¨¢s que respuestas definitivas, proporcionan la base para aprendizaje org¨¢nico y generaci¨®n de inteligencia. Esto implica preparaci¨®n y anticipaci¨®n creando equipos con capacidades cient¨ªficas que tengan influencia directa en decisiones.
La experimentaci¨®n con datos y evidencias tambi¨¦n est¨¢ demostrando su potencial para gestionar alianzas alineando actores y siendo la base de un consenso aumentado que a¨²ne esfuerzos aportando transparencia, rigor y puntos de apoyo. El an¨¢lisis predictivo es, por supuesto, una herramienta fundamental que debe servir para crear capacidades frente a diversos escenarios incluyendo estrategias de mitigaci¨®n. Pero no podemos dejar de se?alar que existe un riesgo grav¨ªsimo en simplificar procesos o instrumentalizar el uso de datos que puede tener consecuencias negativas exponenciales.
Si en esta ocasi¨®n nos centramos en Europa y los ODS, la estrategia de datos gira en torno a la propuesta de un mercado ¨²nico que favorezca su circulaci¨®n, una normativa regulatoria y la creaci¨®n de infraestructuras con especial atenci¨®n a data spaces.
Una visi¨®n del futuro digital sostenible necesita tambi¨¦n que los datos sirvan para construir un nuevo tejido social apoyado por la ciencia
Sin duda, disponer de datos entre diversos sectores puede ser un catalizador de un sistema productivo m¨¢s interconectado. Sin embargo, el car¨¢cter transaccional de esta estrategia supone serias dificultades para generar la colaboraci¨®n y sinergias necesarias para lograr los ODS, e incluso un liderazgo socio-tecnol¨®gico en un mundo que est¨¢ cambiando su percepci¨®n de valor. Adem¨¢s, esta estrategia no identifica roles necesarios para el sector p¨²blico, la academia, la investigaci¨®n o el tercer sector. Una visi¨®n del futuro digital sostenible necesita tambi¨¦n que los datos sirvan para construir un nuevo tejido social apoyado por la ciencia.
La apuesta por los data spaces como infraestructura interoperable es ¨²til, pero insuficiente. El primer paso en una estrategia de datos para los ODS es evaluar el actual ecosistema e identificar las brechas que nos permitan un uso para potenciar la igualdad, la inclusi¨®n social, una mejor sanidad o una educaci¨®n m¨¢s apta para los retos futuros. Cuando son incompletos nos llevan a evidencias sesgadas con un impacto negativo de enormes proporciones.
La gobernanza de las infraestructuras, las condiciones de acceso y regulaci¨®n deber¨ªan gravitar en torno a la sostenibilidad, la resiliencia o la igualdad m¨¢s all¨¢ de la competitividad. Se est¨¢ hablando de poner a las personas en el centro de la tecnolog¨ªa, pero realmente necesitamos a las personas en el centro de toda la cadena del valor del dato, con todas las consecuencias.
Hasta la fecha, los poseedores de datos determinan efectivamente qu¨¦ se hace con ellos, lo cual tiene un impacto directo en la priorizaci¨®n de proyectos, alianzas e iniciativas para los ODS. El rol que Naciones Unidas y organizaciones multilaterales tienen en la ¨²ltima d¨¦cada en pa¨ªses en desarrollo para promover su uso para programas de desarrollo y humanitarios est¨¢ vacante en Europa., y los ODS son ineludibles en las ciudades y las zonas rurales. La vulnerabilidad de Europa en la actual crisis de la covid-19 es un ejemplo de esta necesidad de mecanismos digitales al servicio de la sociedad que solo hemos empezado a implementar de forma reactiva y apresurada.
Generar la conexi¨®n de problemas, sectores y actores a trav¨¦s de los datos requiere de recursos. No existen actualmente los mecanismos de financiaci¨®n para poder llevar la investigaci¨®n fundamental a una implantaci¨®n que dote a la ciudadan¨ªa y a los tomadores de decisiones de herramientas adecuadas. El problema se agudiza si consideramos que la estrategia europea y la pr¨¢ctica nos lleva a una situaci¨®n en la que tienen un alt¨ªsimo coste. La econom¨ªa del dato sin unos principios y regulaci¨®n alineados con los ODS puede tener un efecto totalmente inhibidor.
La democratizaci¨®n y la alfabetizaci¨®n en datos debe ser progresiva para que se logre un empoderamiento. La estrategia europea apunta a un control personal de los mismos justificado en la privacidad. Es insuficiente. Estamos ante un momento clave para que los ciudadanos tomen conciencia del valor colectivo de los datos y sepan c¨®mo eso es posible. Necesitamos nuevos equipos que tengan la legitimidad y la confianza necesarias y que sepan integrar y acompa?ar a los ciudadanos hacia una digitalizaci¨®n sostenible. Desde estos logros, Europa podr¨¢ tambi¨¦n realmente proyectar la Agenda 2030 en todo el mundo.
David Pastor Escuredo es experto en datos e inteligencia artificial para el desarrollo, en el Centro de Innovaci¨®n en Tecnolog¨ªa para el Desarrollo Humano, Universidad Polit¨¦cnica de Madrid (LifeD Lab).
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