La edad, los genes, los datos o la prevenci¨®n... ?por qu¨¦ ?frica tiene menos muertes de covid-19?
En muchos de los 55 pa¨ªses la transmisi¨®n ha sido alta, pero la gravedad y la mortalidad han sido mucho m¨¢s bajas que las predicciones originales, basadas en la experiencia de China y Europa. Algunas pistas
Cuando surgi¨® la amenaza de una pandemia por la covid-19 a principios de a?o, muchos temieron sus efectos en ?frica. La preocupaci¨®n por la combinaci¨®n de sistemas de salud sobrecargados e insuficientemente financiados, y la carga ya existente de enfermedades infecciosas y no infecciosas, consiguieron que con frecuencia se hablara de ello en t¨¦rminos apocal¨ªpticos.
Sin embargo, ese no ha sido el resultado. El 29 de septiembre, la cifra global de muertes super¨® el mill¨®n (la cifra real ser¨¢, por supuesto, m¨¢s alta). Ese mismo d¨ªa, el recuento de v¨ªctimas mortales en ?frica arroj¨® un total acumulado de 35.954.
?frica representa el 17% de la poblaci¨®n mundial, pero solo un 3,5% de las muertes por covid-19 comunicadas. Todas las muertes son importantes, no debemos descartar cifras aparentemente bajas y los datos recopilados son de calidad variable, pero la brecha entre las predicciones y lo que realmente ha ocurrido hasta el momento es asombrosa. Se ha discutido mucho sobre a qu¨¦ se debe este desfase.
Como l¨ªderes del equipo covid-19 de la Academia Africana de Ciencias, hemos seguido el desarrollo de los acontecimientos y presentado varias explicaciones. En muchos pa¨ªses africanos, la transmisi¨®n ha sido alta, pero la gravedad y la mortalidad han sido mucho m¨¢s bajas que las predicciones originales, basadas en la experiencia de China y Europa.
Sostenemos que la poblaci¨®n mucho m¨¢s joven de ?frica explica una gran parte de la aparente diferencia. La parte restante probablemente se deba a la falta de datos fiables sobre lo que ocurre, aunque existen otras explicaciones plausibles: diferencias clim¨¢ticas, inmunidad preexistente, factores gen¨¦ticos o diferencias de comportamiento.
Dada la enorme variabilidad de las condiciones a trav¨¦s del continente, que cuenta con 55 estados, es probable que la contribuci¨®n exacta de cualquiera de los factores cambie de un pa¨ªs a otro. Pero la conclusi¨®n es que lo que en un inicio parec¨ªa un misterio es ahora menos desconcertante a medida que surgen m¨¢s evidencias cient¨ªficas.
La importancia de la edad
El factor de influencia m¨¢s obvio en las bajas tasas de mortalidad es la estructura de edad de la poblaci¨®n. En muchos pa¨ªses, el riesgo de muerte por covid-19 para personas de 80 a?os o m¨¢s es aproximadamente cien veces mayor que para las personas de 20 a?os.
Esto se aprecia mejor con un ejemplo: a 30 de septiembre, el Reino Unido hab¨ªa contabilizado 41.980 muertes por covid-19, mientras que Kenia hab¨ªa contabilizado 691. La poblaci¨®n del Reino Unido es de unos 66 millones de personas, con una edad media de 40 a?os. La poblaci¨®n de Kenia es de 51 millones y la edad media es de 20 a?os.
Teniendo en cuenta el tama?o de la poblaci¨®n, el n¨²mero de muertes en Kenia se habr¨ªa estimado en unas 32.000. No obstante, si se corrigiera tambi¨¦n por estructura de la poblaci¨®n (asumiendo que las muertes espec¨ªficas por edad del Reino Unido se aplican a la estructura poblacional de Kenia), se esperar¨ªan alrededor de 5.000 muertes. Sigue habiendo una gran diferencia entre 700 y 5.000. ?C¨®mo puede explicarse?
Otros posibles factores
Una posibilidad es la falta de identificaci¨®n y registro de las muertes.
Al comienzo de la pandemia, Kenia, como muchos pa¨ªses, ten¨ªa poca capacidad para realizar pruebas, y el registro espec¨ªfico de muertes es complejo. Sin embargo, Kenia desarroll¨® r¨¢pidamente su capacidad para hacer an¨¢lisis y la atenci¨®n espec¨ªfica que se presta a la b¨²squeda de fallecimientos hace que sea poco probable que una diferencia de esta envergadura pueda ser explicada completamente con la informaci¨®n que falta. No han faltado explicaciones a partir de otros factores.
Temperaturas altas y humedad
Un estudio reciente realizado en Europa inform¨® sobre descensos importantes en la mortalidad debidos a las temperaturas m¨¢s altas y la humedad. Los autores propusieron que este fen¨®meno podr¨ªa deberse a que los mecanismos con los que nuestras v¨ªas respiratorias despejan el virus funcionan mejor en condiciones m¨¢s c¨¢lidas y h¨²medas. Esto significa que las personas podr¨ªan estar recibiendo menos part¨ªculas de virus en su organismo.
Cabe se?alar, no obstante, que un examen sistem¨¢tico de los datos mundiales, aunque confirm¨® que los climas c¨¢lidos y h¨²medos parecen reducir la propagaci¨®n de la covid-19, indic¨® tambi¨¦n que estas variables no pueden explicar por s¨ª solas la gran variabilidad en la transmisi¨®n de la enfermedad. Es importante recordar que existe una considerable variaci¨®n clim¨¢tica en el continente africano. No todos los climas son c¨¢lidos y h¨²medos y, aunque lo fueran, pueden no ser constantes a lo largo del a?o.
Otras hip¨®tesis incluyen la posibilidad de respuestas inmunes preexistentes debidas a la exposici¨®n previa a otros pat¨®genos o a la vacunaci¨®n BCG, una vacuna contra la tuberculosis aplicada al nacer en la mayor¨ªa de pa¨ªses africanos. Un amplio an¨¢lisis ¡ªen el que participaron 55 pa¨ªses, representando al 63% de la poblaci¨®n mundial¡ª mostr¨® correlaciones significativas entre el aumento de la cobertura de la vacuna BCG a una edad temprana y mejores resultados de la covid-19.
Los factores gen¨¦ticos tambi¨¦n pueden ser relevantes. Un haplotipo (grupo de genes) recientemente descrito, asociado a un mayor riesgo de gravedad y presente en el 30% de los genomas del sur de Asia y en el 8% de los europeos, est¨¢ casi ausente en ?frica.
El papel de este y otros factores (como las potenciales diferencias entre estructuras sociales o movilidad) est¨¢n sujetos a investigaciones en curso.
Una respuesta m¨¢s efectiva
Otra posibilidad importante es que la respuesta del sistema de salud p¨²blica por parte de los pa¨ªses africanos, preparados por experiencias anteriores (como brotes o epidemias) fue, sencillamente, m¨¢s efectiva que en otras partes del mundo a la hora de controlar la transmisi¨®n.
No obstante, en Kenia se estima que la epidemia alcanz¨® su pico en julio, con alrededor de un 40% de la poblaci¨®n de las ¨¢reas urbanas infectada. Un panorama similar est¨¢ emergiendo en otros pa¨ªses. Esto implica que las medidas puestas en marcha tuvieron resultados m¨ªnimos en la trasmisi¨®n viral, aunque plantea la posibilidad de que la inmunidad de grupo juegue ahora un importante papel en la limitaci¨®n de la trasmisi¨®n.
Adem¨¢s, existe otra importante posibilidad: la idea de que la carga viral (el n¨²mero de part¨ªculas trasmitidas a una persona) sea un determinante clave en la gravedad. Se ha sugerido que las mascarillas reducen la carga viral y que su uso generalizado puede limitar las posibilidades de desarrollar una enfermedad grave. Si bien la OMS recomienda llevar mascarillas, su cumplimiento es desigual y menor en muchos pa¨ªses europeos en comparaci¨®n con muchas partes de ?frica.
?Est¨¢ ?frica, pues, libre de sospecha? Obviamente no. A¨²n queda mucho virus y no sabemos qu¨¦ puede suceder con el avance de la interacci¨®n entre el virus y las personas.
Aun as¨ª, una cosa queda clara: los efectos secundarios de la pandemia ser¨¢n un verdadero reto para ?frica. Nos referimos a las interrupciones severas de las actividades econ¨®micas y sociales, y a los potenciales efectos devastadores de la reducci¨®n de los servicios de atenci¨®n que protegen a millones de personas, como las vacunaciones rutinarias y los programas de control de la malaria, la tuberculosis y el VIH.
Agendas de investigaci¨®n
Entre las principales implicaciones del nuevo panorama est¨¢ la necesidad de reevaluar las agendas de investigaci¨®n africanas relacionadas con la covid-19. Mientras que muchas de las prioridades identificadas originalmente siguen vigentes, es probable que su importancia relativa haya cambiado. La clave es tratar con los problemas como son ahora y no como se imaginaron hace seis meses.
Lo mismo ocurre con las pol¨ªticas de salud p¨²blica. Por supuesto, medidas b¨¢sicas como el lavado de manos siguen siendo esenciales (independientemente de la covid-19) y se debe seguir utilizando mascarillas mientras haya niveles elevados de transmisi¨®n del coronavirus. Sin embargo, otras medidas con efectos m¨¢s amplios, especialmente restricciones en actividades educativas o econ¨®micas, deben continuar siendo monitorizadas.
La clave ahora es aumentar la vigilancia y asegurar que las respuestas sean flexibles y basadas en datos de calidad en tiempo real.
Kevin Mars es asesor senior y col¨ªder del equipo covid-19 de la Academia Africana de Ciencias. Tambi¨¦n es profesor de medicina tropical y director de la iniciativa Oxford para ?frica en la Universidad de Oxford. Moses Alobo es el director del programa Grand Challenges Africa de la Academia Africana de Ciencias y codirige la iniciativa covid-19. Forma parte del Tutu Fellowship.
Este art¨ªculo se public¨® originalmente en The Conversation Traducido, con la colaboraci¨®n de Casa ?frica, por Elvira Gonz¨¢lez-Sosa Su¨¢rez. Consulte aqu¨ª la edici¨®n de The Conversation Espa?a.
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