El impacto oculto del conflicto en Sud¨¢n del Sur
El coordinador de Emergencias de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) en el pa¨ªs africano cuenta c¨®mo los picos de violencia en el estado de Jonglei impiden el acceso a la atenci¨®n m¨¦dica b¨¢sica
Esta semana, Jany* volvi¨® a pasar por quir¨®fano. Tras recibir un disparo en la pierna durante la ¨²ltima ola de violencia que azot¨® el estado de Jonglei a finales de julio y despu¨¦s de dos meses y medio de recuperaci¨®n en el hospital de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) en Bentiu, parec¨ªa que estaba listo para que le retiraran el fijador externo que llevaba en una pierna. Lamentablemente, ya en quir¨®fano se vio que la herida no estaba bien curada y no era posible retirarlo todav¨ªa.
Jany es uno de los 32 pacientes que MSF logr¨® evacuar durante los primeros d¨ªas de agosto, en el ¨²ltimo pico de combates encarnizados en las ¨¢reas administrativas de Jonglei y Gran Pibor hasta el momento. Las graves inundaciones, que han desplazado a cientos de miles de personas en todo el pa¨ªs, tambi¨¦n est¨¢n afectando esta zona y han evitado, de momento, nuevos ataques de represalia.
Llega la llamada de auxilio
¡°45 heridos en menos de 24 horas e informes de cientos m¨¢s en camino¡±. Esta es la informaci¨®n que recibimos en Juba, la capital de Sud¨¢n del Sur, el 3 de agosto de 2020, y as¨ª empez¨® nuestra respuesta al ¨²ltimo pico de violencia. Era el comienzo de mi tercer mes en el pa¨ªs. Como Coordinador de Emergencias, estaba all¨ª para apoyar la respuesta a la covid-19 y manejar la sobrecarga de trabajo causada por la escasez de suministros y personal debido a las restricciones por el coronavirus.
La llamada vino de un tel¨¦fono satelital. Era el equipo de MSF en Lankien, que a su vez hab¨ªa recibido la informaci¨®n de otro equipo en Pieri, una localidad en el estado de Jonglei, en el noreste del pa¨ªs, donde tenemos un centro de atenci¨®n primaria de salud.
De hecho, llev¨¢bamos semanas siguiendo de cerca la situaci¨®n en el estado de Jonglei, en el ¨¢rea de Gran Pibor. En mayo, otro ataque a Piere ya hab¨ªa dejado cientos de heridos y varios muertos, incluido un miembro de nuestro personal. Ahora, un gran n¨²mero de j¨®venes armados se hab¨ªa movilizado para tomar represalias.
El 1 de agosto, aprovechando que el buen tiempo nos dio una ventana de oportunidad, enviamos un avi¨®n con suministros m¨¦dicos a Piere. Adem¨¢s, dos trabajadores adicionales apoyaron al equipo all¨ª hasta que tuvieron que coger el avi¨®n de vuelta. Sab¨ªamos que ese apoyo era vital para mantener abiertos todos los servicios de salud esenciales para la comunidad que se enfrentaba a un per¨ªodo dif¨ªcil.
Se necesita m¨¢s apoyo
Dos d¨ªas despu¨¦s de poder llevar los suministros, decenas de heridos llegaron a la cl¨ªnica. Nuestro equipo trabaj¨® d¨ªa y noche para tratarlos. En solo tres d¨ªas, el personal de Pieri asisti¨® a 73 personas heridas, m¨¢s de 100 en la semana.
En Juba, recib¨ªamos actualizaciones peri¨®dicas. Decidimos enviar un peque?o equipo para apoyar a nuestros colegas sobre el terreno lo antes posible. El personal en Pieri estaba exhausto, tratando a decenas de heridos en estado cr¨ªtico, y sometidos a una gran presi¨®n debido a la situaci¨®n de seguridad.
Como la pista de aterrizaje en Pieri llevaba d¨ªas inundada, contactamos con varias organizaciones en el ¨¢rea para organizar un helic¨®ptero para la ma?ana siguiente.
Dos d¨ªas despu¨¦s de poder llevar los suministros, decenas de heridos llegaron a la cl¨ªnica. Nuestro equipo trabaj¨® d¨ªa y noche para tratarlos
Aterrizamos en la pista embarrada de Pieri, donde ya nos esperaban varios de nuestros colegas. A su alrededor, cientos de mujeres, ni?os, ancianos y hombres armados de la comunidad local que hab¨ªan regresado a casa de los combates. Sab¨ªan que ven¨ªamos y que intentar¨ªamos evacuar a los heridos m¨¢s graves.
Desde la pista de aterrizaje, nos dirigimos directamente a la cl¨ªnica para evaluar a los heridos. Se pod¨ªa sentir la urgencia de la situaci¨®n. Podr¨ªamos evacuar a algunos de ellos con el helic¨®ptero al hospital de MSF en el Centro de Protecci¨®n de Civiles de las Naciones Unidas en Bentiu, donde nuestra organizaci¨®n tiene un equipo quir¨²rgico. Pero tendr¨ªamos que tomar decisiones r¨¢pidamente.
Tratar al mayor n¨²mero de heridos cr¨ªticos posible
Cuando llegamos a la cl¨ªnica, nuestro equipo sobre el terreno ya hab¨ªa agrupado a los pacientes m¨¢s cr¨ªticos en el primer tukul, una especie de caba?a. Seis pacientes con heridas de bala yac¨ªan en el suelo con las vendas empapadas de sangre.
Durante la evaluaci¨®n m¨¦dica r¨¢pida, algunos de los pacientes tos¨ªan. Enseguida pensamos en la covid-19, un desaf¨ªo adicional a la ya de por s¨ª complicada evacuaci¨®n. Ya hemos tenido personal que ha tenido que estar en cuarentena al confirmarse que un paciente era positivo.
Solo pudimos hacer una ronda de evacuaciones m¨¦dicas ese d¨ªa, porque el helic¨®ptero tarda tres horas y media entre Pieri y Bentiu. Las medidas de distanciamiento f¨ªsico para prevenir la covid-19 son pr¨¢cticamente imposibles en un helic¨®ptero, especialmente cuando estamos tratando de evacuar al m¨¢ximo n¨²mero de pacientes cr¨ªticos posible. Mitigamos los riesgos al m¨¢ximo con mascarillas y equipos de protecci¨®n para todos. Los otros pacientes cr¨ªticos que permanec¨ªan en la cl¨ªnica tuvieron que esperar hasta la ma?ana siguiente.
En las siguientes 72 horas, nuestro equipo realiz¨® cinco evacuaciones para un total de 36 pacientes. Esto descongestion¨® la cl¨ªnica Pieri, mejorando el acceso a los servicios m¨¦dicos para el resto de la comunidad local. Para los pacientes evacuados signific¨® pasar de ser atendidos en una cl¨ªnica en un tukul de barro a un hospital con quir¨®fano, cirujano y anestesistas.
Volver a la normalidad
Los primeros d¨ªas fueron fren¨¦ticos. Cientos de j¨®venes armados de la comunidad local regresaban a la zona despu¨¦s de los combates, trayendo consigo miles de reses que hab¨ªan capturado durante los ataques. Celebraban su llegada con disparos d¨ªa y noche.
Al cabo de una semana, la situaci¨®n comenz¨® a volver a la normalidad. La gente volvi¨® al trabajo, los sonidos de disparos cesaron. A medida que la efervescencia se desvaneci¨®, aprovechamos la oportunidad para visitar las aldeas alrededor de Pieri para evaluar las condiciones de vida de las personas y su acceso a la atenci¨®n m¨¦dica despu¨¦s de los ataques anteriores en mayo.
Es temporada de lluvias, lo que significa caminar con agua y el barro, a veces hasta la rodilla. Las condiciones de vida para la poblaci¨®n son extremas.
Tras huir de los ataques de mayo, algunas personas regresaron al ¨¢rea para cultivar la tierra solo unos d¨ªas despu¨¦s. Otros hab¨ªan regresado solo uno o dos d¨ªas antes de nuestra visita, sinti¨¦ndose m¨¢s seguros con el regreso de los j¨®venes armados locales.
Todas las personas con las que hablamos compart¨ªan la misma preocupaci¨®n: miedo a los ataques de represalia que podr¨ªan ocurrir en un par de meses con el final de la temporada de lluvias, si no antes.
El impacto de la violencia va m¨¢s all¨¢ de los heridos de bala
Aunque nunca vimos los ¡°cientos de heridos m¨¢s¡± anunciados en los primeros informes, algunos de los j¨®venes nunca regresaron a Pieri. Tal vez murieron a causa de las heridas o enfermedades como la malaria por el camino, o se desviaron a otros lugares de la zona.
Picos de violencia como esta se han repetido en Jonglei y Gran Pibor durante 2020, con efectos devastadores en la comunidad que deja de tener acceso a la atenci¨®n m¨¦dica, los alimentos, la vivienda, los medios de subsistencia y la educaci¨®n. Adem¨¢s, el tratamiento de los heridos dificulta la respuesta a enfermedades agudas y cr¨®nicas.
* El nombre del paciente ha sido cambiado para proteger su anonimato.
Jean-Nicolas Dangelser es coordinador de Emergencias de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) en Sud¨¢n del Sur.
La secci¨®n En Primera L¨ªnea es un espacio en Planeta Futuro en el que miembros de ONG, organizaciones e instituciones internacionales, que trabajan en terreno, narran sus experiencias personales con relaci¨®n al impacto de su actividad. Siempre est¨¢n escritos en primera persona y la responsabilidad del contenido es de los autores.
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