Las v¨ªctimas olvidadas de la covid-19: cien millones m¨¢s de pobres
La pandemia est¨¢ provocando un descenso en las remesas recibidas por las familias m¨¢s vulnerables. Por primera vez en la historia moderna se ha reducido la cantidad de migrantes internacionales y la pobreza extrema aumentar¨¢ en 100 millones de personas
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Es habitual leer que, si exceptuamos el impacto de las dos guerras mundiales y la Gran Depresi¨®n, la covid-19 ha provocado una recesi¨®n sin precedentes en el ¨²ltimo siglo y medio. Lo que no resulta tan frecuente es que se escuchen voces que denuncien que la crisis actual perjudica en mayor medida a la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable de los pa¨ªses en desarrollo. Y, sin embargo, es descorazonador comprobar que, por primera vez en d¨¦cadas, la pobreza extrema aumentar¨¢ en 100 millones de personas, seg¨²n calcula el Banco Mundial.
Adem¨¢s, se ha producido una ca¨ªda de la renta per c¨¢pita en m¨¢s del 90% de los pa¨ªses en desarrollo. La mitad de estas econom¨ªas revertir¨¢ los avances de los ¨²ltimos cinco a?os o m¨¢s y una cuarta parte perder¨¢ todo el progreso realizado desde 2010.
La covid-19 est¨¢ provocando un descenso en las remesas recibidas por las familias m¨¢s pobres. Por primera vez en la historia moderna, se ha reducido la cantidad de migrantes internacionales.
Tambi¨¦n ha aumentado la desigualdad. Frente al 10% de los hogares ricos que se contagian, m¨¢s de la mitad de los hogares pobres lo hacen y la probabilidad de que fallezcan sus habitantes es cuatro veces m¨¢s elevada. La mayor exposici¨®n a la enfermedad se debe a diferentes factores:
- Ocupaci¨®n en actividades esenciales que no se interrumpen durante los confinamientos.
- Residencia en barrios densamente poblados.
- Imposibilidad de reducir las horas de trabajo al no contar con ahorros.
?Qu¨¦ deparar¨¢ el futuro?
Las perspectivas en t¨¦rminos de crecimiento son sombr¨ªas por los recortes de la inversi¨®n debidos al deterioro en las expectativas de los agentes econ¨®micos.
El crecimiento futuro tambi¨¦n se resentir¨¢ del impacto de la pandemia en el capital humano, al poner en peligro los avances en el ¨¢mbito educativo y sanitario.
El aprendizaje se ha visto interrumpido con el cierre de las escuelas, que ha perjudicado especialmente a la poblaci¨®n que no dispone de medios para continuar la formaci¨®n a distancia. Adem¨¢s, la ca¨ªda del ingreso de las familias obligar¨¢ a interrumpir la formaci¨®n de muchos ni?os y j¨®venes. En particular, ser¨¢n las ni?as las que se vean forzadas en mayor medida a abandonar las aulas.
Al mismo tiempo, la pandemia ha aumentado el gasto sanitario de unas familias que ya afrontaban serias limitaciones financieras para cubrir su atenci¨®n m¨¦dica. Se estima asimismo que ha elevado en 130 millones el n¨²mero de personas afectadas por el hambre cr¨®nica.
Por qu¨¦ debemos afrontar la situaci¨®n
Ignorar este aciago panorama no es justo, pero es que tampoco interesa hacerlo. La pandemia no terminar¨¢ hasta que no termine en todo el mundo.
Sin embargo, la respuesta a la covid-19 est¨¢ siendo extremadamente irregular: en las econom¨ªas avanzadas, los paquetes de est¨ªmulo frente a la crisis representan entre el 15% y el 20% del PIB, en las econom¨ªas emergentes solo suponen en torno al 6% del PIB y en los pa¨ªses m¨¢s pobres no llegan ni al 2%.
Pensar en t¨¦rminos nacionales es lo m¨¢s f¨¢cil, sin duda, pero salvaguardar la cooperaci¨®n internacional tambi¨¦n deber¨ªa ser una prioridad. No atender a tiempo las acuciantes necesidades de los m¨¢s desfavorecidos a la larga obliga a mayores desembolsos para afrontar unas tragedias que se podr¨ªan haber evitado.
?Hay espacio para la esperanza?
El FMI subraya que lo que suceda a partir de ahora depender¨¢ del ritmo de las campa?as de vacunaci¨®n y de la capacidad de ofrecer una respuesta eficaz entretanto. Ser¨¢ pues preciso reforzar la cooperaci¨®n internacional prioritariamente en dos ¨¢mbitos.
Se debe asegurar el acceso en todo el mundo a las pruebas diagn¨®sticas, los tratamientos y las vacunas contra la covid-19. Alienta comprobar que se ha puesto en marcha una iniciativa con esta finalidad, el Acelerador del acceso a las herramientas contra la covid-19, en la que participan organizaciones internacionales, gobiernos, empresas e instituciones de la sociedad civil. Urge reforzar esa cooperaci¨®n pues, en estos momentos, las econom¨ªas avanzadas han adquirido la mayor parte del suministro disponible.
Por lo dem¨¢s, resulta imperativo proporcionar a los pa¨ªses de ingresos bajos, que ya estaban sobre endeudados antes de la propagaci¨®n de la covid-19, una inyecci¨®n adecuada de liquidez internacional que ampl¨ªe su margen de maniobra para hacer frente a la crisis.
El Banco Mundial y el FMI, en colaboraci¨®n con el G20, han acordado una iniciativa para suspender temporalmente los pagos del servicio de la deuda de estos pa¨ªses. 5 000 millones de d¨®lares han podido as¨ª ser desviados a la lucha contra la pandemia y sus consecuencias econ¨®micas. No obstante, se trata tan solo de un primer paso, pues los acreedores privados no est¨¢n participando en esa iniciativa.
En definitiva, la pandemia pone de relieve la imperativa necesidad de mayores dosis de cooperaci¨®n internacional. Existe un riesgo evidente de que los pa¨ªses m¨¢s ricos se centren en cubrir sus propias necesidades. El problema es que esta actitud podr¨ªa dejar atr¨¢s a las poblaciones m¨¢s vulnerables de los pa¨ªses en desarrollo.
Esa alternativa no es viable, ni desde un punto de vista ¨¦tico ni desde una perspectiva eminentemente pr¨¢ctica. El mundo solo ser¨¢ un lugar seguro cuando todos sus habitantes estemos protegidos.
M¨®nica Goded es profesora de Econom¨ªa, de la Universidad Pontificia Comillas y en la Universidad de Nebrija.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en The Conversation Espa?a.
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