El coronavirus pone a prueba la solidaridad internacional
El sistema de ayuda humanitaria y al desarrollo se reorganiza para hacer frente a la Covid-19 en los pa¨ªses menos desarrollados mientras que los donantes sufren el impacto de la pandemia
"En Mal¨ª tienen un respirador por cada mill¨®n de habitantes. En Ruanda, menos de 30 en todo el pa¨ªs". Se hace eco ?ngeles Moreno Bau, secretaria de Estado de Cooperaci¨®n Internacional, de informaciones sobre los exiguos recursos disponibles en los pa¨ªses en desarrollo para hacer frente a la Covid-19. Y esta enfermedad ha demostrado que es capaz de poner al l¨ªmite los sistemas sanitarios m¨¢s avanzados y mejor dotados, desde China hasta Estados Unidos, dejando su fatal huella en Europa, Espa?a incluida. Por eso, la ONU, ONG, expertos y analistas de lo global vaticinan y advierten de que en ?frica, Am¨¦rica Latina, los campos de refugiados all¨ª donde est¨¦n, as¨ª como en los territorios en conflicto en Oriente Medio, las consecuencias de esta pandemia podr¨ªan ser devastadoras. En el mejor escenario, el Imperial College de Londres estima que habr¨¢ alrededor de 900.000 muertes en Asia y 300.000 en ?frica. Eso si se ha evitado el peor... Con ayuda.
La ONU lanz¨® a finales de marzo un llamamiento de fondos a la comunidad internacional. Solicit¨® 1.900 millones para apoyar a los pa¨ªses menos adelantados en esta crisis. Esta semana, decenas de relevantes personalidades han firmado?una carta dirigida al G-20 con un mensaje: "Pedir una actuaci¨®n inmediata coordinada a nivel internacional ¡ªen los pr¨®ximos d¨ªas¡ª para hacer frente a las graves crisis sanitarias y econ¨®micas mundiales derivadas de la Covid-19". Josep Borrell, alto representante de Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n de la Uni¨®n Europea, Achim Steiner, administrador del PNUD, y el mayor fil¨¢ntropo en salud global, Bill Gates, este mismo domingo en EL PA?S, engrosan la lista de quienes han reclamado en los ¨²ltimos d¨ªas una respuesta global proporcional al descomunal reto que enfrenta la humanidad.?
Pero los pa¨ªses donantes, que cuentan los fallecidos por miles y las p¨¦rdidas econ¨®micas en miles de millones, no pasan por su mejor momento. Con todo, Espa?a planea contribuir a la hucha com¨²n de la ONU contra la Covid-19 con una cantidad a¨²n por decidir. "Tenemos el compromiso ¨¦tico de dar una respuesta com¨²n global, igual que nosotros se la pedimos a la Uni¨®n Europea", explica Moreno Bau en una conversaci¨®n telef¨®nica. "Somos un pa¨ªs serio, comprometido, muy afortunado dentro del mundo en el que vivimos. Es natural que haya voluntad de repliegue con la situaci¨®n que hay aqu¨ª, y por eso se han aprobado paquetes de ayuda como si estuvi¨¦ramos en un estado de guerra, pero hay un sector que al otro lado tambi¨¦n va a necesitar apoyo. Puede ser devastador", agrega.
M¨¢s all¨¢ de bombear dinero a organismos y fondos internacionales, el sistema p¨²blico de ayuda humanitaria y para el desarrollo se reorganiza y prepara para la llegada del virus a los pa¨ªses donde la cooperaci¨®n espa?ola tiene presencia. "Primero, apoyando a los sistemas de salud de los pa¨ªses m¨¢s d¨¦biles, igual que nosotros estamos recibiendo ayuda de otros. Y segundo, actuando sobre el impacto socioecon¨®mico que va a tener la crisis", apunta Moreno Bau. "Cuentan con mucha econom¨ªa informal; esos trabajadores no tienen nada, son muy vulnerables. Pondremos adem¨¢s especial atenci¨®n a mujeres y ni?os, pues los que ahora se vean forzados a dejar la escuela, puede ser que ya no vuelvan nunca", detalla.
Espa?a planea contribuir a la hucha com¨²n de la ONU contra la Covid-19 con una cantidad a¨²n por decidir
Espa?a dispone de programas espec¨ªficos de salud en 11 pa¨ªses: Bolivia, Paraguay, Guatemala, Mozambique, Etiop¨ªa, Mal¨ª, N¨ªger, Guinea Ecuatorial, Mauritania, Marruecos y Jordania. En ellos, asegura Cruz Ciria, responsable del ramo en la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n para el Desarrollo (Aecid), los equipos de este organismo en terreno han apoyado la elaboraci¨®n de los planes nacionales de respuesta. Y ser¨¢ "una prioridad" contribuir tambi¨¦n a su implementaci¨®n, ya sea para reforzar los recursos en los hospitales o la compra de kits diagn¨®sticos y de protecci¨®n para trabajadores y colectivos m¨¢s vulnerables. "La mayor¨ªa de pa¨ªses ya est¨¢n tomando medidas de contenci¨®n, pero el ejemplo espa?ol nos ense?a que hay que equipar al personal sanitario que trabaja en primera l¨ªnea", expone.
Para garantizar este apoyo, "ser¨ªa conveniente movilizar fondos nuevos", en palabras de Ciria. Pero, de momento, "se debate c¨®mo movilizar los existentes para atender esta crisis". Los que ya est¨¢n comprometidos "se intentar¨¢n reorientar para dar respuesta a las necesidades relacionadas con la Covid-19 que plantean los pa¨ªses socios". Pero sin olvidar la atenci¨®n de las necesidades b¨¢sicas habituales, matiza. "Se activar¨¢n tambi¨¦n convenios de emergencia de las ONG y se plantea una convocatoria especial de proyectos de organizaciones para el desarrollo enfocada a paliar las necesidades de la pandemia, as¨ª como de acciones humanitarias y acciones de innovaci¨®n sobre el coronavirus", describe Ciria sobre algunas decisiones ya tomadas y otras que est¨¢n pendientes.
A falta de estas confirmaciones financieras y otras incertidumbres, muchas de las ONG que ya trabajan en pa¨ªses en desarrollo han cambiado su plan de trabajo para este 2020. Las circunstancias obligan. Para una organizaci¨®n m¨¦dica en ?frica como Amref, el impacto en su labor es evidente. Esta ONG lleva semanas elaborando planes de contingencia para cada uno de sus proyectos en los ocho pa¨ªses en los que opera: Uganda, Zambia, Etiop¨ªa, Kenia, Malaui, Senegal, Sud¨¢frica y Tanzania.
"Por ahora no queremos suspender las actividades, sino que vamos a ralentizar algunas de ellas. Pero la situaci¨®n es vol¨¢til", avisa por tel¨¦fono Silvia Fr¨ªas, presidenta de Amref en Espa?a. Por ejemplo, debido a las medidas de confinamiento, algunas acciones comunitarias que suponen que se formen aglomeraciones ya no se podr¨¢n realizar del modo habitual. Algunas actividades en Tanzania ya no se podr¨¢n hacer como hasta ahora, pero las que se realicen, en peque?os grupos, se aprovechar¨¢n para transmitir mensajes informativos de la Covid-19 para evitar la expansi¨®n de contagios. Adem¨¢s de su experiencia y presencia en terreno, las tecnolog¨ªas y herramientas que usa la ONG en sus intervenciones, tienen ahora el potencial de extenderse. Es el caso de una aplicaci¨®n m¨®vil que utilizan con agentes comunitarios en Kenia. "El Gobierno nos ha solicitado por carta que impartamos formaci¨®n para usarla en esta crisis", asegura Fr¨ªas.
La ONG m¨¦dica tiene unos 1.200 trabajadores, de los que el 97% son africanos, pero las organizaciones con un modelo de expatriados, tendr¨¢n que analizar la posibilidad de su continuidad en terreno dadas las medidas que impiden la movilidad que se han tomado en muchos territorios. Los cooperantes de la Aecid en las? 31 oficinas t¨¦cnicas repartidas por el mundo siguen en sus puestos, pero tele-trabajando siempre que los cortes de luz y ca¨ªdas de Internet, m¨¢s comunes en contextos precarios, lo permiten.
La de las ONG no es, en algunos casos, una actividad que pueda cortarse en seco. M¨¢s all¨¢ de las especializadas en salud, de otras depende la supervivencia alimentaria, acceso a agua potable, educaci¨®n y servicios b¨¢sicos de muchas personas en situaci¨®n de extrema pobreza en el mundo. Si abandonar no es una opci¨®n, ?c¨®mo se reorienta la actividad en estos tiempos de coronavirus? "Sin perder de vista nuestro mandato de lucha contra el hambre y la desnutrici¨®n, nos hemos concentrado en dos enfoques: prevenci¨®n y minimizaci¨®n de las consecuencias de la pandemia", resume Vincent Stehli, director de operaciones de Acci¨®n Contra el Hambre (ACH).
En lo relacionado con la prevenci¨®n, la prioridad de los proyectos de la ONG es "no hacer da?o" a la poblaci¨®n a la que ayuda. "Tenemos que asegurar que nuestros programas, socios locales y personal no son vectores para el coronavirus. Para ello tenemos que contar con las medidas y materiales de protecci¨®n necesarios, en l¨ªnea con los est¨¢ndares de la OMS", completa Stehli. Tambi¨¦n en este cap¨ªtulo, la entidad ha reforzado sus actividades de agua y saneamiento, promoci¨®n de la higiene y seguimiento de contactos. Todav¨ªa el 40% de la humanidad ¡ª3.000 millones de personas¡ª no dispone de instalaciones en su hogar para hacer un gesto tan esencial en la batalla contra el coronavirus como lavarse las manos con agua y jab¨®n, seg¨²n datos de Unicef.
"Por otro lado, hay que tener muy en cuenta las consecuencias socioecon¨®micas de la crisis y los mecanismos de adaptaci¨®n muy limitados con los que cuenta la gente en los pa¨ªses en desarrollo. Perder un empleo o una cosecha arruinada puede llevar a situaciones extremas, en las que las familias no tendr¨¢n m¨¢s opci¨®n que reducir a¨²n m¨¢s su ya escasa alimentaci¨®n diaria", subraya el reponsable de ACH. Dejar de asistir a esas poblaciones en Colombia, N¨ªger o Siria, "no solo destruir¨¢ el buen trabajo que hemos ido construyendo, sino que tambi¨¦n provocar¨¢ m¨¢s inestabilidad y desplazamiento", advierte.
S¨¦ que puede ser dif¨ªcil de entender para algunos pero...
— Sergio Maydeu-Olivares (@maydeuO) March 22, 2020
...con la mirada a medio plazo estar¨ªa bien que @AECID_es @FIIAPP y @CoordiONGD (y sus hom¨®logos a nivel auton¨®mico) estuvieran ya trabajando en planes de contingencia para apoyar a terceros pa¨ªses.
Anticiparse a esas posibles y catastr¨®ficas consecuencias es fundamental, en opini¨®n de Sergio Maydeu-Olivares. Ya el 22 de marzo, el analista internacional destacaba en su cuenta de Twitter la importancia de que la Cooperaci¨®n Espa?ola trabajase en planes de contingencia en terceros pa¨ªses. "S¨¦ que puede ser dif¨ªcil de entender para algunos", escribi¨®.
"Sigo bastantes crisis humanitarias y conflictos, y siempre llego a la misma conclusi¨®n: hay que anticiparse a las consecuencias. Pero siempre se llega tarde a contener las crisis fuera de nuestras fronteras", afirma al otro lado del auricular. "Las emergencias humanitarias, como la de refugiados o la provocada por la violencia en Centroam¨¦rica, confirman que es necesario que haya apoyo de terceros pa¨ªses, porque al final te van a afectar", contin¨²a.
Este argumento del efecto boomerang¡ªlos problemas volver¨¢n a nosotros¡ª si se abandona a los pa¨ªses menos adelantados a su suerte en esta pandemia es, adem¨¢s del imperativo moral, compartido por numerosos especialistas. "Debemos anticiparnos a lo que va a pasar en Am¨¦rica Latina y ?frica porque eso nos va a afectar econ¨®mica, pol¨ªtica y socialmente", apunta Maydeu-Olivares. Y toda la experiencia en cooperaci¨®n y asistencia humanitaria, la buena y la mala, debe ser aprovechada para apoyar a otros, concluye.
En Espa?a estamos utilizando nuestra ya comprometida financiaci¨®n de emergencia para hacer frente a la Covid-19, sin embargo, se necesitar¨ªan fondos adicionales para una mejor respuesta a nivel mundial Vincent Stehli, director de operaciones de ACH
Esa experiencia en contextos de emergencia se est¨¢ aplicando, de hecho, en la atenci¨®n de la crisis sanitaria que est¨¢ experimentando Espa?a. No son pocas las ONG internacionales que est¨¢n apoyando al sistema p¨²blico de salud en la atenci¨®n de los enfermos y a los servicios sociales en la asistencia a poblaciones vulnerables. Y las lecciones que se extraigan de la intervenci¨®n en este pa¨ªs podr¨¢n, sin duda, servir a las que se lleven a cabo fuera de las fronteras. "Ahora no se puede pedir a un profesional sanitario espa?ol que se vaya a atender las crisis en otros pa¨ªses, pero quiz¨¢ pueda dar tiempo a que lo hagan en el futuro, porque vemos que los pa¨ªses menos adelantados est¨¢n m¨¢s atrasados en esta crisis", anota Ciria, de la Aecid.
Para ayudar a otros har¨¢n falta, sin embargo, recursos adicionales. "Muchos de los gobiernos donantes hasta ahora est¨¢n utilizando para sus propios pa¨ªses los presupuestos actuales. Por ejemplo, en Espa?a estamos utilizando nuestra ya comprometida financiaci¨®n de emergencia para hacer frente a la Covid-19, pero se necesitar¨ªan fondos adicionales para lograr una mejor respuesta, m¨¢s eficaz a nivel mundial y local. Sin embargo, todo se mueve muy lentamente", subraya Stehli, de ACH. "En este sentido, nosotros estamos aunando esfuerzos no solo para convencer a las autoridades para que asignen fondos de respuesta r¨¢pida, sino tambi¨¦n para concienciar a nuestros donantes y miembros privados para que apoyen nuestras acciones", detalla.
Hacer un monumental esfuerzo humano y presupuestario para la lucha global contra la Covid-19 es necesario para no perder "una o dos d¨¦cadas de progreso en los pa¨ªses en desarrollo", advirti¨® Steiner (PNUD) en una reciente entrevista. Pero "no se deber¨ªan desviar esfuerzos y atenci¨®n hacia otras crisis humanas no menos importantes, como las de Yemen, Siria o la crisis clim¨¢tica en Sahel y Cuerno de ?frica", a?ade Stehli. "Simplemente no podemos dejar de atenderlas: 201 millones de personas depend¨ªan de la ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades b¨¢sicas ya antes y no podemos abandonarlas".
Y habr¨¢ que seguir ayud¨¢ndolas despu¨¦s de la pandemia. De otro modo, en funci¨®n de c¨®mo queden cuando acabe la tormenta; seguramente peor, alertan los expertos. "Ahora hay proyectos en pausa que a lo mejor se tendr¨¢n que readecuar en funci¨®n de los contextos tras la pandemia", apunta Maydeu-Olivares. Las necesidades de salud, las carencias de personal sanitario, infraestructuras y materiales tampoco desaparecer¨¢n con la Covid-19. As¨ª lo recuerda Ciria: "La ayuda en salud es de largo plazo, no nos podemos cansar de ayudarles porque esta crisis no ser¨¢ la ¨²ltima".
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