Zimbabue: nuevas leyes para garantizar la educaci¨®n a las adolescentes embarazadas
Tener hijos a corta edad es un h¨¢ndicap para la formaci¨®n de las mujeres en toda ?frica. Alrededor de uno de cada ocho casos de abandono escolar registrados en este pa¨ªs africano fue motivado por matrimonio o gravidez
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Cassey Simbanai iba a hacer sus ex¨¢menes finales el pasado diciembre. Esta joven zimbabuense de 17 a?os, una de las estudiantes m¨¢s prometedoras de su clase, so?aba con convertirse en profesora de ciencias. Sin embargo, durante meses, no estuvo en el aula ni jugando a su querido rugby en el campo de al lado, sino preparando la comida para su familia pol¨ªtica en la cocina de la casa de esta en Hauna Growth Point, una aldea de las monta?as del este de Zimbabue, cerca de la frontera con Mozambique. Simbanai pasaba la mayor parte del tiempo haciendo tareas dom¨¦sticas para su nueva familia mientras esperaba a dar a luz a su hijo.
En abril de 2020, pocas semanas despu¨¦s de que Zimbabue impusiera un estricto confinamiento nacional para frenar la propagaci¨®n de la covid-19, la joven se qued¨® embarazada. ¡°No pas¨¢bamos mucho tiempo juntos porque yo siempre estaba en el instituto¡±, dice refiri¨¦ndose al que ahora es su marido, un empleado de 24 a?os de una f¨¢brica de procesamiento de tabaco con el que llevaba tres a?os de relaci¨®n. ¡°Pero cuando empez¨® el confinamiento... ten¨ªamos mucho tiempo y pas¨®. Tuvimos relaciones sexuales sin protecci¨®n¡±.
Las tiendas de Zimbabue estuvieron cerradas durante parte del confinamiento, lo cual limit¨® much¨ªsimo el acceso a los anticonceptivos para los habitantes de zonas rurales, como Simbanai y su marido. ¡°Cuando se enter¨® de que estaba embarazada, me pidi¨® que me casara con ¨¦l¡±, cuenta la joven arrodillada en una estera de paja en casa de sus suegros. Aunque el matrimonio infantil est¨¢ prohibido, la pareja se fug¨®.
Antes de la pandemia, en Zimbabue no se permit¨ªa que las ni?as embarazadas siguiesen yendo al colegio. Pero, debido al confinamiento de todo el pa¨ªs, que dej¨® a los ni?os sin escuela durante seis meses, las tasas de embarazo adolescente y matrimonio infantil se dispararon. Entonces, el Gobierno retir¨® la prohibici¨®n. Los defensores de la educaci¨®n infantil han celebrado la medida, que se ha extendido a todo el continente africano, como un acontecimiento para la vida de las ni?as y las mujeres de Zimbabue, a las que ahora les resulta m¨¢s f¨¢cil seguir educ¨¢ndose y progresar econ¨®micamente.
¡°El confinamiento tuvo consecuencias imprevistas, entre ellas el matrimonio infantil. Hay que reconocer que las escuelas desempe?an un papel importante como refugio seguro para nuestros ni?os¡±, afirma Taungana Ndoro, director de comunicaciones y promoci¨®n de Ministerio de Educaci¨®n Primaria y Secundaria.
Ahora, las madres adolescentes tienen protecci¨®n legal en Zimbabue, pero los defensores de los derechos de las ni?as temen que no se sientan bienvenidas cuando vuelvan a clase
En agosto pasado, el presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, modific¨® la Ley de Educaci¨®n del pa¨ªs al firmar otra que ilegalizaba la expulsi¨®n de las ni?as embarazadas del colegio. Sierra Leona anul¨® una prohibici¨®n similar en marzo. Tras recibir un cr¨¦dito del Banco Mundial, Tanzania se comprometi¨® a facilitar el acceso a la educaci¨®n a las ni?as embarazadas, pero no lleg¨® a readmitirlas en todo el pa¨ªs. En julio, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, orden¨® que las estudiantes que se quedaron embarazadas durante el confinamiento fuesen admitidas ¡°incondicionalmente¡± en la escuela y se les diese acceso a atenci¨®n prenatal gratuita.
Seg¨²n las estad¨ªsticas del Ministerio de Educaci¨®n, en 2018, alrededor de uno de cada ocho casos de abandono escolar registrados en Zimbabue fue motivado por el embarazo o el matrimonio. En casi todos ellos se trataba de ni?as.
El matrimonio infantil, ilegal pero frecuente
Aunque Zimbabue lo prohibi¨® en 2016, el matrimonio de menores de 18 a?os sigue siendo habitual. Una encuesta realizada en 2019 por el Instituto de Estad¨ªstica del pa¨ªs a 8.000 mujeres adultas descubri¨® que casi una tercera parte ya estaba casada a los 18, como Simbanai. Manicaland, donde ella vive, no ha logrado acabar con el matrimonio infantil. Por ejemplo, las familias de las sectas apost¨®licas cristianas, que constituyen la religi¨®n dominante en la zona, tienen la tradici¨®n de casar a las ni?as de la familia durante los encuentros anuales de su iglesia.
Aunque todav¨ªa se est¨¢n confeccionando las estad¨ªsticas de todo el pa¨ªs, los datos del Gobierno muestran que, desde que empez¨® la pandemia, en la provincia de Manicaland, a la que pertenece Hauna Growth Point, 450 estudiantes han abandonado la escuela porque se han quedado embarazadas, se han casado, han enfermado o tienen dificultades econ¨®micas. Seg¨²n los funcionarios, la cifra supone un aumento importante en comparaci¨®n con el a?o anterior.
En otras partes del pa¨ªs, los habitantes de Bulawayo, la segunda ciudad m¨¢s grande de Zimbabue, quedaron conmocionados por el suicidio de una estudiante de 17 a?os que, seg¨²n informaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n locales, ingiri¨® insecticida cuando estaba en las primeras fases de embarazo. Evitar casos como este es uno de los objetivos de esta nueva ley.
A pesar de haberse casado en mayo, Nancy Nyazungu, de 17 a?os, regres¨® a la escuela. Estaba embarazada de ocho meses y se present¨® a los ex¨¢menes de diciembre. Terminar su educaci¨®n es importante para ella. De lo contrario, teme convertirse en un ama de casa con pocos medios para llegar a ser econ¨®micamente independiente.
¡°As¨ª s¨¦ que no ser¨¦ sumisa con ¨¦l y que no podr¨¢ controlarme¡±, dice de su marido. En cuanto se grad¨²e, la joven quiere conseguir un trabajo. Le gustar¨ªa que fuese en enfermer¨ªa para poder ayudar a otras chicas embarazadas que se enfrentan a la dolorosa decisi¨®n de seguir sus estudios o abandonarlos.
¡°No culpemos a las ni?as cuando se quedan embarazadas¡±Mwaradzika Makazouya, profesora
Su escuela, al igual que otras de todo el pa¨ªs, ofrece ahora a Nyazungu asesoramiento en el marco de una iniciativa nacional encabezada por el Ministerio de Asuntos de la Mujer, Comunidad y Peque?a y Mediana Empresa para ayudar a las adolescentes en estado a terminar su educaci¨®n.
¡°No culpemos a las ni?as cuando se quedan embarazadas¡±, dice Mwaradzika Makazouya, directora del Instituto de Secundaria Sahumani de Honde Valley al que asiste Nyazungu. ¡°Las aceptaremos¡±, remacha.
La ministra Sithembiso Nyoni anunci¨® que se iba a permitir que las ni?as embarazadas sustituyesen el uniforme escolar de falda azul y blusa blanca a juego por ropa de calle, eliminando as¨ª otro posible obst¨¢culo cuando su cuerpo cambie de forma y aumente de volumen. El Ministerio tambi¨¦n ha creado un programa de tutor¨ªa que empareja mujeres mayores jubiladas con adolescentes embarazadas en todo el pa¨ªs.
¡°Tenemos que seguir apoy¨¢ndolas para que vayan a la universidad y empiecen a trabajar, porque tener un hijo no significa que, a partir de entonces, seas discapacitada o no puedas hacer mucho en la vida¡±, declar¨® Nyoni en octubre en el Parlamento. Ahora, las madres adolescentes tienen protecci¨®n legal en Zimbabue, pero los defensores de los derechos de las ni?as temen que no se sientan bienvenidas cuando vuelvan a clase.
¡°Algunas chicas con las que hemos trabajado han manifestado su preocupaci¨®n por el hecho de que, aunque ellas est¨¦n deseando volver a la escuela, temen que las discriminen y las estigmaticen¡±, informa Florence Mutake, coordinadora de programas de la organizaci¨®n a favor de los derechos de las ni?as Shamwari Yemwanasikana.
La madre de Simbanai rog¨® a su hija que volviese a la casa de su infancia y siguiese con sus estudios, pero ella se neg¨® por miedo a que sus compa?eros la tachasen de ¡°promiscua¡± si no se casaba. ¡°No ten¨ªa muchas opciones¡±, lamenta.
Nyazungu cuenta que sus compa?eras de clase no dejaban de mirarle el vientre cuando volvi¨® al instituto, pero ahora se han acostumbrado a tener una embarazada de compa?era. La educaci¨®n impedir¨¢ que est¨¦ expuesta al maltrato, reflexiona la joven mientras se abre paso a trav¨¦s de su nueva vida de mujer casada.
Ninguna de las dos puede escapar a la dura realidad de la peor crisis econ¨®mica de Zimbabue en una d¨¦cada. La nueva ley no puede corregir la causa fundamental de las altas tasas de embarazo adolescente: las consecuencias econ¨®micas de la covid-19. Actualmente, este pa¨ªs del sur de ?frica sufre una inflaci¨®n de tres d¨ªgitos y escasez de combustible y electricidad.
Cuando hay m¨¢s pobreza y m¨¢s hambre, las tasas de matrimonio infantil aumentan, se?ala James Maiden, jefe de comunicaciones de Unicef Zimbabue. ¡°A menudo, el matrimonio infantil es una estrategia de alivio de la pobreza para las familias vulnerables... pero pone en peligro el desarrollo de las ni?as con poca educaci¨®n y escasa formaci¨®n vocacional, lo cual refuerza el sesgo de g¨¦nero de la pobreza¡±.
Durante las primeras semanas de confinamiento, el marido de Simbanai ayud¨® a mantener a flote a la familia de esta d¨¢ndole dinero para alimentos y otros bienes de primera necesidad. Los ingresos de la familia de la joven se han visto gravemente mermados por las consecuencias econ¨®micas de la pandemia. Aunque Nyazungu y Simbanai se casaron en contra del deseo de sus padres, reconocen que las familias de sus maridos les proporcionaron una situaci¨®n financiera m¨¢s estable.
Al igual que muchas chicas de las zonas rurales que han abandonado los estudios, Simbanai pasa la mayor parte del tiempo realizando tareas dom¨¦sticas. Pero lo que quiere desesperadamente es volver a la escuela. Echa de menos leer novelas y aprender de sus profesoras, que ¡°la trataban como si fuera su hija¡±. La joven explica que la familia de su marido accedi¨® a pagarle los gastos de escolarizaci¨®n en 2021, y que ¨¦l le permitir¨¢ que vuelva. Se siente afortunada. Muchas otras, piensa, no tendr¨¢n esa oportunidad.
Este art¨ªculo ha sido publicado en el marco de la asociaci¨®n entre la edici¨®n brit¨¢nica de Marie Claire, ZimLive.com y The Fuller Project.
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