La infancia perdida entre los ladrillos de Nepal
En los hornos nepal¨ªes es frecuente encontrar menores de edad trabajando en condiciones insalubres y peligrosas. Se trata de otro ejemplo de explotaci¨®n laboral infantil agravado en los ¨²ltimos a?os por la pandemia de covid-19 y el terremoto de 2015
En noviembre, el amanecer es fresco y h¨²medo en el Terai, la zona del sur de Nepal, junto a la frontera con la India. Esta regi¨®n tropical, llena de bosques e interminables campos de arroz, est¨¢ a a?os luz de la idea rom¨¢ntica del imaginario colectivo sobre Nepal. Viajando por los caminos de tierra a esta hora del d¨ªa, no se obtiene una vista despejada, pero desde lejos se pueden apreciar las altas chimeneas de los hornos de ladrillos escupiendo nubes de humo negro que se mezclan con la niebla de la ma?ana, creando un paisaje inquietante y siniestro.
A primera hora, una treintena de empleados ya descarga los ladrillos cocidos y listos para ser transportados a la ciudad. Hombres, mujeres y muchos ni?os pululan fren¨¦ticamente entre la tierra roja y el polvo. La jornada laboral comienza antes del amanecer porque, una vez que el sol estar¨¢ alto ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil trabajar y respirar este aire denso y polvoriento.
¡±Empezamos antes de las seis y nos quedamos hasta que hemos terminado de descargar todos los bloques. Por cada mil ladrillos nos pagan 200 rupias¡± ¡ªmenos de 1,5 euros¡ª ¡°Vinimos a Nepal porque pagan m¨¢s que en India¡±, cuenta Rajesh, de 32 a?os. Con su esposa Shaila (26 a?os) y su hija Tamia, de nueve, son una de las muchas familias que viven dentro del horno. Como ellos, hay miles de personas que durante la estaci¨®n seca migran desde la India o desde las zonas rurales m¨¢s pobres de Nepal para trabajar en una de las aproximadamente mil f¨¢bricas presentes en el pa¨ªs.
Los ladrillos son el material de construcci¨®n principal en Nepal. La arcilla est¨¢ disponible localmente a bajo coste y el carb¨®n, el combustible utilizado por los hornos, se importa de la cercana India. En los ¨²ltimos a?os, las industrias de ladrillos en el pa¨ªs han experimentado un auge y se han convertido en una fuente de ingresos para muchos como consecuencia de dos tr¨¢gicos eventos: el terremoto del 2015 y la covid-19. El catastr¨®fico evento s¨ªsmico ha impulsado la demanda de materiales de construcci¨®n a precios baratos y, por tanto, ha aumentado tambi¨¦n la presencia de menores de edad esta industria. La pandemia de 2020 adem¨¢s, con el cierre masivo de escuelas y una p¨¦rdida sin precedentes de ingresos para millones de familias, ha agravado la situaci¨®n. Muchos ni?os han tenido que incorporarse a la fuerza laboral para ayudar a sus mayores, encontrando una salida f¨¢cil en la industria del ladrillo, un sector informal en el cual la contrataci¨®n no est¨¢ formalizada.
En Nepal el 89% de las personas hab¨ªa visto reducirse su r¨¦dito en dos tercios o m¨¢s desde el comienzo de la pandemia, seg¨²n una encuesta de World Vision International de finales de abril de 2020, y casi la mitad estaba solicitando pr¨¦stamos para satisfacer sus necesidades b¨¢sicas. El Banco Mundial estima que por el efecto de la pandemia el n¨²mero de personas en pobreza extrema aument¨® de 88 a 93 millones en 2020.
¡±Desde que cerraron el colegio, pasaba todo el d¨ªa en casa. Mis padres perdieron el trabajo y pronto empezamos a quedarnos sin dinero y comida. No pod¨ªa aguantar esta situaci¨®n y decid¨ª hacer algo¡±, asevera Drupadh, de 13 a?os y primog¨¦nito de una familia con cinco hijos. Para ayudar sus padres y sus hermanos empez¨® a trabajar en las obras y en los hornos.
Antes de la irrupci¨®n del nuevo coronavirus, pa¨ªses de todo el mundo hab¨ªan logrado avances notables en la reducci¨®n de la explotaci¨®n infantil. Seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (ILO), el n¨²mero de ni?os trabajadores disminuy¨® en aproximadamente 94 millones entre 2000 y 2016, y tambi¨¦n Nepal hab¨ªa logrado un progreso notable. Sin embargo, los informes realizados conjuntamente por CBS (Central Bureau of Statistics), ILO y UNICEF, indican que todav¨ªa se da esta lacra en el sector privado del pa¨ªs, incluida la industria del ladrillo. En 2021, era una realidad que todav¨ªa afectaba a 160 millones de peque?os en todo el mundo.
La dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica, el cierre de escuelas y el escaso acceso a la educaci¨®n a distancia han contribuido de manera decisiva al aumento del n¨²mero de menores de edad empleados en Nepal. Seg¨²n los ¨²ltimos datos, en este pa¨ªs hay m¨¢s de un mill¨®n que trabaja y m¨¢s del 20% lo hace en entornos peligrosos como las construcciones o la industria del ladrillo, que son perjudiciales para su salud f¨ªsica y mental. Informes publicados en 2021 por ILO y United Nation ESCAP indican que aproximadamente el 15% de la fuerza laboral de los hornos de ladrillos est¨¢?formado por ni?os (entre unos 20.000 y 30.000 ni?os).
Eisha y Manali, de 11 y ocho a?os, son dos hermanas originarias de un pueblo de la India. Al principio, sus ojos negros miran con una desconfianza que desaparece en seguida. Cuentan que ellas tambi¨¦n tuvieron que abandonar sus estudios para ponerse a trabajar. ¡°Me gustar¨ªa poder volver a la escuela ¨Creconoce Eisha¨C pero mi familia necesita dinero y no podemos permitirnos este gasto. Mis padres han pedido pr¨¦stamos y tenemos muchas deudas¡±. Y agrega: ¡°No me gusta trabajar aqu¨ª, es un sufrimiento. Quiero volver a estudiar y conseguir un buen empleo¡±.
La mayor¨ªa de los ni?os que, como Eisha y Manali, pueblan las f¨¢bricas de ladrillos, est¨¢n expuestos a condiciones muy duras y a un entorno insalubre. Presentan problemas con las manos, la espalda y las rodillas debido a los movimientos repetitivos, al llevar cargas pesadas o al estar sentados durante muchas horas mientras fabrican los bloques de arcilla. El polvo y el humo del horno tambi¨¦n son da?inos para los ojos y los pulmones.
No me gusta trabajar aqu¨ª, es un sufrimiento. Quiero volver a estudiar y conseguir un buen empleoEisha, una ni?a de 11 a?os, de un pueblo de la India
Las condiciones de vida dentro del horno son tambi¨¦n otra de las causas que contribuyen al sufrimiento de peque?os y adultos. Quienes que trabajan en esta industria viven en chozas a pocos metros de la f¨¢brica. Por lo general, llegan a principios de noviembre, cuando termina el monz¨®n, y empiezan a construir sus casas apilando un ladrillo encima del otro. El techo de las chozas es de chapa, no tienen acceso al agua y rara vez a la electricidad.
Estas personas representan el segmento m¨¢s d¨¦bil y vulnerable de la sociedad, trabajadores que solo pueden realizar este tipo de labor porque no tienen otras habilidades y no les queda otra alternativa. Y de esta manera viven tambi¨¦n sus hijos.
Los aspectos culturales influyen
Adem¨¢s de las condiciones econ¨®micas, existen aspectos culturales que contribuyen al crecimiento de la explotaci¨®n infantil. Seg¨²n un estudio reciente de la ILO el fen¨®meno disminuye a medida que aumenta el nivel de educaci¨®n de los padres: la tasa es del 4,4% en las familias donde estos gozan de una educaci¨®n superior, mientras que sube al 18% en los hogares en los que la formaci¨®n es inferior al primer ciclo de Secundaria.
Shanta y su esposo Ayaan representan una de esas situaciones en las que ninguno de los progenitores ha completado el ciclo educativo. Son casi las cuatro de la tarde y ellos llevan diez horas agachados bajo el sol. Para hacer frente al calor, Shanta solo tiene una pashmina roja envuelta alrededor de su rostro y una botella de pl¨¢stico amarillenta con un poco de agua. Son naturales de la regi¨®n de Rolpa y cada a?o, en la estaci¨®n seca, vienen a trabajar al valle de Katmand¨². La zona de Baktahpur, a pocos kil¨®metros de la capital, es una de las regiones con mayor concentraci¨®n de hornos de todo Nepal y una de las m¨¢s contaminadas del pa¨ªs. ¡°En un d¨ªa mi esposo y yo producimos entre 1.600 y 2.200 ladrillos, trabajando unas 15 horas¡±, calcula Shanta. ¡°Nos pagan 1,3 rupias por ladrillo¡± (menos de un c¨¦ntimo de euro).
Su hija mayor, Sumita, de 10 a?os, ya no va a la escuela porque, al tener este tipo de vida semin¨®mada, no puede aprobar los ex¨¢menes que le permitir¨ªan acceder al siguiente ciclo educativo: ¡°Me sent¨ªa avergonzada de ser la mayor de mi clase y por eso decid¨ª dejarlo y empezar a trabajar¡±, reconoce. Ayaan, por su parte, sostiene que no les preocupa la decisi¨®n de su hija porque, como son pobres, no ve mal que esta ayude a la familia. Y cree que es positivo comenzar a trabajar e independizarse desde temprana edad.
La mentalidad de parte de la sociedad que considera normal el trabajo de los ni?os, la falta de ayudas del Gobierno y de controles sobre la aplicaci¨®n de las leyes hacen que la pr¨¢ctica de la explotaci¨®n laboral infantil sea todav¨ªa una realidad muy arraigada.
El Gobierno de Nepal ha aprobado numerosas leyes en los ¨²ltimos a?os para frenar este fen¨®meno y este aumento de atenci¨®n ha significado que se hayan producido algunas peque?as mejoras en las condiciones de vida y de trabajo en algunos hornos de ladrillos. Despu¨¦s del terremoto, parte de estas f¨¢bricas fueron reconstruidas con una nueva tecnolog¨ªa m¨¢s respetuosa con el medio ambiente y, en algunos casos, se han introducido algunos procesos mec¨¢nicos y herramientas como guantes y carretillas en lugar de permitir el transporte de los ladrillos en la cabeza.
Gracias a la colaboraci¨®n entre Centro Internacional por el Desarrollo Integrado de la Monta?a (Icimod) y la federaci¨®n de las industrias de ladrillos, se ha elaborado tambi¨¦n un c¨®digo ¨¦tico (interno y voluntario) que establecen normas sobre las condiciones. ¡°Cuando hablamos de hornos hay dos pensamientos que se nos vienen a la mente: la contaminaci¨®n y el tema social¡±, expone Bydia Pradhan, coordinadora de programas de Icimod. ¡°Estamos tratando de abordar ambos. No es f¨¢cil porque si le preguntas a los due?os de las factor¨ªas sobre el dilema social, ni siquiera te atienden. Ahora contamos con siete hornos de demostraci¨®n en todo Nepal y tambi¨¦n hicimos, con la asociaci¨®n de propietarios de estos, un c¨®digo de conducta que incluye el fin del trabajo infantil. Estamos intentando implementarlo en todo el pa¨ªs¡±.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de organizaciones gubernamentales, privadas o no gubernamentales y a la ratificaci¨®n de numerosas leyes, el trabajo infantil sigue presente, tolerado y visto por muchas familias como una oportunidad para una salida f¨¢cil de la pobreza por sus beneficios econ¨®micos inmediatos. Todo esto sin darse cuenta de que trabajar desde una edad muy temprana afecta negativamente la salud y la educaci¨®n de los ni?os y, en ¨²ltima instancia, su futuro.
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