Condenados a malvivir: c¨®mo la covid ha disparado la pobreza
Millones de personas se sumar¨¢n a las filas de la miseria en todo del mundo por la pandemia


No hay crisis sin una buena dosis de eufemismos. ¡°Austeridad¡± es igual a recortes en servicios p¨²blicos, ¡°crecimiento negativo¡± equivale a recesi¨®n y si la gente no tiene comida se habla de ¡°inseguridad alimentaria¡±. En realidad tendr¨ªamos que decir hambre. Porque eso es lo que est¨¢n pasando Beatrice Mbendo y sus cuatro hijos en Kangemi, un barrio de chabolas en Nairobi, Kenia. En mayo, Mbendo se qued¨® sin trabajo como empleada del hogar. Antes de la pandemia ten¨ªa cuatro clientes habituales. Hoy no tiene ninguno. ¡°Ahora las cosas est¨¢n realmente mal, incluso no desayunamos por la ma?ana¡±, dice esta mujer de 38 a?os. Una vez su familia estuvo dos d¨ªas sin nada que llevarse a la boca. Mbendo estaba tan angustiada que un d¨ªa sali¨® de su casa llorando. ¡°Dios escuch¨® mis gritos. Una persona nos trajo dos kilos de harina de ma¨ªz, az¨²car y aceite de cocina, lo que me ayud¨® durante unos d¨ªas¡±.
La historia de Mbendo (compartida por la ONG Oxfam Interm¨®n) est¨¢ en el extremo de esta pesadilla. Pero de Brasil a la India, de Yemen a Estados Unidos, de Guatemala al Reino Unido, de Espa?a a Afganist¨¢n son millones las personas que est¨¢n pasando hambre. Unas sufren m¨¢s que otras, pero todas son v¨ªctimas de la peor crisis econ¨®mica desde la Segunda Guerra Mundial. M¨¢s de 729 millones de seres humanos estar¨¢n bajo el yugo de la pobreza extrema (viviendo con menos de 1,90 d¨®lares al d¨ªa) en el peor de los escenarios al final del a?o, seg¨²n el Banco Mundial. Representar¨¢n un 9,4% de la poblaci¨®n global, y ser¨¢n 114 millones m¨¢s de los pronosticados antes de la aparici¨®n del virus. Muchos de ellos morir¨¢n hambrientos. M¨¢s de 265 millones de personas, principalmente en pa¨ªses en desarrollo, est¨¢n al borde de la inanici¨®n, seg¨²n las estimaciones del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.

El vendaval se ha llevado por delante dos d¨¦cadas de lucha contra la pobreza extrema, seg¨²n los economistas del Banco Mundial. Y ser¨¢ un grave retroceso para otras personas que viven con un presupuesto por debajo de los 5,50 d¨®lares (3.200 millones, la mitad de la poblaci¨®n del planeta), que tambi¨¦n sufren para satisfacer sus necesidades b¨¢sicas. Pero podr¨ªan sumarse unos 500 millones m¨¢s si la crisis se recrudece, afirma un an¨¢lisis del Instituto Mundial de Investigaciones de Econom¨ªa del Desarrollo de las Naciones Unidas (UNU-WIDER). ¡°Estamos viendo solo el principio del tsunami¡±, advierte Olivier de Schutter, relator especial de Naciones Unidas para la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos. Retomar los niveles previos a la crisis sanitaria no ser¨¢ sencillo. Se necesita una ingente cantidad de recursos y, sobre todo, que la econom¨ªa global avance a una velocidad nunca antes vista, de acuerdo con los expertos consultados.
Las metas de la ONU para 2030 (con un 3% de extrema pobreza) son un sue?o que se desvanece. Solo se cumplir¨¢n si el PIB global crece a una tasa de entre un 8% y un 8,5% anual durante la pr¨®xima d¨¦cada, afirma Samuel Freije-Rodr¨ªguez, economista especializado en pobreza en el Banco Mundial. ¡°Eso es cinco veces mayor que las tasas hist¨®ricas experimentadas en ?frica subsahariana¡±, agrega. La locomotora econ¨®mica no puede asumir tal velocidad. En 2021, el PIB global repuntar¨¢ un 5,2%, despu¨¦s de haber ca¨ªdo un 4,4% este a?o, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ante tal emergencia, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) lanz¨® en abril un primer grito de ayuda: se necesitan 2,5 billones de d¨®lares, como m¨ªnimo, para apoyar a los ciudadanos a salir lo m¨¢s r¨¢pido posible a flote y reforzar los sistemas de salud. ¡°Hay que actuar m¨¢s all¨¢ de evitar el hambre. Hacer que la gente sobreviva es un list¨®n muy bajo. Necesitamos proteger su salud y su sustento para tener una recuperaci¨®n buena y sostenible, y no dejar la crisis con m¨¢s desigualdades a largo plazo¡±, resalta David Laborde, economista s¨¦nior del Instituto Internacional de Investigaci¨®n sobre Pol¨ªticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en ingl¨¦s).
Movilizar tal cantidad de dinero requiere de un esfuerzo monumental. La UNCTAD propone para las econom¨ªas m¨¢s pobres la cancelaci¨®n de deuda externa y un aumento en la dotaci¨®n de la ayuda internacional, entre otras medidas. ¡°Endeudarse no es la opci¨®n¡±, afirma Eduardo Ortiz-Ju¨¢rez, acad¨¦mico del King¡¯s College de Londres. ¡°Parecer¨ªa lo m¨¢s l¨®gico, pero ?cu¨¢les son las condiciones macroecon¨®micas de estos pa¨ªses? No todos tienen un acceso privilegiado a la deuda¡±, arguye. Si bien el mundo ha contraatacado al virus con un masivo gasto gubernamental (11,7 billones de d¨®lares, seg¨²n el FMI), la mayor¨ªa de estos recursos son de las econom¨ªas m¨¢s ricas. La respuesta fiscal de los pa¨ªses en desarrollo de bajos ingresos se ha mantenido en el 1,2% de su PIB. La deuda p¨²blica en aquellos de bajos ingresos (en particular de los 47 pa¨ªses menos desarrollados, la mayor¨ªa de ellos africanos) se considera insostenible y, por lo tanto, no pueden dispararla.
Otorgar un ingreso m¨ªnimo temporal se vislumbra como una respuesta para capear el temporal, dicen los expertos consultados. Pero este mecanismo tiene sus pros y contras, comenta Ugo Gentilini, economista s¨¦nior para la Pr¨¢ctica de Protecci¨®n Social y Trabajo en el Banco Mundial. Las ventajas: un coste fiscal contenido y su naturaleza ¡°progresiva¡±, porque se dirige a los que menos tienen. Adem¨¢s, potencialmente es aceptable por todos los partidos pol¨ªticos, reconoce el experto. En Espa?a, por ejemplo, nadie vot¨® en contra cuando se aprob¨®.
En esta misma t¨®nica, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanz¨® en julio una propuesta: dar una ayuda monetaria de 62 d¨®lares mensuales, en promedio, a casi 2.780 personas pobres de 132 pa¨ªses en desarrollo durante seis meses. El coste implicar¨ªa un desembolso de cerca de 200.000 millones de d¨®lares mensuales, que equivale al 0,27% del PIB de este centenar de naciones, o a una tercera parte de la deuda externa que se les vence este a?o. Pero no todo es miel sobre hojuelas. Gentilini explica que existen otros obst¨¢culos vinculados a la tramitaci¨®n y dise?o de este mecanismo: la manera en la que se escoge a los beneficiarios, los requisitos administrativos (verificaciones cruzadas, documentaci¨®n actualizada, etc¨¦tera) y los desincentivos que puede crear en la b¨²squeda de empleo. En Espa?a, por ejemplo, las solicitudes del ingreso m¨ªnimo vital se han atascado y solo se han aprobado algo m¨¢s de 130.000 peticiones frente al objetivo: 850.000 hogares en riesgo de exclusi¨®n, constituidos por 2,3 millones de personas.
Su financiaci¨®n, adem¨¢s, no es sencilla. El PNUD propone reutilizar el dinero destinado al pago de la deuda externa (a trav¨¦s de suspensiones temporales); emplear los recursos con los que se subsidia a los combustibles f¨®siles o impulsar el consumo a trav¨¦s de medidas de gasto, recuperando la inversi¨®n despu¨¦s a trav¨¦s de la mayor recaudaci¨®n. ¡°Un ingreso m¨ªnimo es una ayuda, no la soluci¨®n al problema de la pobreza¡±, afirma Deepak Xavier, experto en desigualdad en Oxfam Interm¨®n. ¡°Es luchar por el chocolate del loro. Lo ¨²nico que consigue es que la gente no tenga una vida m¨ªsera¡±, agrega Borja Monreal, autor de Ser pobre (La Huerta Grande, 2019). Pero no es la ¨²nica respuesta. ¡°Es una herramienta que podr¨ªa apoyar a las personas a mitigar la escasez, pero no la precariedad¡±, agrega Monreal.
Hasta el momento, m¨¢s que rentas m¨ªnimas con vocaci¨®n permanente, hay varios mecanismos de transferencias puntuales dirigidas a los ciudadanos m¨¢s pobres, de diferente naturaleza y duraci¨®n. Desde que estall¨® la pandemia, por ejemplo, unas 200 jurisdicciones en el planeta han lanzado 1.500 medidas de apoyo a la sociedad, un tercio de ellas transferencias de efectivo no contributivas, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial del Trabajo (OIT). ¡°En Am¨¦rica Latina se han anunciado medidas de transferencias [de dinero] por 84.000 millones de d¨®lares, que est¨¢n yendo fundamentalmente a apuntalar los ingresos de las familias m¨¢s pobres¡±, afirma Alicia B¨¢rcena, secretaria ejecutiva de la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (Cepal).
Esto podr¨ªa disminuir el n¨²mero de pobres que se espera para este a?o: 231 millones de personas en Latinoam¨¦rica, 96 de ellas en extrema carest¨ªa, indica la responsable de la instituci¨®n. ¡°Esperamos que las estimaciones se reduzcan dos o tres puntos porcentuales a finales de a?o¡±, agrega. Pero los expertos de la Cepal van m¨¢s all¨¢ y abogan por un verdadero ingreso b¨¢sico de emergencia unificado para la regi¨®n, de unos 120 d¨®lares al mes en promedio, para toda la poblaci¨®n en dificultad. Esto puede costar un 2% del PIB de toda la zona, si se aplica solo por seis meses. Si se extiende a nueve implicar¨ªa un gasto del 3,6% del PIB regional, destaca B¨¢rcena. ¡°Barato no es, pero es muy importante¡±, subraya.
¡°Debemos ir m¨¢s all¨¢ de las soluciones a corto plazo¡±, resalta De Schutter, de la ONU. ¡°La verdadera clave para reducir la pobreza es atacar la desigualdad¡±, afirma. Porque si bien es cierto que en los ¨²ltimos 30 a?os las naciones emergentes y en desarrollo han aprovechado la bonanza econ¨®mica para reducir la pobreza extrema (pasando del 36% en los a?os noventa al 9,2% en 2017), los mayores beneficios de ese crecimiento se han quedado en pocas manos. El ¨ªndice de Gini (cero equivale a la igualdad perfecta y 100 a una desigualdad m¨¢xima) solo registr¨® una reducci¨®n de tres puntos porcentuales entre 2002 y 2018, al pasar del 44% a 41%, seg¨²n el FMI. Y la crisis econ¨®mica actual lo ¨²nico que har¨¢ es ensanchar la brecha, pues se espera que el ¨ªndice vuelva a niveles de 2008. ¡°Una de las formas de atacar a la desigualdad es a trav¨¦s de la democracia econ¨®mica¡±, dice el historiador econ¨®mico Richard Wilkinson, coautor de Igualdad (Capit¨¢n Swing, 2019): ¡°Necesitamos impuestos m¨¢s progresivos¡±.
Impuestos
¡°Combatir la inequidad significa tambi¨¦n quitar privilegios¡±, dice Xavier, de Oxfam. ¡°Me refiero a que las grandes corporaciones paguen su parte justa de impuestos¡±, agrega. De acuerdo con la ONG, un incremento de tan solo el 0,5% en el tipo del impuesto que grava la riqueza del 1% m¨¢s rico dar¨ªa para mucho: si se aplicara durante los pr¨®ximos 10 a?os, permitir¨ªa recaudar los fondos para invertir en la creaci¨®n de 117 millones de puestos de trabajo en sectores como la educaci¨®n, la salud y la asistencia a las personas mayores, entre otros. ¡°El mundo, en los ¨²ltimos 30 a?os, ha sido v¨ªctima de una competencia regulatoria¡±, agrega De Schutter. ¡°La capacidad de los pa¨ªses para mantener esquemas de tributaci¨®n progresiva ha sido desafiada por los ricos, que pueden trasladar sus empresas f¨¢cilmente a otras jurisdicciones como para¨ªsos fiscales o territorios con tipos de sociedades muy bajos¡±, destaca.
Para muestra un bot¨®n: el tipo legal medio del impuesto sobre sociedades ha pasado del 28% en el a?o 2000 al 20,6% en 2020, seg¨²n la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE). En Espa?a ha bajado del 35% al 25% en el mismo periodo, aunque el tipo efectivo que finalmente abonan las compa?¨ªas es inferior (del 21,5% sobre la base imponible y del 9,5% sobre beneficios). La propuesta de la OCDE de introducir un impuesto digital global, que obligue a las grandes tecnol¨®gicas a pagar impuestos donde obtienen sus beneficios, va en el camino correcto hacia la justicia fiscal, destacan los expertos. Las negociaciones para aprobar esta nueva tasa, sin embargo, se han quedado atascadas despu¨¦s de que la Administraci¨®n de Donald Trump se descolgara de ellas.
Construir una vida mejor cada vez es m¨¢s complicado. Las desigualdades dificultan encontrar un trabajo para forjarse un futuro. ¡°Esta es una conclusi¨®n preocupante que tiene repercusiones graves para la cohesi¨®n social¡±, afirma la OIT. En los pa¨ªses en desarrollo la situaci¨®n es fr¨¢gil. ¡°Hay un elevado n¨²mero de mujeres y hombres trabajando en la informalidad sin ninguna protecci¨®n social. Eso los hace vulnerables. No son pobres, pero tampoco tienen una posici¨®n segura en t¨¦rminos econ¨®micos¡±, argumenta Ortiz-Ju¨¢rez, del King¡¯s College de Londres.
Fueron m¨¢s de 1.600 millones los empleados de la econom¨ªa sumergida afectados entre abril y mayo por la pandemia, seg¨²n la OIT. Los ingresos de los trabajadores informales en naciones de renta media (como M¨¦xico, Ecuador, Rumania, Tailandia) cayeron un 27,7%. Los m¨¢s afectados fueron los de los pa¨ªses m¨¢s pobres (como Hait¨ª, Malawi o Etiop¨ªa, India, Indonesia), con una bajada del 82%. Incluso cuando estas personas tienen empleo siguen enfrent¨¢ndose a importantes barreras: m¨¢s de 630 millones de trabajadores en el mundo no ganan lo suficiente con su actividad para poder salir de la pobreza, ni ellos ni sus familias, seg¨²n la OIT. Los anuncios recientes sobre la efectividad de la vacuna tampoco son un aliciente para este colectivo. ¡°Para 2020, la historia est¨¢ principalmente escrita y solo una mitigaci¨®n adecuada de la segunda ola podr¨ªa limitar el da?o¡±, dice Laborde, del IFPRI.
La vacuna podr¨ªa ayudar a acelerar el per¨ªodo de recuperaci¨®n, incluso revitalizando la confianza en los turistas, una fuente importante de ingresos para algunos pa¨ªses en desarrollo, explica el experto. ¡°Pero queda por ver hasta qu¨¦ punto llegar¨¢ a la poblaci¨®n pobre del sur global¡±, agrega. Ello no ser¨¢ hasta 2022, pues seg¨²n Oxfam, los pa¨ªses m¨¢s ricos, con el 13% de la poblaci¨®n mundial, han comprado por adelantado el 51% de las dosis de los principales laboratorios. ¡°Parece que la vida de una persona en Bangladesh es mucho menos importante que el una en el Reino Unido¡±, zanja Deepak Xavier.
¡°Muchos sue?os se quedaron sin cumplir¡ muchos planes, muchas cosas por hacer¡±. Carol Claros rompe a llorar. Este a?o, el mundo se le vino encima. A principios de 2020, cuando volvi¨® del permiso de maternidad, su empleadora prescindi¨® de ella. ¡°La se?ora quer¨ªa a una persona con disposici¨®n las 24 horas. Yo, ya no le compensaba¡±, dice esta hondure?a de 27 a?os que trabajaba de interna. Despu¨¦s, estall¨® la pandemia. El sueldo de su pareja (950 euros mensuales) no alcanzaba para todos los gastos. Tan solo de alquiler desembolsan 700 euros. Entonces empez¨® a tirar de los ahorros. ¡°Ahora no me queda nada, nada, nada¡±.
Hoy, Claros limpia portales. Trabaja 13 horas a la semana y cobra 350 euros al mes. Aun as¨ª en casa no consiguen llegar a fin de mes. Reciben ayuda de C¨¢ritas: pa?ales, alimentos para beb¨¦ y cupones para comida. Esta familia del distrito madrile?o de Carabanchel se ha unido a ese 49,3% de la poblaci¨®n de Espa?a que ya en 2019 ten¨ªa alguna clase de dificultad para llegar a fin de mes, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). ¡°Los empleos precarios, la econom¨ªa sumergida... los m¨¢s vulnerables han quedado expuestos con la crisis de la covid¡±, dice Graciela Malgesini, responsable de asuntos europeos en la Red Europea contra la Pobreza (EAPN, por sus siglas en ingl¨¦s). El escenario no es halag¨¹e?o. El desplome del 12,8% del PIB espa?ol previsto para este a?o, el m¨¢s alto entre los pa¨ªses desarrollados, seg¨²n el FMI, empujar¨¢ a muchas personas a la carest¨ªa.
M¨¢s de 1,1 millones de personas se unir¨¢n a las filas de la pobreza relativa en Espa?a al cierre de este a?o, seg¨²n Oxfam Interm¨®n. Con ello ser¨¢n m¨¢s de 12 millones de residentes (un 26% de la poblaci¨®n) en esa condici¨®n. La cifra no es balad¨ª. ¡°Es consecuencia de las fallas estructurales en Espa?a¡±, dice Liliana Marcos Barba, responsable de pol¨ªticas p¨²blicas y desigualdad de Oxfam Interm¨®n. ¡°El pa¨ªs tiene un mercado laboral enfermo en el que hay un colectivo muy alto de personas de rentas bajas con una mayor presencia de mujeres, j¨®venes, migrantes y personas de baja cualificaci¨®n. Ellos son el colch¨®n donde se asientan las p¨¦rdidas cuando hay una crisis¡±, asegura. Muestra de ello es la demanda de acci¨®n social de las grandes ONG en el pa¨ªs ha aumentado entre un 40% y 60% durante la pandemia, seg¨²n un an¨¢lisis de Funcas. Y entre una cuarta parte y un tercio de esa demanda proviene de personas que han recurrido por primera vez a los servicios que ofrecen estas organizaciones.
En 2008, bajo la estrategia Europa 2020, Espa?a se comprometi¨® a reducir entre 1,4 y 1,5 millones (entre 2009 y 2019) el n¨²mero de personas en riesgo de pobreza. Para ello se tom¨® como referencia el indicador Arope, que mide pobreza, privaci¨®n material severa y baja intensidad de empleo. Tomando en consideraci¨®n esta metodolog¨ªa, en ese entonces hab¨ªa en el pa¨ªs unos 10,8 millones de ciudadanos en riesgo de pobreza y el indicador estaba en el 23,8%. Pero la recesi¨®n financiera mostr¨® la peor de sus caras: el PIB espa?ol cay¨® un 3,8% en 2009, dejando a m¨¢s de 4,3 millones de personas sin empleo. El objetivo salt¨® por los aires.
En 2014, el indicador Arope escal¨® al 29,2%, y aunque en los ¨²ltimos a?os ha ca¨ªdo no ha podido acercarse a la meta. El a?o pasado se coloc¨® en el 25,3% cuando la media europea fue del 21,1%, seg¨²n Eurostat. ¡°En t¨¦rminos absolutos hoy hay 11,8 millones de pobres, lo que significa que, en lugar de reducir la cifra, esta se increment¨® en un mill¨®n de personas¡±, afirma Malgesini. ?Las causas de este ascenso? Una alta tasa de paro (actualmente superior al 16%, casi el doble de la media europea) y una situaci¨®n de desempleo juvenil cr¨®nico (hoy llega al 43,9%, la m¨¢s alta de la regi¨®n), que adem¨¢s se adereza con programas de protecci¨®n social insuficientes y pol¨ªticas tributarias y de gasto que favorecen mucho m¨¢s a las clases acomodadas que a las pobres, indica Philip Alston, relator especial de la ONU sobre pobreza. ¡°La ¨²ltima d¨¦cada puede considerarse como perdida en la lucha contra la pobreza¡±, resalta Malgesini.
Ayudas p¨²blicas
A¨²n existe la esperanza de que la bater¨ªa de las medidas lanzadas por el Gobierno para hacer frente a las consecuencias de la pandemia, y que ascienden a m¨¢s de 210.000 millones de euros, seg¨²n el Ministerio de Hacienda, logre salvar a algunas personas de caer en la pobreza. ¡°Las ayudas de los ERTE, el ingreso m¨ªnimo vital, la limitaci¨®n de desahucios y cortes de servicios b¨¢sicos y otras, pueden limitar un poco el efecto de la covid-19, sobre todo en las personas m¨¢s pobres¡±, arguye un an¨¢lisis de la EAPN.
Antes de que estallara la pandemia, la Comisi¨®n Europea ya advert¨ªa algunos peligros para la cohesi¨®n social que ten¨ªan su origen en el paro, los contratos temporales y la alta proporci¨®n de ciudadanos que permanecen en riesgo de pobreza o exclusi¨®n social a pesar de la ¨¦poca de bonanza de los ¨²ltimos a?os. Esta misma semana, el FMI alert¨® sobre la creciente desigualdad en el pa¨ªs, que ya era elevada antes de la pandemia y que se ensanchar¨¢. ¡°Espa?a ocupa los ¨²ltimos lugares en demasiadas clasificaciones sociales de la Uni¨®n Europea¡±, dice Alston. ¡°Si se pudiera solucionar la pobreza con planes estrat¨¦gicos y voluminosos informes, el pa¨ªs estar¨ªa a la cabeza¡±, concluye.
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