17 fotosTerrorismoMujeres y sororidad frente al yihadismo en Burkina FasoLa organizaci¨®n Femmes Battantes ha creado una red de apoyo entre desplazadas internas y las comunidades de acogida. Muchas de ellas huyen del terrorismo que asedia sus aldeas ?lia Borr¨¤s Bobo-Dioulasso (Burkina Faso) - 14 ene 2023 - 05:35CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLa mayor¨ªa de las personas desplazadas internas en Burkina Faso son acogidas por familiares o conocidos, normalmente de la misma etnia. Alimata Ouedraogo es de la mossi. Un grupo de personas de la misma comunidad la recogi¨® por el camino cuando hu¨ªa de su aldea, que hab¨ªa sido atacada por los yihadistas, y la ayud¨® a llegar hasta Samag¨¢n, una barriada de Bobo-Dioulasso, capital econ¨®mica al oeste del pa¨ªs.?lia Borr¨¤sAwa, a la izquierda, y Kadiratou, en el centro, posan junto con la hija de la segunda, Aila. Han acogido a Ouedraogo en su casa en Bobo-Dioulasso. ?lia Borr¨¤sSolange Traor¨¦ es la presidenta de la organizaci¨®n Femmes Battantes (mujeres luchadoras, en franc¨¦s) y la coordinadora de mujeres de la regi¨®n de Haut-Bassins, cuya capital es Bobo-Dioulasso. Acudi¨® al gobernador de la regi¨®n, al director de la C¨¢mara de Comercio de Bobo-Dioulasso y al ministro de Agricultura para conseguir semillas y abono org¨¢nico para el campo.?lia Borr¨¤sUna jornada de trabajo en el campo de Matourkou, a las afueras de Bobo-Dioulasso. En la fotograf¨ªa, las mujeres desplazadas siembran jud¨ªas, un alimento que en los ¨²ltimos cinco a?os ha pasado de valer 150 francos CFA (0,22 c¨¦ntimos de euro) el kilo a 300 francos CFA (0,45 c¨¦ntimos de euro).?lia Borr¨¤sMomento de descanso para comer. Awa Pagabelem, de la asociaci¨®n Femmes Battantes, ha preparado arroz con jud¨ªas para todas las compa?eras de trabajo.?lia Borr¨¤sDurante la hora de descanso, cuando el sol es m¨¢s fuerte, Clarissa intenta dormir la siesta, algo que sus compa?eras impiden a toda costa. Al fondo de la escena, se ve la plantaci¨®n de ma¨ªz, un cereal b¨¢sico en la dieta burkinesa con el que se prepara el t?, una bola que suele acompa?arse de salsa de espinacas, tomate o cacahuete. ?lia Borr¨¤sAunque la ocupaci¨®n principal de Poline es la de hacer harina de ma¨ªz, en sus ratos libres, trabaja en el campo de las desplazadas.?lia Borr¨¤sMarceline (derecha), ha aprovechado que es domingo para ir a ayudar a recolectar los frutos de la cosecha. Djamila (izquierda) es otra de las j¨®venes desplazadas que ha llegado a Bobo-Dioulasso.?lia Borr¨¤sTanto la cosecha como la recolecta, la separaci¨®n de las vainas y el desgranado son procesos manuales. Uno de los objetivos que tienen las mujeres de Femmes Batantes es construir un pozo para poder cosechar todo el a?o. En la imagen, los hijos de la presidenta, Solange Traor¨¦, ayudan en la recolecta de jud¨ªas del ¡°campo de las desplazadas¡±.?lia Borr¨¤sAunque m¨¢s del 80% de la poblaci¨®n de Burkina Faso se dedica a la agricultura, el escaso rendimiento de la actividad, la falta de inversi¨®n y la violencia obliga a muchas personas a huir y dejar las cosechas a medias. Adem¨¢s, las consecuencias del cambio clim¨¢tico ha implicado una subida de precios que hace que la gente no pueda recibir la alimentaci¨®n que necesita.?lia Borr¨¤sMaimuna (izquierda) y Azeta (derecha) huyeron de Namsiguia, al norte del pa¨ªs. Despu¨¦s de 490 kil¨®metros a pie llegaron hasta Bobo-Dioulasso. Estuvieron un tiempo mendigando por la ciudad hasta que se encontraron con Solange Traor¨¦, quien les propuso trabajar en el campo durante la ¨¦poca de lluvias.?lia Borr¨¤sMaimuna es de las pocas mujeres desplazadas que explica con claridad como huy¨® de su pueblo y camin¨® durante cinco d¨ªas hasta llegar a Bobo-Dioulasso. La mayor¨ªa prefieren no hablar o tienen recuerdos difusos. La organizaci¨®n M¨¦dicos Sin Fronteras ha desplegado por primera vez ayuda psicol¨®gica en los campos. El Estado tambi¨¦n ofrece este servicio a las mujeres que llegan a la ciudad.?lia Borr¨¤sZerbo acoge en su casa a 20 mujeres con sus hijos. Durante su tiempo libre tambi¨¦n ayuda en el campo de las desplazadas. En la imagen, separa la vaina de las hojas.?lia Borr¨¤sEl mototaxi es el transporte m¨¢s popular y pr¨¢ctico de Bobo-Dioulasso. El conductor pasa la jornada haciendo viajes con sacos de jud¨ªas hasta su casa, donde las mujeres esperan para separar las hojas del grano. En este caso, es Solange Traor¨¦ quien paga, de su propio bolsillo, el servicio.?lia Borr¨¤sAbibata, de 2 a?os, camin¨® junto a su madre, Sarata, desde Dankanou¡ªen la regi¨®n del Sahel¡ª hasta Bobo-Dioulasso, para huir de la violencia yihadista. Por el camino conocieron a otras mujeres con las que ahora conviven en la ciudad y se ayudan mutuamente.?lia Borr¨¤sLa asociaci¨®n para el Empoderamiento Femenino de Bobo-Dioulasso organiz¨® una campa?a para comprar kits de higiene femenina (cepillo de dientes, compresas, jab¨®n, esponja y pasta de dientes) para las mujeres desplazadas.?lia Borr¨¤sSalimata (a la izquierda), Sarata (en el centro, con camiseta amarilla) y Maimuna (a la derecha) trabajan para desgranar el ma¨ªz recolectado.?lia Borr¨¤s