Tirana Hassan: ¡°La orden de detenci¨®n contra Putin env¨ªa un mensaje a los d¨¦spotas y dictadores de todo el mundo¡±
La abogada asume este lunes la direcci¨®n de Human Rights Watch, la organizaci¨®n global que vela por la protecci¨®n de los derechos humanos, bajo creciente amenaza
Que los derechos humanos pueden evaporarse de un d¨ªa para otro, por muy asentados que parezcan, es algo que Tirana Hassan ha comprobado de cerca durante a?os, implic¨¢ndose en los conflictos m¨¢s cruentos del planeta. Abogada y nacida en Singapur hace 48 a?os, Hassan es a partir de este lunes la nueva directora de Human Rights Watch, la organizaci¨®n azote de gobiernos con sede en Nueva York, dedicada a la defensa de derechos humanos. Su nombramiento, sostiene en una videoconferencia con este diario desde Ginebra, es un s¨ªntoma de que la defensa de los derechos humanos hace tiempo que dej¨® de estar en manos de Occidente.
Hassan, que ya ejerc¨ªa en funciones, asume el puesto en un momento de gran volatilidad internacional y de regresi¨®n de derechos y libertades. La proliferaci¨®n de los reg¨ªmenes h¨ªbridos y la consolidaci¨®n de populismos dispuestos a cercenar consensos democr¨¢ticos construidos con mimo durante d¨¦cadas es la realidad a la que se enfrenta Hassan, la primera mujer que ocupa el cargo. Cree que la guerra de Ucrania ha demostrado ¡°lo que es posible cuando el mundo decide defender y proteger los derechos humanos¡±, en alusi¨®n a la orden de detenci¨®n de La Haya contra el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin. Pero advierte contra el peligro de aplicar un doble rasero: ¡°Esperamos la misma protecci¨®n de los derechos de todos los refugiados, la misma condena de los abusos, tambi¨¦n en Etiop¨ªa y en una larga lista de pa¨ªses¡±.
Pregunta. Usted es la primera mujer que dirige su organizaci¨®n y tambi¨¦n la primera que procede del Sur Global. Su predecesor fue un estadounidense que estuvo en el cargo 30 a?os.
Respuesta. Me siento muy honrada y orgullosa. Creo que mi nombramiento refleja que el movimiento de derechos humanos es global, que no es exclusivo de las democracias occidentales. Es de todos, de los grupos locales de derechos humanos, de las v¨ªctimas, de los supervivientes. Todos somos catalizadores del cambio. En cuanto al liderazgo femenino, a menudo se subestima a las mujeres. Lo s¨¦ por mi propia experiencia. Me han dicho cosas como que las mujeres no deber¨ªan estar en zonas de guerra o, en el pasado, que no pod¨ªa tener un perfil muy p¨²blico porque las mujeres asi¨¢ticas tienden a ser t¨ªmidas. He escuchado muchos estereotipos a lo largo de mi vida, pero estamos viendo que en el Sur Global hay mujeres que lideran movimientos importantes y que son todo menos t¨ªmidas.
P. Vemos movimientos importantes de mujeres en lugares como Am¨¦rica Latina o en Ir¨¢n. ?Anticipa un cambio real?
R. El movimiento de mujeres en Am¨¦rica Latina en torno a los derechos reproductivos nos muestra lo que es posible cuando las mujeres se unen, de lo estrat¨¦gicas que pueden ser. C¨®mo los movimientos son capaces de promover el cambio y trasladarlo de un pa¨ªs a otro. As¨ª es como se mueven monta?as. A menudo, a estos movimientos se los margina, se los ve como asuntos solo de mujeres, pero los ataques a los derechos de las mujeres suelen ser los primeros indicadores de una represi¨®n m¨¢s amplia. Si son capaces de triunfar reprimiendo a las mujeres, despu¨¦s vendr¨¢n a por otros grupos.
P. Las autocracias ganan terreno en el mundo. ?Hemos dado por sentadas las democracias? ?No hemos sabido protegerlas?
R. El a?o pasado hemos visto un aumento de los ataques a las instituciones democr¨¢ticas y en general al espacio menguante de la sociedad civil. Nos cerraron nuestra oficina en Mosc¨² y hemos sido blanco de ataques de Pegasus por parte de gobiernos que utilizan la cibervigilancia para amenazar a los defensores de los derechos humanos. Pero existe la posibilidad de contratacar a los reg¨ªmenes autocr¨¢ticos. Tenemos que ser m¨¢s creativos. Hemos asistido tambi¨¦n a momentos muy emocionantes. En Ucrania hemos visto lo que es posible cuando el mundo decide defender y proteger los derechos humanos. Ahora debe aplicarse a todo el mundo. Esperamos la misma protecci¨®n de todos los refugiados, la misma condena de los abusos, tambi¨¦n en Etiop¨ªa y en una larga lista de pa¨ªses.
Los ataques a los derechos de las mujeres suelen ser los primeros indicadores de una represi¨®n m¨¢s amplia de derechos humanos
P. Que la unidad y la voluntad pol¨ªtica de Ucrania no se replique en otros conflictos ha desatado un malestar en el Sur Global, como si los muertos o los refugiados et¨ªopes o palestinos valieran menos. ?Cu¨¢nta raz¨®n tienen?
R. Hay una leg¨ªtima frustraci¨®n en algunos pa¨ªses en todo el mundo por la aplicaci¨®n de diferentes est¨¢ndares y diferentes niveles de voluntad pol¨ªtica en Ucrania, que no se est¨¢ aplicando en Etiop¨ªa, en Myanmar o en Afganist¨¢n. Esa legitimidad existe, pero ser¨ªa un error decir que el doble rasero solo se aplica entre el Norte Global y el Sur Global. Eso es ficci¨®n. Hemos visto c¨®mo se aplica un doble rasero tambi¨¦n en el hemisferio sur.
P. La Haya cree que Putin ha cometido cr¨ªmenes de guerra. ?Tendr¨¢ un efecto disuasorio para otros dictadores?
R. Es absolutamente disuasorio. La orden de detenci¨®n dictada por el tribunal contra Putin env¨ªa un mensaje a los d¨¦spotas y dictadores de todo el mundo de que tendr¨¢n que rendir cuentas por sus acciones. Es destacable el ritmo y los recursos que se han destinado a garantizar la rendici¨®n de cuentas en Ucrania y nos muestra lo que es posible. Una de las razones por las que las cosas han podido avanzar tan r¨¢pido es porque ha sido muy f¨¢cil documentar los cr¨ªmenes de guerra generalizados y descarados cometidos en Ucrania. Pero adem¨¢s, los investigadores del tribunal han estado sobre el terreno y las ONG de derechos humanos, las organizaciones ucranias y los gobiernos de todo el mundo han lanzado sus propias misiones de investigaci¨®n. Al final, se trata del nivel de evidencias que se ponen a disposici¨®n del tribunal.
P. Ahora hay una tecnolog¨ªa para acumular evidencias impensable por ejemplo durante las guerras de los Balcanes. ?Qu¨¦ impacto tendr¨¢ en la protecci¨®n de los derechos humanos?
R. La tecnolog¨ªa inform¨¢tica ha revolucionado la capacidad de recopilar pruebas y de acceder a ¨¢reas con acceso limitado. Una de las t¨¢cticas favoritas del manual del dictador es bloquear el acceso a los periodistas y a los defensores de los derechos humanos. Ahora utilizamos una metodolog¨ªa de investigaci¨®n de c¨®digo abierto y eso significa que no se trata solo de lo que nuestro investigador ve sobre el terreno. Puede cotejar esa informaci¨®n con cientos de fotograf¨ªas y v¨ªdeos de internet y triangularla con im¨¢genes de sat¨¦lite y con el testimonio de testigos. En este mundo postfactual nos llega mucha informaci¨®n, pero parte de ella es desinformaci¨®n. Tenemos un equipo que realiza investigaciones digitales, que verifica la huella digital para asegurarnos de que no est¨¦ manipulada. Vivimos en un mundo en el que los hechos est¨¢n siendo negociados, pero con la tecnolog¨ªa podemos presentar los casos con tantas pruebas que deber¨ªan obligar a los gobiernos a tomar medidas. Podemos recrear en 3D la represi¨®n de las protestas en Estados Unidos o lo que ocurre cuando un proyectil ruso cae en un bloque de apartamentos. As¨ª podemos explicar a quienes toman las decisiones exactamente lo que pas¨®, y eso cambia la conversaci¨®n, como hemos podido comprobar.
P. ?Va a ser China capaz de imponer su visi¨®n de que los derechos humanos son una nueva forma de colonialismo?
R. La idea de que los derechos humanos son solo una construcci¨®n occidental es absolutamente rid¨ªcula, que le resulta ¨²til a una cierta narrativa y tiene un fin pol¨ªtico. Es muy conveniente para los gobiernos que tratan de desviar la atenci¨®n de los abusos y que no cumplen sus propias obligaciones internacionales. Nuestra experiencia durante d¨¦cadas trabajando con defensores de derechos humanos y con v¨ªctimas y supervivientes que a ellos les importa. A los supervivientes de la tortura en China y al m¨¢s de un mill¨®n de familiares de trabajadores detenidos en campos de reeducaci¨®n en Xinjiang les preocupan los derechos humanos. No es algo que uno pueda elegir aceptar o no. Se trata de obligaciones legales internacionales, que surgieron en los momentos m¨¢s oscuros de la historia y son compromisos que asumieron los gobiernos de todo el mundo. En esencia, estamos hablando de la dignidad humana. No creo que haya un lugar en el que alguien pueda decir que la dignidad humana no es un principio universal.
P. En un reciente ensayo escribi¨® que ya no podemos apoyarnos en un peque?o grupo de pa¨ªses occidentales para garantizar los derechos humanos. Se cumplen ahora 20 a?os de la invasi¨®n estadounidense de Irak. Aquel fracaso, junto al de Afganist¨¢n, ha mermado el apetito de intervenciones en nombre de la libertad y los derechos humanos. ?C¨®mo se puede frenar a l¨ªderes autocr¨¢ticos como Putin?
R. Ya no hay superh¨¦roes internacionales que vayan a venir al rescate. Es responsabilidad de todos los Estados garantizar la defensa de los derechos humanos y de las instituciones de derechos humanos. Tenemos que apoyar a los manifestantes en Ir¨¢n, en Sri Lanka y en China. Hemos visto a personas levantarse en los lugares m¨¢s represivos, como Sud¨¢n, y es nuestra responsabilidad apoyarles. Si estamos ante una situaci¨®n en la que las personas est¨¢n dispuestas a perder la vida para defender los derechos humanos, ese deber¨ªa ser el impulso para que el mundo se movilice y utilice todo el arsenal legal y pol¨ªtico a su alcance.
La idea de que los derechos humanos son solo una construcci¨®n occidental es absolutamente rid¨ªcula y tiene un fin pol¨ªtico
P. Se refiere a la injerencia en forma de apoyo de gobiernos a organizaciones locales.
R. S¨ª, el fortalecimiento de la sociedad civil, de las voces de la disidencia y, luego, utilizar las herramientas a nuestra disposici¨®n, como el Consejo de Derechos Humanos, el sistema judicial nacional e internacional, la Asamblea General para ejercer presi¨®n internacional sobre los gobiernos que cometen abusos. Y funciona. La movilizaci¨®n mundial en torno a Ucrania nos recuerda el potencial que tenemos.
P. ?Se pueden defender los derechos humanos a trav¨¦s de una intervenci¨®n militar?
R. No. La intervenci¨®n militar no es la respuesta a los derechos humanos. Cuando llegamos a un punto en el que nos encontramos en una crisis de derechos humanos, por lo general no es una sorpresa. No surgen de la nada. Ucrania, por ejemplo, ?qu¨¦ habr¨ªa pasado si el mundo hubiera exigido a Putin rendir cuentas durante a?os por la represi¨®n de los derechos humanos y la sociedad civil en Rusia? ?Y por el bombardeo ruso de ciudades en Siria para apoyar a Bachar el Asad? Los conflictos se producen cuando relegamos los derechos humanos a un segundo plano.
P. En el cap¨ªtulo dedicado a Espa?a de su informe anual afirman que las devoluciones en caliente en la frontera ¡°contribuyeron a la muerte de migrantes¡±. ?Cree que los agentes espa?oles podr¨ªan haber evitado la muerte de 23 personas en Melilla?
R. Las escenas de Melilla en junio de 2022 fueron espeluznantes y ejemplifican todo lo que es inaceptable por parte de la pol¨ªtica hacia los migrantes y refugiados de Espa?a y de la UE. Devolver en caliente a migrantes y refugiados no solo es incumplir con las obligaciones internacionales, sino que, como hemos visto, provoca la p¨¦rdida de vidas humanas. Las rutas legales seguras para la migraci¨®n tienen que ser una prioridad. El patr¨®n de demonizaci¨®n de los migrantes y este que est¨¢ surgiendo ahora, no solo en el Reino Unido sino en toda Europa, de deportar a las personas refugiadas y solicitantes de asilo es muy peligroso.
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