Reconstrucci¨®n del 24-J: las v¨ªctimas de la tragedia de Melilla no recibieron asistencia sanitaria ni en Marruecos ni en Espa?a en los momentos cr¨ªticos
Fragmentos de los v¨ªdeos grabados el pasado 24 de junio, a los que ha tenido acceso EL PA?S, demuestran que los migrantes atrapados en la avalancha cayeron tambi¨¦n del lado espa?ol
Los v¨ªdeos grabados por un dron y un helic¨®ptero de la Guardia Civil el pasado 24 de junio, durante la tragedia de la valla de Melilla, arrojan luz sobre algunas de las grandes inc¨®gnitas que dej¨® aquel episodio, en el que murieron al menos 23 personas. EL PA?S ha tenido acceso a fragmentos de esas im¨¢genes: tanto los v¨ªdeos como los testimonios de quienes los han visto, incluidos algunos de los ocho diputados que visitaron la ciudad aut¨®noma el lunes, demuestran que la avalancha que se produjo en el puesto fronterizo entre Nador y Melilla sucedi¨® cuando los migrantes lograron forzar dos puertas que daban acceso al lado espa?ol. Los acontecimientos se aceleran desde ese instante.
A las 8.42 las puertas ceden. Se produce entonces la estampida. Y en ese mismo momento los agentes marroqu¨ªes irrumpen en el recinto. La avalancha acab¨® dejando decenas de cuerpos ¡ªlas im¨¢genes no permiten concluir si vivos o muertos¡ª a ambos lados de esas puertas, en una zona que el Ministerio del Interior se niega a reconocer como territorio espa?ol. El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska califica esa ¨¢rea de ¡°zona operacional conjunta¡±, en la que pueden actuar polic¨ªas de ambos pa¨ªses. Es una versi¨®n que difiere de la que dan varias fuentes de los servicios de seguridad, que apuntan que esas puertas, que se abren desde el lado espa?ol, marcan la frontera operacional entre un pa¨ªs y otro. Tambi¨¦n la de parte del grupo de diputados. ¡°De lo que hemos visto, todo parece indicar que se produjeron fallecidos en zona de control de las autoridades espa?olas, evidentemente¡±, ha afirmado en Melilla Enrique Santiago, portavoz adjunto de Unidas Podemos.
Los v¨ªdeos divulgados en las redes sociales y los testimonios recogidos por este peri¨®dico ya revelaron que las autoridades marroqu¨ªes tardaron horas en prestar asistencia sanitaria a los migrantes. Las nuevas im¨¢genes de la Guardia Civil muestran ahora que ni las v¨ªctimas de la estampida en el lado espa?ol del puesto fronterizo, ni los migrantes que se desplomaron en el suelo ya en Melilla recibieron asistencia sanitaria en los momentos m¨¢s cr¨ªticos.
8.12. Un grupo que, seg¨²n fuentes oficiales, est¨¢ compuesto por 1.700 personas, aunque parece menor, llega a Barrio Chino, la zona donde se encuentra el puesto fronterizo que usaban las porteadoras antes de la pandemia. Han alcanzado ese punto sin apenas resistencia de la polic¨ªa marroqu¨ª. En algunos momentos del recorrido se ve a los agentes lanzando botes de gas o posicion¨¢ndose, mientras que en otros se quedan mirando mientras el grupo pasa junto a ellos. Unos y otros se lanzan piedras constantemente.
8.16. Los migrantes, en su mayor¨ªa refugiados sudaneses, llegan corriendo al puesto fronterizo de Barrio Chino. Llama la atenci¨®n que apenas se ven guardias civiles del lado espa?ol. Desde el terreno, no parece que vean qu¨¦ est¨¢ pasando al otro lado. Van y vienen de un lado a otro de la valla.
8.19. La entrada a Barrio Chino se produce por tres puntos: la entrada principal, una puerta secundaria y una valla en el lateral que cede y desde la que caen al suelo decenas de personas. La densa nube de gas no permite ver todo el interior del puesto fronterizo, pero s¨ª se ve c¨®mo un enorme grupo de personas se concentra frente a las puertas que pretenden forzar. Los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil entran en la instalaci¨®n fronteriza por el lado espa?ol para acercarse a esas puertas que les separan del patio donde en ese momento est¨¢ la marabunta. Es dif¨ªcil afinar el n¨²mero de personas que se encuentran all¨ª: diversas fuentes han calculado que entre 500 y 700. La c¨¢mara del helic¨®ptero registra c¨®mo los agentes marroqu¨ªes apalean a uno de los chicos que cay¨® desde lo alto de la valla que se desmoron¨®.
8.30. Las puertas siguen sin abrirse. Hay dos personas golpe¨¢ndolas con sendos mazos, pero estas tienen dos cerrojos del lado espa?ol y no ceden. En ese momento, y en los que seguir¨¢n, los agentes marroqu¨ªes se mantienen fuera del puesto, lanzando palos, piedras y gases lacrim¨®genos sin parar. Algunos integrantes del grupo responden con piedras y palos: intentan que los marroqu¨ªes no entren en el recinto. En los minutos siguientes, los migrantes empezar¨¢n a intentar pasar por todas las rendijas que encuentran: se encaraman a la valla fronteriza que hay en un lateral, empiezan forzar y trepar una alambrada llena de concertinas que est¨¢ pegada a las puertas y que les permite subirse a los tejados del lado espa?ol... Los guardias civiles disparan gas lacrim¨®geno desde la base de la valla. Los marroqu¨ªes siguen lanzando gases sin parar.
8.31. La angustia por abrir la puerta contin¨²a. Lo que ocurre m¨¢s all¨¢ del peque?o grupo concentrado en golpear con los mazos es puro caos y confusi¨®n. Mucho humo. Un guardia civil se acerca a la puerta por el lado espa?ol, les roc¨ªa con gas pimienta y la imagen se ti?e de naranja. El aerosol les expulsa hacia atr¨¢s, pero vuelven enseguida. Se ve claramente la aglomeraci¨®n de personas. Algunos diputados que han visto las im¨¢genes cuentan que han sido informados de que hab¨ªa, al menos, 12 guardias civiles tras las puertas. Dos de ellos resultar¨¢n heridos de gravedad por las piedras que les caen y el grupo de agentes acabar¨¢ repleg¨¢ndose por seguridad.
8.33. La c¨¢mara del helic¨®ptero capta las chispas de una radial con la que los migrantes insisten en forzar la puerta. No parece funcionar, el agujero que deja es peque?o. Vuelven al mazo. La retaguardia sigue intentando contener a los agentes marroqu¨ªes. Hay hombres en los tejados del lado espa?ol lanzando piedras a los guardias marroqu¨ªes que rodean el recinto.
8.40. Siguen cayendo botes de humo, sin parar, de fuerzas de seguridad espa?olas y marroqu¨ªes. Los agentes del pa¨ªs vecino llegan a lanzar al menos tres a la vez. Se ve a los migrantes tap¨¢ndose la cara con lo que pueden para no respirarlo. La aglomeraci¨®n es ahora mucho m¨¢s evidente y las im¨¢genes m¨¢s angustiantes. Empiezan a desesperarse, apretados unos contra otros. Algunos consiguen trepar las puertas por arriba, pero estas siguen sin ceder.
8.42. Este es el momento clave. El helic¨®ptero capta c¨®mo el primer guardia marroqu¨ª, seguido de otros muchos, se decide a entrar en el puesto fronterizo. Corren hacia el grupo de migrantes. En ese mismo instante una de las puertas se abre y la otra ya est¨¢ forzada de tal forma que pueden colarse arrastr¨¢ndose por debajo. La imagen a¨¦rea muestra c¨®mo el grupo forma a toda velocidad un embudo mortal. En seguida se forma una monta?a de cuerpos a los dos lados de la puerta. Las im¨¢genes no tienen sonido, pero se les ve gritar. Extienden las manos pidiendo ayuda. Hay brazos que salen desde dentro del mont¨®n de gente, no se ven sus cabezas, est¨¢n aplastados. Algunos de los refugiados escapan saltando por encima de la pila humana, es un s¨¢lvese quien pueda. El objetivo es saltar el resto de vallas o tejados que les separan de Melilla. Se ve c¨®mo uno de los migrantes prefiere frenarse para intentar ayudar a sus compa?eros, en lugar de garantizar su entrada en Europa. Se pone a tirar de los brazos de uno de sus compa?eros con todas sus fuerzas. No puede. En ese momento cae otro bote de gas, aparentemente desde el lado espa?ol.
8.45. Los agentes marroqu¨ªes ya est¨¢n ante las v¨ªctimas de la avalancha. No hay agentes espa?oles y no habr¨¢ muchas m¨¢s im¨¢genes de este lugar porque tanto el dron como el helic¨®ptero concentran su grabaci¨®n en Melilla, donde la Guardia Civil intenta ahora contener a varios centenares de personas que han logrado entrar. El helic¨®ptero capta c¨®mo los primeros consiguen escapar de los agentes espa?oles. El resto se queda concentrado en una esquina del per¨ªmetro arrinconados tras un guardarra¨ªl. Los pr¨®ximos 30 minutos ser¨¢n un tenso pulso entre los antidisturbios de la Guardia Civil y el grupo de refugiados. Un agente recorre de un lado a otro la zona donde est¨¢n embolsados y apretujados los migrantes. Con gestos intenta calmarlos, les pide que paren, que piensen. Los sudaneses est¨¢n tensos, exaltados, algunos golpean con palos el guardarra¨ªl, gritan, amenazan con avanzar. Los GRS los contienen. Hay lanzamiento de pelotas de gomas y aerosol de pimienta, pero estas im¨¢genes no muestran que los agentes hayan ejercido tanta violencia como s¨ª se ha visto claramente en otros saltos. En cualquier caso, en el grupo se ve a personas heridas, hay manchas de lo que parece sangre en el suelo.
8.59. Los marroqu¨ªes ya est¨¢n preparados en la puerta que da acceso al puesto fronterizo desde Melilla para empezar a recoger a los migrantes que ser¨¢n devueltos en caliente. Se los van llevando de uno en uno.
9.15. Algunos ya se han desmayado. Los guardias civiles acaban sacando por debajo del guardarra¨ªl al primero en caer, lo arrastran cogi¨¦ndolo del brazo. Queda tendido en el suelo. No ser¨¢ el ¨²nico, los agentes tendr¨¢n que sacar m¨¢s, mientras que a otros se les ve desplomados en un lateral del grupo, tras el guardarra¨ªl. Es un n¨²mero incierto, pero pueden contarse casi una decena de personas en el suelo. Uno de ellos est¨¢ desplomado con la cara contra el suelo. No hay ambulancia. No hay m¨¦dico. Solo los agentes se ocupan de ellos. Mientras todo esto ocurre, los agentes marroqu¨ªes despejan los tejados espa?oles donde todav¨ªa quedaban migrantes lanzando piedras. Las c¨¢maras espa?olas hace rato que ya no enfocan la puerta donde se produjo la avalancha, pero los v¨ªdeos divulgados en las redes sociales muestran qu¨¦ pasa tras la estampida: los agentes marroqu¨ªes est¨¢n despejando la monta?a humana arrastrando a sus v¨ªctimas hacia territorio marroqu¨ª. El patio del puesto fronterizo est¨¢ sembrado de personas inm¨®viles.
9.35. Las devoluciones siguen y los agentes dan por estabilizado el grupo de gente que estaban intentando contener. Se producir¨¢n, seg¨²n el Defensor del Pueblo, 470 devoluciones sin procedimiento legal. Los expulsados, sin importar su estado de salud en ese momento, acabar¨¢n en Marruecos tirados en una explanada a pleno sol.
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