?Puede la Inteligencia Artificial ayudar a acabar con la deforestaci¨®n?
Con im¨¢genes satelitales de alta resoluci¨®n, las autoridades forestales pueden enterarse r¨¢pidamente de que algo inusual sucede en sus bosques. Antes recib¨ªan una alerta a los dos o tres meses, demasiado tarde para intervenir
Desde pasar la aspiradora por la cocina y conducir coches hasta leer y escribir, la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje autom¨¢tico (machine learning) se utilizan cada vez m¨¢s para ahorrar tiempo a los humanos. Pero, ?pueden estas innovaciones tecnol¨®gicas ayudarnos a salvar el planeta?
Uno de los principales retos a los que se enfrenta la humanidad hoy en d¨ªa es c¨®mo detener la deforestaci¨®n y garantizar que nuestros bosques se restauren y gestionen de manera sostenible. Sabemos la diferencia que esto supondr¨ªa en la batalla contra el cambio clim¨¢tico y en la mejora de los medios de vida de la poblaci¨®n local. Pero, a pesar de los enormes esfuerzos en todo el mundo, no hemos logrado que esto suceda.
El problema reside en la magnitud de la tarea. Desde 1990, m¨¢s de 420 millones de hect¨¢reas de bosque se perdieron por la deforestaci¨®n y se convirtieron a otros usos del suelo, como tierras de cultivo, minas o infraestructura. A pesar de que las tasas de deforestaci¨®n se han ralentizado, todav¨ªa estamos perdiendo 10 millones de hect¨¢reas cada a?o. ?C¨®mo podemos reducir esta cifra a cero para 2030, como se han comprometido a hacer los l¨ªderes mundiales? Y adem¨¢s, ?c¨®mo restauramos los 1.000 millones de hect¨¢reas de tierras y bosques degradados, como estos mismos l¨ªderes se han comprometido a hacer?
La respuesta es que necesitamos saber mucho m¨¢s sobre lo que sucede en tiempo real sobre el terreno, en cada bosque y, en algunos casos, en cada ¨¢rbol. Solo entonces podremos tomar medidas mucho m¨¢s efectivas, en todas partes y con la suficiente rapidez. Es aqu¨ª donde entra en juego la IA.
Durante mucho tiempo, el monitoreo activo de ¨¢reas forestales remotas e inaccesibles ha sido dif¨ªcil, brindando ventanas de oportunidad para actividades ilegales que han resultado en deforestaci¨®n y degradaci¨®n. Pero la ventana de tiempo en la que actividades ilegales pueden pasar desapercibidas se est¨¢ reduciendo r¨¢pidamente, gracias a la r¨¢pida evoluci¨®n de la tecnolog¨ªa de im¨¢genes satelitales y al uso creativo de la inteligencia artificial y el aprendizaje autom¨¢tico para leer las im¨¢genes y convertirlas en informaci¨®n.
Ahora disponemos de im¨¢genes satelitales de alta resoluci¨®n espacial y temporal gracias a la Iniciativa Internacional sobre Bosques y Clima de Noruega, y algoritmos que pueden interpretar dichas im¨¢genes en cuesti¨®n de horas. Esto significa que las autoridades forestales pueden recibir una alerta a trav¨¦s del programa SEPAL de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO) en un plazo de dos d¨ªas desde que sucede algo inusual en sus bosques. Antes pod¨ªa tardar dos o tres meses, demasiado tarde para intervenir. El impacto que esto puede tener en los esfuerzos para atajar actividades ilegales en bosques de todo el mundo deber¨ªa ser notable a medida que los pa¨ªses comiencen a utilizar esta tecnolog¨ªa en los pr¨®ximos a?os.
En algunas partes del mundo, como la ¨¢rida regi¨®n africana del Sahel, lo que importa son los ¨¢rboles individuales, m¨¢s que los bosques. Las comunidades locales los aprecian por los beneficios que brindan, pero est¨¢n amenazados por el cambio clim¨¢tico, los conflictos y otros factores. Desde el punto de vista log¨ªstico, no es factible para el personal sobre el terreno vigilar cada ¨¢rbol de esta vasta regi¨®n. Pero desde el cielo, ahora podemos hacerlo.
La FAO y sus socios han estado cartografiando los baobabs de la regi¨®n, particularmente apreciados por sus nutritivos frutos. Ahora existen im¨¢genes satelitales con la suficiente resoluci¨®n como para identificar ¨¢rboles individuales y monitorear su crecimiento. Los drones pueden proporcionar im¨¢genes de un ¨¢rea peque?a con suficiente detalle como para identificar especies de baobab. Posteriormente, puede utilizarse la informaci¨®n fenol¨®gica de dichas especies (es decir, los patrones estacionales de reverdecimiento y senescencia) para entrenar a la IA y al aprendizaje autom¨¢tico, y de este modo identificar y monitorear esas especies en ¨¢reas m¨¢s amplias.
Mediante la combinaci¨®n de estas tecnolog¨ªas, la FAO ha desarrollado un sistema que, en ¨²ltima instancia, deber¨ªa proporcionar a las comunidades y los gobiernos de 14 pa¨ªses la informaci¨®n que necesitan para restaurar y proteger mejor cada baobab. Al mismo tiempo, los expertos locales pueden aportar informaci¨®n al sistema para mejorar los datos existentes o proporcionar nueva informaci¨®n para entrenar a la IA y que esta realice otras tareas, como predecir la productividad o advertir cuando un ¨¢rbol no se est¨¢ desarrollando las yemas de hojas como deber¨ªa.
Adem¨¢s, Forest Data Partnership, una colaboraci¨®n financiada por la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), la FAO, el Instituto de Recursos Mundiales, Google, la NASA y Unilever, est¨¢ utilizando la IA y el aprendizaje autom¨¢tico para armonizar datos incompatibles. En los pr¨®ximos cinco a?os, esta colaboraci¨®n desarrollar¨¢ un sistema global cient¨ªficamente s¨®lido y transparente para comprobar la huella de deforestaci¨®n de cualquier paquete de caf¨¦ o barra de chocolate que se comercialice en todo el mundo.
Disponer de informaci¨®n adecuada y poder distribuirla a escala mundial es crucial para que todos podamos tomar las decisiones correctas en nuestra vida cotidiana. Y la IA puede ser el factor de cambio que necesitamos para hacerlo posible.
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