A la b¨²squeda de una cura r¨¢pida de la ¨²lcera de Buruli, la enfermedad olvidada que devora la piel
La dolencia provocada por una bacteria se trata con antibi¨®ticos en ocho semanas. Un equipo de la Universidad de Zaragoza ensaya, con pa¨ªses end¨¦micos de ?frica y ONG, un tratamiento que podr¨ªa reducir ese tiempo a la mitad
Al principio parece una picadura indolora de un insecto, o se hinchan las piernas. A veces se endurece la piel del brazo o la cara. Nada parece preocupante hasta que, en cuatro semanas, las afecciones se empiezan a convertir en heridas cada vez m¨¢s amplias y profundas, llegando incluso a dejar a la vista el hueso. As¨ª ataca la bacteria Mycobacterium ulcerans, causante de la ¨²lcera de Buruli, una enfermedad olvidada entre las desatendidas, que afecta a la piel y tejidos blandos. Se desconoce el modo de transmisi¨®n, pero tiene cura. Una vez detectada, un tratamiento de dos antibi¨®ticos (rifampicina y claritromicina) durante ocho semanas acabar¨¢ con el germen y las heridas sanar¨¢n con tiempo y curas diarias, aunque dejando, en los casos m¨¢s avanzados, secuelas irreversibles.
Cuando Ama Ago (54 a?os) descubri¨® que ten¨ªa ¨²lcera de Buruli, hab¨ªan pasado ya seis meses desde que aparecieron los primeros s¨ªntomas. No pod¨ªa permitirse el transporte para ir al m¨¦dico, as¨ª que se recluy¨® en su casa en la regi¨®n de Ashanti, al sur de Ghana, sin saber que una bacteria amenazaba su vida. Su salud se tambale¨® por una enfermedad de la que nunca hab¨ªa o¨ªdo hablar. ¡°Ir al centro de salud no se me pasaba por la cabeza. No tenemos dinero suficiente para desplazarnos¡±. Solo decidi¨® ir a una cl¨ªnica cuando supo que ten¨ªa cura y no tendr¨ªa que costear la medicaci¨®n. Debido al estado avanzado de las lesiones, no pod¨ªa llevarse las pastillas a casa, lo que solo es posible en los primeros estadios de la dolencia si se realiza una detecci¨®n muy precoz. Madre de siete hijos, ha pasado dos meses ingresada en el hospital distrital de Dunkwa para completar el tratamiento y sanar sus heridas despu¨¦s de un injerto de piel. ¡°No puedo permitirme ir y volver al centro de salud¡±, razona en un testimonio recogido por la Fundaci¨®n Anesvad, que trabaja en el pa¨ªs africano para mejorar la detecci¨®n y tratamiento de esta dolencia.
¡°Ir al centro de salud no se me pasaba por la cabeza. No tenemos dinero suficiente para desplazarnos¡±Ama Ago, mujer ghanesa de 54 a?os afectada por la ¨²lcera de Buruli
Uno de los proyectos que apoya financieramente la ONG vasca consiste en probar un nuevo r¨¦gimen de medicamentos para reducir el tiempo de tratamiento a la mitad. Santiago Ram¨®n, investigador cient¨ªfico de la Fundaci¨®n Agencia Aragonesa para la Investigaci¨®n y el Desarrollo (ARAID) en la Universidad de Zaragoza, coordina el estudio. ¡°A?adimos al tratamiento un tercer antibi¨®tico que es amoxicilina/clavul¨¢nico¡±, explica. Este remedio, de uso com¨²n para tratar multitud de infecciones bacterianas, se ha mostrado seguro para contribuir a mermar a cuatro semanas la batalla contra el germen. ¡°Veremos tambi¨¦n si hay una curaci¨®n m¨¢s r¨¢pida de las lesiones. De media, cicatrizan en unas 20 semanas, aunque en casos extremos puede prolongarse hasta un a?o. Parte del estudio es comprobar si el paciente se cura en menos¡°, detalla. Con los ensayos de la fase II avanzados en un n¨²mero peque?o de pacientes en Ben¨ªn, ya se ha iniciado la tercera y ¨²ltima etapa para probar la eficacia en un grupo grande en m¨¢s zonas end¨¦micas. A trav¨¦s de dos consorcios internacionales, con fondos de Anesvad (dos millones de euros) y la ayuda de la Tres Cantos Open Lab Foundation y la farmac¨¦utica GSK, adem¨¢s de otras instituciones y las autoridades de Costa de Marfil, Ghana, Togo y Ben¨ªn, la investigaci¨®n se ha extendido a estos pa¨ªses.
El pasado marzo comenz¨® el reclutamiento de pacientes para los ensayos. ¡°Cuando una persona llega a un hospital o centro de salud con un problema dermatol¨®gico, los m¨¦dicos eval¨²an si es ¨²lcera de Buruli. De confirmarse, le ofrecen unirse al ensayo cl¨ªnico, explicando en qu¨¦ consiste. Tiene que firmar un consentimiento informado y, si no sabe leer, se necesita un tutor que lea¡±, concreta Ram¨®n. Con esta fase III ya arrancada, el equipo investigador present¨® sus avances ante la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) durante la Primera Reuni¨®n Global de Enfermedades de la Piel Desatendidas, celebrada en Ginebra el pasado abril.
Para el cient¨ªfico, la investigaci¨®n es ya un ¨¦xito independientemente del resultado. ¡°Creo que va a funcionar¡±, aventura. Pero matiza: demostrarlo va a tardar muchos meses. En su opini¨®n, una de las partes positivas de este ensayo es la alianza Norte-Sur para llevarlo a cabo. La ¨²lcera de Buruli es una de las llamadas enfermedades desatendidas porque no atrae el inter¨¦s de la comunidad cient¨ªfica para su investigaci¨®n, adem¨¢s de afectar a comunidades empobrecidas de ¨¢reas geogr¨¢ficas deprimidas. Son 33 los pa¨ªses que han notificado casos, siendo los de ?frica Occidental y Central los m¨¢s afectados. El n¨²mero ha ido variando a la baja y al alza en curvas ascendentes cada vez m¨¢s moderadas en las ¨²ltimas d¨¦cadas: en 2010 se anotaron 5.000, cayeron a 1.961 en 2016, volvi¨® a subir a 2.713 en 2018 y volvi¨® a descender a 1.370 en 2021, aunque esta bajada ¡°podr¨ªa guardar relaci¨®n con las repercusiones de la covid-19 en las labores de detecci¨®n activa¡±, matiza la OMS.
¡°El primer ¨¦xito es el compromiso de m¨²ltiples actores: cuatro pa¨ªses, incluidos sus gobiernos, sociedad civil y centros de investigaci¨®n. Esto garantiza una correcta transferencia de conocimiento¡±, apunta Mar¨ªa Gonz¨¢lez Sevilla, t¨¦cnica de proyectos de Anesvad. ¡°Tambi¨¦n es importante destacar que se trata de antibi¨®ticos de uso generalista, como la amoxicilina, lo que los hace m¨¢s accesibles para los centros de salud¡±.
Como se desconoce el modo de transmisi¨®n de la ¨²lcera de Buruli, el objetivo principal es minimizar el sufrimiento, las discapacidades y la carga socioecon¨®mica que la enfermedad causa en los pacientes y sus familiasSara Eyangoh, directora cient¨ªfica del Centro Pasteur de Camer¨²n
¡°Como actualmente se desconoce el modo de transmisi¨®n, el objetivo principal es minimizar el sufrimiento, las discapacidades y la carga socioecon¨®mica que la enfermedad causa en los pacientes y sus familias¡±, anota Sara Eyangoh, directora cient¨ªfica del Centro Pasteur de Camer¨²n. Acortar el tratamiento va en esta direcci¨®n al disminuir el gasto que supone ir al hospital, permanecer all¨ª, paralizando el trabajo, pagar las comidas y la estancia de los familiares al cuidado de los menores... ¡°La mayor¨ªa de los pacientes son ni?os, lo que implica un desplazamiento y un desgaste econ¨®mico brutal para toda la familia. Curarles antes va a implicar menos esfuerzo financiero y evita el rezago educativo. Al reducir el tiempo del tratamiento y la terapia posterior, el estigma social y el trauma es mucho menor. Tambi¨¦n reduce la tasa de abandono del tratamiento¡±, resume Gonz¨¢lez Sevilla.
En este sentido, el doctor Quao, director del Programa Nacional de Lucha contra la Lepra en Ghana, que tambi¨¦n se ocupa del manejo de la ¨²lcera de Buruli, coincide. ¡°A menudo no pueden finalizar porque sus ocupaciones diarias, para tener algo de dinero y una comida al d¨ªa, sumadas a la distancia de sus casas respecto de los centros de salud, son un freno¡±. La ghanesa Ama Ago ha tenido que dejar de trabajar en la granja en la que estaba empleada y, debido a las secuelas de la enfemedad, seguramente ya no pueda continuar igual que antes.
La prevenci¨®n, el agua, la higiene y la sensibilizaci¨®n
De la ¨²lcera de Buruli se desconoce el modo exacto de transmisi¨®n, pero s¨ª se sabe que la bacteria est¨¢ en el ambiente y se suele vincular a la presencia de aguas estancadas e insalubres, seg¨²n la Fundaci¨®n Anesvad. Por eso, a falta de m¨¢s conocimiento para evitar que la bacteria ataque a sus hu¨¦spedes, promueve el acceso a agua y la higiene como prevenci¨®n. ¡°El agua da la vida. En algunos lugares de ?frica subsahariana, la quita. Algo tan sencillo como abrir el grifo o tirar de la cisterna es de todo menos sencillo. Hay zonas rurales donde la poblaci¨®n consume y recoge agua de fuentes estancadas o mezcladas con agua utilizada para higiene personal. El agua contaminada transmite enfermedades tropicales desatendidas (ETD) y retrasa y complica su curaci¨®n¡±, explica la ONG especializada en las dolencias desatendidas que afectan a la piel (¨²lcera de Buruli, Pian y lepra), en el marco de su campa?a Fuentes que enferman.
Para remarcar la importancia del agua limpia y segura en la lucha contra las ETD de la piel, han pedido a tres mujeres africanas ¨DChantale, Fatim y Aminata¨D que escriban de su pu?o y letra el abecedario. Con cada uno de ellos han creado a su vez tres fuentes tipogr¨¢ficas descargables gratuitamente, que simulan las enfermedades que combaten.
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