La resurrecci¨®n del ¡®z¨ºz¨º pop¡¯
El creador y ¨²ltimo vestigio de este ritmo musical marfile?o de 68 a?os, John Kyffy, saca nuevo disco, gestado durante la pandemia tras dos d¨¦cadas sin publicar y planea conciertos y giras
Esta historia empieza en una Costa de Marfil que acaba de independizarse de Francia ¡ªel 7 de agosto de 1960¡ª y vive la euforia de su milagro econ¨®mico. Esta ¨¦poca estuvo definida por una intensa migraci¨®n desde toda la regi¨®n hacia sus pr¨®speras plantaciones de cacao y caf¨¦ y una aut¨¦ntica locura por la modernizaci¨®n (entendi¨¦ndose como occidentalizaci¨®n), que hizo furor en una sociedad joven, esperanzada y relativamente pudiente. En este contexto tan espec¨ªfico, plasmado en las im¨¢genes en blanco y negro de ...
Esta historia empieza en una Costa de Marfil que acaba de independizarse de Francia ¡ªel 7 de agosto de 1960¡ª y vive la euforia de su milagro econ¨®mico. Esta ¨¦poca estuvo definida por una intensa migraci¨®n desde toda la regi¨®n hacia sus pr¨®speras plantaciones de cacao y caf¨¦ y una aut¨¦ntica locura por la modernizaci¨®n (entendi¨¦ndose como occidentalizaci¨®n), que hizo furor en una sociedad joven, esperanzada y relativamente pudiente. En este contexto tan espec¨ªfico, plasmado en las im¨¢genes en blanco y negro de Paul Kodjo, Costa de Marfil (y m¨¢s concretamente, Abiy¨¢n) deviene el centro del universo musical de ?frica occidental y central: una coctelera de estilos de toda la zona donde triunfan los ritmos afrolatinos y, sobre todo, la rumba congole?a, que irrumpe de la mano de superestrellas como Franco, Papa Wemba y Tabu Ley Rochereau.
La di¨¢spora marfile?a de clase media, dispersa por medio mundo para formarse, regresa a casa armada con gustos occidentales y embebida en la magua o pena, creando as¨ª el caldo de cultivo perfecto para la aparici¨®n, en los setenta y ochenta, de grupos musicales que innovar¨¢n aunando ritmos for¨¢neos y propios. Esas influencias se mezclaron con lenguas locales, principalmente del centro-oeste y centro-sur del pa¨ªs, como el bhet¨¦ o el dida, para dar lugar a experimentos como los Woya, Awana (jazz), Delta Group (pop, rock, groove) y un pu?adito de estrellas del z¨ºz¨º pop. Este ¨²ltimo g¨¦nero musical es una tropicalizaci¨®n del rock y pop en la que sobresalieron John Kyffy y los Woody, una banda se?era liderada por el c¨¦lebre Chris de Bagnon hasta su muerte prematura en 2009. Es un g¨¦nero minoritario, pero enormemente influyente, con pocos referentes, todos hombres. Como se?ala el antrop¨®logo Ballet Djedj¨¦ (Abiy¨¢n, 1980), las mujeres se dedican a la m¨²sica del terru?o, tradicional, y al sensual zouk, siguiendo la l¨ªnea marcada por las m¨²sicas camerunesa y congole?a. Solo una mujer, Reine P¨¦lagie, se atrevi¨® a sacar un tema que se podr¨ªa clasificar como z¨ºz¨º pop en los noventa, precisa Djedj¨¦. ¡°Tambi¨¦n pasa con el zouglou, que se origin¨® en el instituto moderno de Gagnoa y que cantan los hombres¡±.
El ¡®z¨ºz¨º pop¡¯ es un g¨¦nero minoritario, pero enormemente influyente, con pocos referentes, todos hombres, explica el antrop¨®logo Ballet Djedj¨¦
El compositor y cantante John Kyffy (Gagnoa, 1955) es el indudable creador, abanderado y ¨²ltimo vestigio de ese estilo peculiar, practicando una amalgama de ritmos que se tintan con su lengua y la sabidur¨ªa ancestral de su pueblo, el bhet¨¦. Kyffy se muestra contundente cuando se duda del apetito de su pa¨ªs por el rock: ¡°Costa de Marfil tiene una historia con el rock¡±, se?ala, apartando con un gesto firme de su mano cargada de anillos la idea de que no es un estilo africano. ¡°Tras la colonizaci¨®n, las primeras m¨²sicas que llegaron fueron el pop y el rock. Nacimos con esa m¨²sica¡±.
Kyffy explica el nacimiento del z¨ºz¨º pop diciendo que, como africano nacido en ?frica y que jam¨¢s hab¨ªa ido a Europa, pensaba que faltaba algo en la m¨²sica que lleg¨® de fuera y le conquist¨®. ¡°Amaba ese estilo, pero no encontraba algo que me perteneciera en ¨¦l¡±, se sincera, sentado en la terraza del hotel Palm Club frente a un c¨®ctel sin alcohol, con las gafas de sol caladas. ¡°Y un d¨ªa escuch¨¦ cantar a un primo mayor que, desgraciadamente, ya no est¨¢ entre nosotros, Martial Droubly, utilizando otra lengua sobre los acordes del pop. Entend¨ª que el rock que amaba pod¨ªa tener una connotaci¨®n africana, as¨ª que es lo que hago desde siempre¡±, concluye.
Kyffy, que se ha reinventado como artista con varios nombres ¡ªel m¨¢s conocido, John Yalley¡ª, empez¨® en la m¨²sica en Treichville, a tres pasos del centro de Abiy¨¢n, tocando la bater¨ªa sobre la caja de resonancia del guitarrista de un grupo de chicos de barrio y estudiantes de bachillerato denominado Black Power. Con ellos se amarr¨® a un micro, bajo el nombre art¨ªstico de John Mayal, y empez¨® a cantar en su lengua en 1974, en un festival musical abiyan¨¦s. Lleg¨® a interpretar ziglibithy junto a una leyenda nacional, Ernesto Djedj¨¦, y, de la mano de mentores como Pierre Huon (padre de DJ Arafat) se convirti¨® en m¨²sico profesional, aprendi¨® a componer y seguir la m¨²sica en partitura y perfeccion¨® su estilo vocal. Su voz, por cierto, es claramente identificable: entre sedosa y rasposa, no demasiado grave, ideal para la sonoridad de una lengua llena de sentimiento y matices.
Kyffy sac¨® su primer disco en tiempos convulsos, en 1990, en v¨ªsperas de la crisis econ¨®mica, de un discurso del expresidente franc¨¦s Fran?ois Mitterrand que signific¨® el bautizo de una nueva pol¨ªtica francesa respecto a sus excolonias, y del primer golpe de Estado en el pa¨ªs. Costa de Marfil enfilaba, sin saberlo, el camino a su particular viacrucis econ¨®mico y sociopol¨ªtico. Es un trabajador nato, hecho a s¨ª mismo. Se gana la vida desde los 12 a?os, cuando sus padres fallecieron y tuvo que abandonar la escuela. Puede presumir de una longeva carrera en la m¨²sica, muy respetada en el mundo del espect¨¢culo y que ha generado una enorme devoci¨®n. Sin embargo, solo firma cinco discos (m¨¢s dos sencillos) y una banda sonora, y justifica ese hacerse querer explicando que desea invertir tiempo en su trabajo. De hecho, llevaba dos d¨¦cadas sin publicar nada y su regreso con nuevo disco en 2022 tom¨® por sorpresa a sus fans. ¡°Pas¨¦ 22 a?os sin producir un disco, hasta este ¨²ltimo. Hab¨ªa quien dec¨ªa que estaba acabado, pero cuando regres¨¦, hab¨ªa gente esperando¡±. Y vac¨ªa su copa para concluir, con orgullo y sinceridad, a partes iguales: ¡°Somos los pioneros¡±.
La pandemia de covid-19 retras¨® la salida del ¨²ltimo disco de Kyffy, Ethiopia, un proyecto en el que trabajaba desde 2018 y que vino a aparecer a mediados del a?o pasado. Sin embargo, no se dej¨® amilanar por las circunstancias: cancel¨® el viaje previsto inicialmente a Francia para las mezclas y la remasterizaci¨®n y puso manos a la obra en su pa¨ªs, lejos de todos sus m¨²sicos establecidos en Europa. Con el tiempo, una vez recuperada una suerte de normalidad, retorn¨® a la rutina de vaivenes intercontinentales hasta poder completar la tarea, plasmada hoy en 12 canciones, entre las que incluye una versi¨®n sinf¨®nica de su ¨¦xito You Oh Ono. Afirma que la idea es volver a la carretera y, sobre todo, saltar a Europa, a regalar los o¨ªdos de la di¨¢spora que siempre estuvo de su lado, y hacer descubrir a los dem¨¢s su peculiar estilo musical.
¡°Costa de Marfil tiene una historia con el rock. Tras la colonizaci¨®n, las primeras m¨²sicas que llegaron fueron el pop y el rock. Nacimos con esa m¨²sica¡±John Kyffy, compositor y cantante marfile?o
John Kyffy es tajante: ¡°Lo m¨ªo es espec¨ªfico: soy el ¨²nico que lo hace¡±. Los j¨®venes no conocieron los tiempos que le marcaron y crecen en un entorno en el que las opciones musicales, curiosamente, se reducen: mientras que el zouglou resiste y el coup¨¦ decal¨¦ aguanta el tipo, las m¨²sicas urbanas (rap, afrobeat...) lo llenan todo y la diversidad viene de la mano de rarezas como Kyffy, contra el fondo del sempiterno reggae en el que despuntan estrellas internacionales (Alpha Blondy, Tiken Jah Fakoly) y m¨²sicas tradicionales.
¡°Aqu¨ª todo es oral. Esos cuentos, esa oralidad, se dirigen a los j¨®venes para que puedan formar parte de la vida, junto al resto de la comunidad¡±, explica Kyffy. Precisa que hace una m¨²sica educativa, que pretende educar a la nueva generaci¨®n para que tengan criterio y eviten la facilidad y las trampas de la inmediatez. ¡°Les prodigamos consejos, escribiendo canciones que pueden conseguir que vivan en comunidad, que el entorno social sea el ideal¡±, remacha. Uno de sus grandes ¨¦xitos, Tuo-oh, uerra), denuncia el enriquecimiento de los traficantes de armas en las guerras; y You Oh Ono promueve el respeto a los padres.
Kyffy confiesa que sue?a con montar una sala de conciertos y reunir a sus amigos de todo el mundo por un trozo de selva virgen de su propiedad en Gagnoa, al suroeste de Costa de Marfil, hogar de celebridades como el futbolista Didier Drogba o el cantante Vegedream. Pero entre sus planes m¨¢s inmediatos est¨¢ preparar un concierto de retorno a los escenarios el pr¨®ximo 14 de octubre, en el palacio de la Cultura Bernard Dadi¨¦, en Abiy¨¢n. Es consciente de que Costa de Marfil sigue siendo una encrucijada, una plataforma fundamental para los grandes artistas africanos conocidos en el mundo.
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