Un pol¨¦mico aeropuerto en el Valle Sagrado de los Incas
El proyecto de un aer¨®dromo en el pueblo peruano de Chinchero podr¨ªa llevar m¨¢s turistas a esta famosa regi¨®n del Per¨², pero a la vez causar¨ªa impactos sociales, ambientales y culturales ¡°irreversibles¡±, advierten sus detractores
¡°Lo m¨¢s tr¨¢gico que ha sucedido en los ¨²ltimos a?os en Chinchero ha sido la construcci¨®n del aeropuerto¡±. Lo dice Nilda Calla?aupa, directora del Centro de Textiles Tradicionales del Cusco (Per¨²), de donde salen hermosos tejidos con tintes naturales y donde trabajan decenas de mujeres. En este lugar, el cielo andino est¨¢ poblado de nubes agujereadas por cumbres nevadas y, si se echa la mirada hacia abajo, los temores de la artesana son visibles: entre los campos y casitas tradicionales con techos de teja asoma una polvorienta pista de aterrizaje en construcci¨®n.
Desde que en 2018 comenzaron las obras del nuevo Aeropuerto Internacional Chinchero-Cusco (AICC), la calma se ha quebrado en el Valle Sagrado de los Incas. En esta regi¨®n ya existe un aer¨®dromo que moviliza a m¨¢s de tres millones de pasajeros al a?o: el Velasco Astete, en la ciudad de Cusco, adonde llegan quienes quieren visitar la joya tur¨ªstica del Machu Picchu. El AICC, apenas a 28 kil¨®metros, podr¨¢ realizar 4.200 operaciones (aterrizajes y despegues) anuales y movilizar a m¨¢s de seis millones de personas, triplicando el flujo de visitantes al sitio arqueol¨®gico.
Pero hay otras cifras a tener cuenta. Ya en 2017, la UNESCO estuvo a punto de incluir a la legendaria ciudadela inca en la lista de patrimonio en peligro. Si no lo hizo fue, precisamente, porque Per¨² tom¨® medidas para restringir la cantidad de visitas. En 2020, fij¨® en 2.244 el n¨²mero m¨¢ximo de visitantes. Sin embargo, en diciembre del 2022 subi¨® la cifra a 4.044 y en junio de este 2023 anunci¨® que evaluaba la posibilidad de subir hasta m¨¢s de 6.000.
¡°Todo lo que le daba valor a Chinchero lo est¨¢n destruyendo con esta obra¡±, sostiene la historiadora Natalia Majluf, quien ya en 2019 trat¨® de detener el proyecto mediante una recogida de firmas en internet. Desde entonces, ha conseguido 111.014 apoyos, tanto de ciudadanos peruanos como de profesores de las universidades de Harvard y Berkeley (EE UU). Pero esa v¨ªa result¨® in¨²til. Las obras comenzaron a finales de 2018 y provocaron protestas ¡ªque ya hab¨ªan comenzado a?os atr¨¢s, cuando el aeropuerto solo era un proyecto¡ª. En la segunda mitad de este a?o se levantar¨¢ la terminal de pasajeros y se avanzar¨¢ con la pista de aterrizaje y, si los planes se cumplen, la infraestructura estar¨¢ lista en 2025. Esto ha hecho que grupos como Salvemos Chinchero y la Uni¨®n Ciudadana por la Defensa y Valoraci¨®n del Patrimonio Cultural y del Ambiente entren nuevamente en acci¨®n contra lo que consideran un da?o irreversible al patrimonio y al medio ambiente. Alertan de que bajo el terreno de 450 hect¨¢reas hay acu¨ªferos vitales, as¨ª como trazos de caminos incas y coloniales.
Una obra como esta debe contar con un Certificado de Inexistencia de Restos Arqueol¨®gicos, algo que seg¨²n de los detractores del AICC no existe. El Ministerio de Cultura respondi¨® a este peri¨®dico que cuenta con el certificado, pero hasta el momento de la publicaci¨®n no lo hab¨ªa enviado. La construcci¨®n s¨ª tiene el preceptivo estudio de impacto ambiental, pero este ha sido objeto de cr¨ªticas como las del investigador Carlos Soria en su art¨ªculo Los humedales en la evaluaci¨®n del impacto ambiental del propuesto aeropuerto de Chinchero, en el que se?ala que el informe ¡°no precisa qu¨¦ ocurrir¨¢ con las fuentes de agua durante y despu¨¦s de la construcci¨®n, ni tampoco establece medidas de manejo ambiental para reducir los impactos¡±.
La escasez de agua ya se percibe en Chinchero, pues el servicio solo est¨¢ disponible por unas horas
En 2006, el Instituto Nacional de Cultura promulg¨® una resoluci¨®n que declara el Valle Sagrado de los Incas como Patrimonio Cultural de la Naci¨®n. La norma establece que ¡°cualquier proyecto de obra nueva¡± debe contar con la aprobaci¨®n de la autoridad central, que hoy es el Ministerio de Cultura. T¨¢citamente, este ministerio ha dado su aprobaci¨®n al AICC, al no objetar su construcci¨®n.
En el lugar ya se han removido m¨¢s de 16 millones de metros c¨²bicos de tierra, con lo que, seg¨²n los detractores, pueden haberse da?ado rutas prehisp¨¢nicas como parte del sistema vial andino Qapaq ?an, (Camino del Inca, en quechua), Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 2014. En otros casos, el Ministerio de Cultura fue m¨¢s severo. En 2018, por ejemplo, exigi¨® al museo privado Inkariy el retiro de una estatua del dios Wiracocha porque pon¨ªa en riesgo el paisaje del valle.
Marco Zeisser, ingeniero agr¨®nomo residente en el Cusco, advierte del peligro del cambio ¡°irreversible¡± en el uso del suelo y en los r¨ªos de la zona ¡°debido a la compactaci¨®n, asfaltado e impermeabilizaci¨®n de casi 500 hect¨¢reas¡± dentro del per¨ªmetro del aeropuerto. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones, en cambio, afirma que est¨¢ garantizada ¡°la reposici¨®n del acu¨ªfero¡±. Para Zeisser, esto no es real y a?ade, tal como se?ala Soria en su trabajo, que el estudio de impacto ambiental ¡°no identifica ni caracteriza correctamente las cuencas involucradas, ni presenta el indispensable inventario de todas las fuentes de agua¡±.
Una zona en riesgo de sequ¨ªa
En Chinchero ya hay escasez de agua: el servicio solo est¨¢ disponible por unas horas. El Servicio Nacional de Meteorolog¨ªa e Hidrolog¨ªa emiti¨® en 2016 un informe en el que detallaba c¨®mo la zona tiene un alto riesgo de sequ¨ªa. Debido a la recurrencia del Fen¨®meno El Ni?o, y los efectos del cambio clim¨¢tico, la falta de recursos h¨ªdricos es cada vez m¨¢s grave. El lequechu, un ave esquiva que habita en los humedales sobre los cuales est¨¢ el aeropuerto y que pronostica las lluvias, es ¨²ltimamente m¨¢s dif¨ªcil de avistar en las inmediaciones del AICC, seg¨²n los campesinos del lugar.
En una reuni¨®n de varayocs (autoridades ind¨ªgenas desde tiempos prehisp¨¢nicos) en Chinchero hay preocupaci¨®n por la apertura del aeropuerto. ¡°Cuando entre a la etapa de operaci¨®n, feo ser¨¢¡±, afirma Eulogio Quispe, un hombre que tiene el t¨ªtulo de Pachaq Curaca, uno de los grados m¨¢s respetados entre los varayocs. No piensan muy distinto los otros hombres y mujeres que participan de este ritual, donde al centro se han plantado las varas de mando y varios bailan m¨²sica andina con fervor, con t¨ªpicos trajes de color rojo. Temen que la llegada masiva de turistas, y la consecuente construcci¨®n de grandes complejos hoteleros, suponga la p¨¦rdida de algunas de tradiciones como la textilera, o como la propia ceremonia en la que debaten.
Pero tambi¨¦n hay vecinos que han aceptado la infraestructura. Ver¨®nika Tupayachi, antrop¨®loga cusque?a, apunta: ¡°Hay mucho racismo en el pa¨ªs y algunos campesinos vendieron sus tierras para el aeropuerto esperando que sus hijos se dediquen a otras cosas y no sean discriminados por ser quechuablantes o agricultores¡±. Con el paso de los a?os, agrega, en la zona quiz¨¢ se siembren menos los campos y est¨¦ en riesgo el autoabastecimiento.
La obra tiene sus partidarios, que han organizado manifestaciones en su defensa. La apertura de un segundo aeropuerto para vuelos internacionales es una vieja reivindicaci¨®n cusque?a, a fin de evitar que para ir a Machu Picchu se tenga que pasar por la centralista Lima. Pero el AICC no cumplir¨¢ esa funci¨®n, seg¨²n un informe de la Agencia de Promoci¨®n de la Inversi¨®n Privada del Estado, que se?ala que el 91% de los vuelos ser¨¢n nacionales. Eso, si consigue funcionar, advierte Bruno Papi, un exoficial de la Fuerza A¨¦rea Peruana. ¡°El aeropuerto ser¨¢ inoperable¡±, afirma, debido a que est¨¢ a 3.700 metros de altura y rodeado de altas monta?as, lo cual hace dif¨ªcil el aterrizaje y el despegue y el manejo de las emergencias. ¡°Primero construyen y luego ya ver¨¢n por d¨®nde salir¡±, zanja.
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