Santuario de Elefantes de Reteti, un oasis inesperado para los animales del norte de Kenia
Esta reserva gestionada por la comunidad samburu rescata a animales amenazados por la sequ¨ªa persistente
El conductor del veh¨ªculo tur¨ªstico excede de largo el l¨ªmite de velocidad de la carretera y no levanta el pie del acelerador, ni siquiera cuando pasa por uno de los m¨²ltiples controles de polic¨ªa. ¡°No hay problema, saben que conviene ir r¨¢pido para evitar atracos¡±, se justifica. Quienes tienen a?os de experiencia al volante se ponen en alerta cuando llegan al norte de Kenia. Pero la carretera era mucho m¨¢s peligrosa hace unos a?os, dice el hombre, cuando era una pista polvorienta y llena de baches, y los coches se ve¨ªan obligados a ir despacio.
El paisaje de las ¨²ltimas dos horas de camino antes de llegar a Reteti, en la Reserva Natural de Namunyak, impresiona. El corredor monta?oso de las Matthews se levanta majestuoso sobre las llanuras del Condado de Isiolo. La modernidad que transmite la nueva carretera choca con la presencia de guerreros de la etnia samburu ataviados con sus abalorios tradicionales, y armados con kal¨¢shnikov para proteger a sus reba?os de camellos. Son un pueblo que se dedica a la ganader¨ªa y que no ha renunciado a sus tradiciones.
Son los mismos samburu los que gestionan el Santuario de Elefantes de Reteti, un oasis inesperado para animales en situaci¨®n de riesgo a medio camino entre Nairobi y la frontera et¨ªope de Moyale. El peligro al que se enfrentan esos animales desde hace a?os, en todo caso, no se puede combatir con AK-47: se trata de la sequ¨ªa persistente que castiga la zona. Se acumulan las malas temporadas de lluvias en Kenia y la situaci¨®n es todav¨ªa peor en el norte del pa¨ªs, donde el ganado muere por falta de agua y los pastores se desesperan ante la perspectiva de perderlo todo. En cambio, en Reteti, cr¨ªas de elefantes, jirafas reticuladas, babuinos, oryx, kudus y gerenuks (distintos tipos de ant¨ªlopes), en muchos casos hu¨¦rfanas o abandonadas por sus manadas, se benefician desde 2016 de una estructura que los samburu cuidan con el mismo celo que a sus reba?os.
Rusia Lenamatyio, uno de los cuidadores del centro, naci¨® muy cerca del santuario. Tambi¨¦n samburu, el oficio le viene de familia. Su padre es guardabosques en la Reserva Nacional de Buffalo Springs, a pocos kil¨®metros, pero, antes de ser ranger, trabaj¨® en la granja de un ruso que se estableci¨® cerca de su casa. ¡°Tiene mala memoria, no recordaba su nombre, pero el tipo le impact¨® mucho y decidi¨® bautizarme con el nombre Rusia¡±. En el centro trabajan 104 miembros de los samburu. Solo el veterinario residente pertenece a otra etnia. Es el ¨²nico que naci¨® a m¨¢s de 10 kil¨®metros de all¨ª.
Entre todos mantienen una maquinaria que ha logrado ¨¦xitos impensables cuando arranc¨®. Reteti ha reintroducido en la naturaleza a 10 elefantes, y este a?o esperan su turno 13 ejemplares m¨¢s. Los elefantes consumen unos 700 litros de leche diarios, que se compran a m¨¢s de 800 pastores locales diferentes. Solo en leche, el centro gasta unos 30.000 euros al a?o. Lenamatyio prosigue sus explicaciones mientras ense?a las instalaciones. ¡°Alimentamos a los elefantes con leche de cabra porque estos animales tienen una alimentaci¨®n muy parecida a la de los elefantes¡±, asegura. En cambio, a?ade, las jirafas la reciben de los camellos, por el mismo motivo.
Los elefantes consumen unos 700 litros de leche diarios, que se compran a m¨¢s de 800 pastores locales diferentes. Solo en leche el centro gasta unos 30.000 euros al a?o
Hay 46 elefantes tutelados, ninguno de ellos adulto. Los animales viven en libertad, pero acuden al centro por voluntad propia cada tres horas para recibir su botell¨ªn de leche y pasan la noche en establos, donde duermen a salvo de los ataques de depredadores. El veterinario realiza an¨¢lisis y asigna a cada animal un determinado biber¨®n, a cuya leche se le a?ade la cantidad exacta de nutrientes que este necesita. Cada botell¨ªn lleva el nombre de un animal. ¡°Pasamos tanto tiempo en compa?¨ªa de los elefantes que sabemos diferenciarlos y les ponemos nombres¡±, dice Lenamatyio con una gran sonrisa.
De vez en cuando, en su trabajo de conservaci¨®n, los samburu utilizan m¨¦todos poco ortodoxos y muy imaginativos. Cuenta Peter Lenasalia, el gerente del proyecto, que para simular situaciones de peligro real y preparar a los elefantes para el d¨ªa de su reintroducci¨®n en la naturaleza, el personal de la reserva se disfraza con m¨¢scaras de le¨®n. ¡°Nos dedicamos a asustarlos mientras otros ponen rugidos por megafon¨ªa¡±, narra. De esta manera, explica con seriedad, los elefantes sabr¨¢n que no deben acercarse a los felinos, a los que tienen que temer. Lenasalia, que tiene una carrera universitaria en Ciencias Medioambientales y est¨¢ estudiando un posgrado en gesti¨®n tur¨ªstica, habla con sus compa?eros en lengua samburu. Cuando se dirige a alguien ajeno al centro, lo hace en un ingl¨¦s acad¨¦mico.
El mantenimiento de los paquidermos forma parte de un engranaje que enriquece en paralelo a la econom¨ªa local. El centro no recibe fondos ni subvenciones del Gobierno. Se financia con donaciones privadas. La Fundaci¨®n Sarara, uno de sus principales benefactores, impulsa proyectos de apoyo educativo y sanitario a la comunidad samburu, y cuenta con varios alojamientos sostenibles en la zona.
Otra fuente de financiaci¨®n son las visitas regulares de turistas, durante las cuales los cuidadores del centro explican detalladamente la labor que se realiza en el santuario. El inicio del tour coincide con la hora de alimentaci¨®n de los animales. Es entonces cuando se pueden apreciar los lazos creados entre la fauna y los cuidadores. ¡°Los visitantes pueden mirar, pero no tocar¡±, dice Rusia Lenamatyio. El objetivo principal, explica, es la reintroducci¨®n de los elefantes en la naturaleza. ¡°Por eso evitamos la interacci¨®n entre los animales y los humanos ajenos al centro¡±, subraya.
La visita suele terminar en Elephant¡¯s Rock. Esta roca del tama?o de un edificio de dos plantas, que anta?o serv¨ªa de escondrijo a cazadores furtivos, es hoy el lienzo de una de las obras de arte m¨¢s emblem¨¢ticas del franc¨¦s Youri Cansell, conocido en redes sociales como Mantra. Este cotizado artista callejero, famoso por sus grandes murales con motivos naturales que decoran paredes en muchas de las grandes capitales europeas, colabor¨® con la causa realizando una ilustraci¨®n de un elefante que impresiona por su realismo. La roca se ha convertido en un centro de reuni¨®n para la comunidad local. Tambi¨¦n en una sala de convenciones informal en la que los cuidadores del centro imparten charlas de concienciaci¨®n a las nuevas generaciones samburu. All¨ª les explican que la conservaci¨®n del entorno natural puede ser una salida profesional para ellos, una fuente de ingresos alternativa por la que vale la pena apostar.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.