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Innovaci��n de Mozambique para combatir la tuberculosis entre mineros y presos

El pa��s africano registr�� 116.000 nuevos casos y 14.000 fallecidos debido a esta enfermedad, la segunda dolencia infecciosa que m��s muertes provoca en todo el mundo, por detr��s del coronavirus

Diego Menj��bar

Maputo (Mozambique) - 08 dic 2023 - 05:35CET

Celda de aislamiento para pacientes con tuberculosis en la prisi��n de m��xima seguridad de Maputo (Mozambique), el pasado 6 de noviembre. En estas celdas, los enfermos viven aislados con otros pacientes y toman la medicaci��n bajo la supervisi��n de un enfermero. Este proceso se llama Terapia Observada Directamente (DOT, en ingl��s) y sirve para asegurar que la persona enferma complete el tratamiento que, normalmente, es de seis meses. — Celda de aislamiento para pacientes con tuberculosis en la prisi��n de m��xima seguridad de Maputo (Mozambique), el pasado 6 de noviembre. En estas celdas, los enfermos viven aislados con otros pacientes y toman la medicaci��n bajo la supervisi��n de un enfermero. Este proceso se llama Terapia Observada Directamente (DOT, en ingl��s) y sirve para asegurar que la persona enferma complete el tratamiento que, normalmente, es de seis meses. DIEGO MENJIBAR

Otra imagen de una celda de aislamiento de la c��rcel de Maputo. El a?o pasado, 116.000 personas desarrollaron tuberculosis en Mozambique y 14.000 murieron debido a la enfermedad, seg��n la Organizaci��n Mundial de la Salud (OMS). — Otra imagen de una celda de aislamiento de la c��rcel de Maputo. El a?o pasado, 116.000 personas desarrollaron tuberculosis en Mozambique y 14.000 murieron debido a la enfermedad, seg��n la Organizaci��n Mundial de la Salud (OMS). DIEGO MENJIBAR

Mozambique — Un trabajador de la ONG Health Though Walls hace una radiograf��a mediante una m��quina de rayos X port��til el 6 de noviembre en la prisi��n preventiva de Maputo. Equipada con un algoritmo de inteligencia artificial (IA), esta m��quina detecta de forma autom��tica lesiones de tuberculosis en los pulmones. DIEGO MENJIBAR

El pie de un recluso dentro de un m��dulo de aislamiento para pacientes con tuberculosis en la prisi��n de m��xima seguridad de Maputo, este 9 de noviembre. Seg��n un estudio publicado en la revista cient��fica 'The Lancet', la probabilidad de desarrollar tuberculosis en entornos penitenciarios es de seis a 30 veces mayor que en la poblaci��n general. Benedita Jos��, Jefa del Programa Nacional de Tuberculosis de Mozambique, admite que, mientras que la tasa de incidencia de la tuberculosis en la poblaci��n general es de 361 por cada 100.000 personas, entre la poblaci��n penitenciaria es de 1.000 por cada 100.000. — El pie de un recluso dentro de un m��dulo de aislamiento para pacientes con tuberculosis en la prisi��n de m��xima seguridad de Maputo, este 9 de noviembre. Seg��n un estudio publicado en la revista cient��fica 'The Lancet', la probabilidad de desarrollar tuberculosis en entornos penitenciarios es de seis a 30 veces mayor que en la poblaci��n general. Benedita Jos��, Jefa del Programa Nacional de Tuberculosis de Mozambique, admite que, mientras que la tasa de incidencia de la tuberculosis en la poblaci��n general es de 361 por cada 100.000 personas, entre la poblaci��n penitenciaria es de 1.000 por cada 100.000.DIEGO MENJIBAR

Una familia entra para visitar a un recluso en la prisi��n de m��xima seguridad de Maputo, en Mozambique, este pasado mes de noviembre. Seg��n la OMS, Mozambique enfrenta un grave problema de hacinamiento en sus prisiones. El Servicio Nacional Penitenciario de Mozambique (SERNAP) reconoce que est�� operando m��s del 45,3% por encima de su capacidad oficial. — Una familia entra para visitar a un recluso en la prisi��n de m��xima seguridad de Maputo, en Mozambique, este pasado mes de noviembre. Seg��n la OMS, Mozambique enfrenta un grave problema de hacinamiento en sus prisiones. El Servicio Nacional Penitenciario de Mozambique (SERNAP) reconoce que est�� operando m��s del 45,3% por encima de su capacidad oficial. DIEGO MENJIBAR

El patio de la prisi��n de m��xima seguridad de Maputo. Aqu��, rodeados por un doble muro de metal y concertina, y con un exterior de jardines, los reclusos matan el tiempo charlando y comiendo y secan la ropa al sol. Pero, dentro de los dos m��dulos de aislamiento para pacientes con tuberculosis a los que este medio ha tenido acceso, los enfermos se encontraban en condiciones de hacinamiento, viviendo y compartiendo vida en habit��culos de cemento poco ventilados, con varios colchones en el suelo. — El patio de la prisi��n de m��xima seguridad de Maputo. Aqu��, rodeados por un doble muro de metal y concertina, y con un exterior de jardines, los reclusos matan el tiempo charlando y comiendo y secan la ropa al sol. Pero, dentro de los dos m��dulos de aislamiento para pacientes con tuberculosis a los que este medio ha tenido acceso, los enfermos se encontraban en condiciones de hacinamiento, viviendo y compartiendo vida en habit��culos de cemento poco ventilados, con varios colchones en el suelo.DIEGO MENJIBAR

Resultado con se?ales radiol��gicas de tuberculosis obtenido con la m��quina de rayos X port��til en la prisi��n provincial de Maputo. Los trabajadores de prisiones recogen, adem��s, datos relativos al estado nutricional de los reclusos, la presi��n sangu��nea e ��ndice de masa corporal, que ingresan en tabletas sincronizadas. — Resultado con se?ales radiol��gicas de tuberculosis obtenido con la m��quina de rayos X port��til en la prisi��n provincial de Maputo. Los trabajadores de prisiones recogen, adem��s, datos relativos al estado nutricional de los reclusos, la presi��n sangu��nea e ��ndice de masa corporal, que ingresan en tabletas sincronizadas. DIEGO MENJIBAR

Victoria Shopa (izquierda), una reclusa convertida a activista en la prisi��n provisional de Maputo, habla con un grupo de reci��n llegadas para informarles sobre la importancia de las distintas pruebas de detecci��n de la tuberculosis dentro de la prisi��n. — Victoria Shopa (izquierda), una reclusa convertida a activista en la prisi��n provisional de Maputo, habla con un grupo de reci��n llegadas para informarles sobre la importancia de las distintas pruebas de detecci��n de la tuberculosis dentro de la prisi��n. DIEGO MENJIBAR

Kenneth Fortune, un recluso sudafricano condenado a 17 a?os de c��rcel, fue diagnosticado con tuberculosis hace dos meses. Ahora debe seguir el tratamiento entre cuatro y seis meses bajo la observaci��n de un enfermero o supervisor de salud. — Kenneth Fortune, un recluso sudafricano condenado a 17 a?os de c��rcel, fue diagnosticado con tuberculosis hace dos meses. Ahora debe seguir el tratamiento entre cuatro y seis meses bajo la observaci��n de un enfermero o supervisor de salud.DIEGO MENJIBAR

Eugenio Paulo Sumbane tiene 71 a?os y es un minero mozambique?o que ha sobrevivido a dos tuberculosis. Maria Sitoe es activista comunitaria de AMIMO (Asociaci��n de Mineros de Mozambique), que apoya a mineros y exmineros que pasaron por la tuberculosis. Ambos se dan la mano en la puerta de la casa de Paulo. — Eugenio Paulo Sumbane tiene 71 a?os y es un minero mozambique?o que ha sobrevivido a dos tuberculosis. Maria Sitoe es activista comunitaria de AMIMO (Asociaci��n de Mineros de Mozambique), que apoya a mineros y exmineros que pasaron por la tuberculosis. Ambos se dan la mano en la puerta de la casa de Paulo.DIEGO MENJIBAR

Sumbane trabaj�� desde 1975 hasta 2011 en una mina de oro en Sud��frica, y desde 2011 hasta 2013 en una de plata. Sigue arrastrando secuelas de ambas enfermedades, aunque dice que ��ltimamente se encuentra mucho mejor. Hace vida normal y tiene una huerta. — Sumbane trabaj�� desde 1975 hasta 2011 en una mina de oro en Sud��frica, y desde 2011 hasta 2013 en una de plata. Sigue arrastrando secuelas de ambas enfermedades, aunque dice que ��ltimamente se encuentra mucho mejor. Hace vida normal y tiene una huerta. DIEGO MENJIBAR

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