El c¨®lera se multiplica en Comoras mientras parte de la poblaci¨®n niega el brote

El pasado 21 de febrero, tras unos d¨ªas de fuertes lluvias, el tiempo se presentaba apacible en Moroni, la capital de las Islas Comoras, un archipi¨¦lago de m¨¢s de 870.000 habitantes situado en el oc¨¦ano ?ndico, entre Mozambique y la isla de Madagascar. Ese d¨ªa, la conversaci¨®n dentro de un taxi gir¨® en torno al c¨®lera, la nueva epidemia que azota el pa¨ªs. El debate lo inicia el conductor. Por tel¨¦fono, se le oye advertir a su interlocutor, que est¨¢ al otro lado de la l¨ªnea, en tono amenazante: ¡°No dejes que nadie entre en mi casa o tendr¨¢s que v¨¦rtelas conmigo¡±. Al cabo de unos minutos, los tres pasajeros sentados en el asiento trasero del coche se enteran por fin del motivo para el enfado del conductor. Estaba prohibiendo a su vecino que dejara que los sanitarios desplegados sobre el terreno para desinfectar los barrios entraran en su casa. El taxista se muestra tajante: es falso que haya c¨®lera en las Comoras.

Este no es el ¨²nico comorano que niega la existencia de la epidemia declarada oficialmente en el archipi¨¦lago desde el 2 de febrero. Hasta la fecha de publicaci¨®n de este reportaje, el Ministerio de Salud ten¨ªa confirmaci¨®n de 655 casos en el pa¨ªs, un aumento enorme respecto a la anterior cifra de 130, del 1 de marzo. El grupo de edad m¨¢s afectado sigue siendo el de los j¨®venes de 15 a 19 a?os. En total, 16 personas han muerto, entre ellos al menos dos ni?os de 4 y 10 a?os, que fallecieron en menos de 48 horas.

Varios pa¨ªses africanos sufren un brote de c¨®lera agravado por las inundaciones y la contaminaci¨®n. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) elev¨® el nivel de riesgo a ¡°muy alto¡± en enero, bas¨¢ndose en su expansi¨®n geogr¨¢fica y la escasez de vacunas y otros recursos para hacerle frente. El mismo nivel de alerta sigue vigente hoy. El c¨®lera es una enfermedad diarreica aguda, potencialmente mortal, causada por la ingesti¨®n de alimentos o agua contaminados con el bacilo Vibrio cholerae. Seg¨²n el ¨²ltimo informe de la OMS, el mundo ha registrado casi 790.000 casos desde principios de 2023 y 5.586 muertes. La mayor¨ªa de infecciones se dan en la regi¨®n del Mediterr¨¢neo Oriental (que engloba, para este organismo internacional, a Somalia, Sud¨¢n, Yemen y L¨ªbano, entre otros), seguida de ?frica y el Sudeste Asi¨¢tico.

En febrero de este a?o, Comoras registr¨® su primer brote de c¨®lera desde 2008. Se trataba de un viajero llegado de Tanzania, que supuestamente muri¨® debido a la enfermedad, seg¨²n la OMS.

¡°Ellos crearon el c¨®lera¡±

A pesar del aumento de casos, el negacionismo de una parte considerable de la poblaci¨®n de Comoras no cede. ¡°Sabemos que ellos crearon el c¨®lera y nos lo transmiten a trav¨¦s de las supuestas desinfecciones que realizan en nuestras casas. Al igual que la covid-19, es un virus robado de un laboratorio de fuera¡±, afirmaba un transe¨²nte en las calles de Moroni el 29 de febrero. Esta negaci¨®n de la enfermedad no hace sino extenderse y repetirse hasta el punto de preocupar a las autoridades sanitarias. Un alto cargo de Sanidad asegura que algunas madres cuyos hijos han sido diagnosticados como positivos han huido de hospitales para no dejar que se beneficien de un tratamiento que es gratuito, porque cuenta con el apoyo del Estado.

¡°En oleadas anteriores, cuando una persona se infectaba, se pon¨ªa en cuarentena a toda la familia y al vecindario. Hoy puedo comer con mi hermano supuestamente positivo sin contagiarme. ?C¨®mo es posible?¡±, se pregunta, por su parte, el estudiante Chaher Abdou.

Abdul Mubarak Kabore, especialista en cambio social y de comportamiento de Unicef en Comoras, reconoce que la negaci¨®n de la epidemia de c¨®lera retrasa la b¨²squeda de la atenci¨®n sanitaria adecuada y, por tanto, pone en peligro la vida de los afectados. ¡°Las muertes en la comunidad son a menudo consecuencia de este retraso en el tratamiento m¨¦dico adecuado¡±, lamenta en una entrevista con este peri¨®dico.

Las epidemias anteriores han dejado una fuerte huella en la memoria colectiva, que percibe el c¨®lera como una enfermedad asociada a un n¨²mero exponencial de casos. La ¨²ltima fue en 2007 y mat¨® a 29 personas en 11 meses. Saindou Ben Ali, director general de Salud P¨²blica de las Comoras, se?ala que quienes niegan la presencia de la enfermedad argumentan que el episodio actual no causa tantas v¨ªctimas como hace 15 a?os. ¡°Para ellos, todo es pura invenci¨®n, como durante el periodo de covid-19, que en su momento fue bautizado como ¡®coronanegocio¡¯ por ciudadanos que acusaban al Estado de querer ¨²nicamente recaudar dinero mediante el pago de las pruebas PCR y las donaciones de socios extranjeros¡±, afirma Ben Ali a este diario.

Para este representante del Estado comorense, el problema sobre el terreno son estas ¡°ideas falsas¡±, que siguen haciendo mella. ¡°Durante nuestras campa?as, nadie quer¨ªa aparecer en nuestro v¨ªdeo de sensibilizaci¨®n. Seg¨²n ellos, si el c¨®lera existiera de verdad, ya estar¨ªamos todos muertos¡±. ¡°Oy¨¦ndoles hablar, parecer¨ªa que los v¨®mitos y la diarrea observados en los pacientes no bastan para afirmar que se trata de c¨®lera. Podr¨ªa ser malaria¡±, relata Ibrahim, un trabajador comunitario.

Algunas organizaciones como Unicef han ofrecido equipos de protecci¨®n individual a las autoridades sanitarias. Abdul Mubarak, especialista que trabaja en esta ONG, explica que han implantado un sistema de llamadas gratuitas a trav¨¦s de una l¨ªnea verde, ¡°para ayudar a la poblaci¨®n a expresar sus preocupaciones¡±. Mubarak teme que el incumplimiento de las medidas de higiene y la atenci¨®n tard¨ªa en los centros de salud hagan que aumenten los casos en la comunidad.

Las Comoras, adem¨¢s de una antigua colonia francesa, es un archipi¨¦lago musulm¨¢n situado en el oc¨¦ano ?ndico y compuesto por cuatro islas: Gran Comora, Moh¨¦li, Anjouan y Mayotte. Esta ¨²ltima est¨¢ administrada por Francia a pesar de la independencia del pa¨ªs, declarada el 6 de julio de 1975, y de las resoluciones de Naciones Unidas.

¡°Vamos a aumentar la sensibilizaci¨®n, que es la ¨²nica manera de disipar los falsos rumores que circulan¡±, promete Ben Ali. Ante la incredulidad de algunos ciudadanos, el Ministerio de Sanidad ha buscado la ayuda de artistas y otras personas influyentes para llamar a la poblaci¨®n a adoptar las medidas de prevenci¨®n, que a¨²n faltan incluso en lugares de riesgo como Volo-volo, el mayor mercado de la capital. En las zonas alejadas, la poblaci¨®n no observa las medidas preventivas, como si la cosa no fuera con ellos.

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