
¡°?No quiero casarme, tengo que ir a la escuela!¡±. El drama de las ni?as afganas vendidas para alimentar a sus familias
Aislada en casa en este campamento de desplazados, una menor se convierte en una boca m¨¢s que mantener, pero comprometerla puede alimentar un hogar durante un a?o. La organizaci¨®n Too Young To Wed (Demasiado joven para casarse) procura que padres que acordaron las bodas de sus hijas por falta de recursos las anulen











