![La mayor¨ªa de las familias refugiadas sirias trabajan en el campo, donde los terratenientes les explotan pagando, cuando lo hacen unas 200 liras ( unos 4 euros diarios).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OWTZTJ222ZCZLMGX726IMWUZ3M.jpg?auth=62a397801453c2696f717c495f35b5b5f40e147b058023097712bc5216d73f6f&width=414)
Heridos de guerra y sin dinero: as¨ª sobreviven los refugiados sirios en la frontera con Turqu¨ªa
Trece a?os despu¨¦s de que comenzara la contienda en Siria y m¨¢s de un a?o despu¨¦s del terremoto, el pa¨ªs vecino acoge a la mayor¨ªa de los 3,5 millones de personas que huyeron del conflicto. Malviven trabajando en la agricultura cuando les necesitan y denuncian la explotaci¨®n por parte de los terratenientes
![Edu Le¨®n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6MPGIAMCFREIZHW63AQAOW6ZDI.jpg?auth=3a16e3a1b57efc387b8967415ab01616382df079f5b41217268ea31e8873611e&width=414)
![Safiya Mustafa, conocida como Safaa, tiene 45 a?os. Es originaria de Alepo, ciudad al norte de Siria, de la que escap¨® junto a sus hijos tras la muerte de su marido. Sin empleo fijo, trabaja en lo que encuentra. Unas veces en el campo, otras en labores dom¨¦sticas. Adem¨¢s de su sueldo, el ¨²nico dinero que entra en su casa es el de su hijo Ahmed, pero no alcanza para alimentar a toda la familia. Dependen de la generosidad de la comunidad siria local, de las ayudas externas y del apoyo de las ONG.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NA5446OSPJGGXACL3DWR3LV264.jpg?auth=005ca0a05d203fc2ac65a81d2e2514080be8b7ffc3e139dd9a2df511cf38f1d0&width=414)
![Limar, de 15 a?os, es hija de Safaa. La familia vive en una casa de Reihanly, donde las ni?as estudian mientras su hermano, Ahmed, intenta ganar dinero trabajando en una peluquer¨ªa en la que barre pelo. Asegura que sus empleadores le maltratan. Limar se centra ahora en aprender ingl¨¦s con la esperanza de poder llegar a Europa en busca de un futuro mejor para ella y los suyos.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5THMU3H4F5ERBGTDHWC7FCBBMA.jpg?auth=788e8b7f142b33e46b19850fbfd07d16dcbc5604666cfb4632f1f89e6049eabf&width=414)
![Abdulmayed Abu Alshaer, de 71 a?os, es natural de Homs, en el oeste de Siria. En 2014, cuando iba a comprar pan, sufri¨® heridas en la cabeza, el torso, el costado y una de las manos por metralla de un misil lanzado por el Ej¨¦rcito de Bachar el Asad. Lleva en Reihanly desde 2016, donde recibe atenci¨®n m¨¦dica. Poco a poco, le van extrayendo los fragmentos de la metralla a¨²n incrustados en su cuerpo. Su familia sigue en Homs.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HCCOQESKZBABTMKAXX5ISPRKMQ.jpg?auth=d2c5d2e4a219b498de5a0f0f220c9781924e77af3b3028b854d2560369aa956c&width=414)
![Esta imagen muestra una de las infraviviendas del campo improvisado de Sajaa, donde viven alrededor de 35 familias de refugiados sirias. Muchas de ellas se instalaron aqu¨ª despu¨¦s de que el terremoto asolara la zona en la que viv¨ªa hace m¨¢s de un a?o.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Q5OCYZG4WFCDHMCOTTOJNLCBXQ.jpg?auth=6cb908b961f1d79934fcb104e5d8f7d745d35db5ef4235b2830efc608a898aac&width=414)
![Mahmoud tiene 29 a?os y tambi¨¦n es natural de Homs. Se enrol¨® en las milicias rebeldes, que luchan contra el r¨¦gimen de El Asad, hasta que durante un permiso fue alcanzado por un francontirador en la localidad de Wa'ar. Las heridas le dejaron sin movilidad en las piernas. Asegura que se acogi¨® a un trato con el r¨¦gimen para sobrevivir: entreg¨® su fusil y se refugi¨® en Idlib, en el noroeste de Siria, hasta que pudo pasar a Reihanly. Despu¨¦s de visitar varios hospitales en ciudades turcas como Gaziantep, Konya y Estambul, los m¨¦dicos le comunicaron que era imposible que volviera a caminar. Ahora, vive en la casa comunal de Reihanly junto a los otros 18 heridos, mientras trabajan en el taller de reparaci¨®n electr¨®nica.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XF7XE7P6XVDJ5ER3GXFOWMMYVE.jpg?auth=b03261913fbd2bbcb560ecce643136e036a98324192869a9c78d3a490970b07c&width=414)
![Abdulmayed (izquierda) es el director del campo turco de Sajaa. Huy¨® de Siria en 2012, despu¨¦s de haber sido gu¨ªa para peregrinos chi¨ªes, cuando vio que las milicias chi¨ªes desembarcaban en Siria para combatir. Afirma que no soportaba ver c¨®mo el ej¨¦rcito del Mahdi, la milicia iraqu¨ª liderada por el cl¨¦rigo chi¨ª Muqtada al-Sadr, obligaba a los hombres a presenciar el asesinato de sus esposas e hijos antes de acabar con ellos. Ahora se gana la vida cargando hojas de parra en sacos. A su lado, Hakmad, con quien trabaja. Consigui¨® entrar a Turqu¨ªa despu¨¦s de varios intentos. Un oficial de la polic¨ªa le llev¨® hasta este campo en 2016 y, desde entonces, no se han movido de all¨ª. A pesar de la generosidad de ese oficial, Hakmad denuncia que la comunidad siria sufre racismo por parte de los turcos, una acusaci¨®n que tambi¨¦n sostiene su compa?ero Abdulmayed.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MH3RQ2SRFRCCLKEWDMLS7JC64E.jpg?auth=b892f95c1b1ae4168ad6ba3da6f1de421c2080ba73737b6b5e830a09f413f008&width=414)
![La mayor¨ªa de las familias refugiadas sirias trabajan en el campo, donde aseguran que los terratenientes les explotan. Cobran, aunque no siempre, entorno a unas 200 liras.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OWTZTJ222ZCZLMGX726IMWUZ3M.jpg?auth=62a397801453c2696f717c495f35b5b5f40e147b058023097712bc5216d73f6f&width=414)
![Una primera alambrada con concertinas bordea cientos de kilometros entre la frontera de Turqu¨ªa y Siria. Esta frontera est¨¢ altamente vigilada por militares turcos ubicados en garitas cada 500 metros.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HTSBFRNZBVHFPDLDKJVGTU3N2Q.jpg?auth=48541d2b4332823e1506cf4ded7a731d8298f9f208d959ddd78ea868d7d3160c&width=414)
![La mezquita de Hayia Turan en Reihanly acoge a creyentes sirios en el rezo de la oraci¨®n, que se hace en ¨¢rabe en vez de en turco.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FKPZ7BLXQNCCLBPPCRBIR6V3P4.jpg?auth=c20ba0f6f3e91979afea1a14b13adead840e7e10a1fd9b2135cf6111db53067e&width=414)
![En el centro de la fotograf¨ªa, Umm Mohammed. Es la directora del centro educativo Life Makers, donde ense?a a leer y a memorizar el Cor¨¢n a mujeres sirias y las entrena en trabajos artesanales y elaboraci¨®n de textiles. Su centro tambi¨¦n da cursos de prevenci¨®n a las mujeres que llegan con hijas para que no caigan en la tentaci¨®n de venderlas. El objetivo es que ellas puedan ganarse la vida con trabajos dom¨¦sticos mientras tratan de enviar a sus hijos a la universidad para mejorar sus perspectivas de futuro. Las distintas organizaciones que trabajan en el campo ofrecen programas de apoyo de la salud mental para las mujeres que llegan con traumas psicol¨®gicos derivados de la guerra.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GBXKUK7N7VCHLGCP5UTUWP6WF4.jpg?auth=3efe8c8aea674247c245ba3514d9b9d5050e55335ce9d4aa1fdc6e5ec4e178e6&width=414)
![Umm Ali, de 53 a?os, es originaria de un pueblo pr¨®ximo a la ciudad de Hama, ubicada al norte de Homs. Hace cinco a?os, su marido muri¨® en un bombardeo del Ej¨¦rcito de El Asad as¨ª que huy¨® de Siria con sus siete hijos. Cuenta que uno de ellos quiere ser el pr¨®ximo presidente de Siria. Dos de sus hijas se casaron, seg¨²n cuenta, para poder salir del campo de refugiados. Mientras, Umm Ali trabaja como agricultora. Los d¨ªas que la reclaman, cobra unas 200 liras.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5MYRYJQHQVEZXFHPBRIN2PEN6M.jpg?auth=4fdd91619bdf18fcaf688178a641adbc0c1d6d381943271135a137f2a9c272fe&width=414)
![Umm Ali toma t¨¦ junto a otras vecinas en su vivienda en el campo de refugiados de Yuneidat.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7TM2TDLHJFHQNGLILLOFCIUKM4.jpg?auth=c52b8e210291d300fb79328be3e499b71a4eada10fc3d8bfe62e9262f0713e50&width=414)