¡®We have a dream¡¯, un documental con historias de ni?os extraordinarios para educar en la inclusi¨®n
La pel¨ªcula, que se estrena este viernes en los cines de Espa?a, reflexiona sobre c¨®mo afrontan la discapacidad seis menores en distintos lugares del mundo y con recursos econ¨®micos muy dispares
¡°Me sent¨ªa como una colilla humana¡±, dice Xavier, un chaval albino de Ruanda de 14 a?os cuando recuerda c¨®mo le miraban hace tiempo en su aldea. ¡°?Por qu¨¦ no me parezco a ti?¡±, le preguntaba entonces angustiado a su madre, que para tranquilizarlo le dec¨ªa que Dios le ¡°hab¨ªa hecho as¨ª¡±. Ahora, con el apoyo de su familia y su escuela, es un ni?o feliz que sue?a con ser m¨¦dico. Nirmala y Khendo, dos adolescentes nepal¨ªes de 13 a?os que perdieron una pierna en el terremoto de 2015, cuentan que tem¨ªan ser el objetivo de las burlas de sus compa?eros tras sufrir la amputaci¨®n de una de sus extremidades. Pero a?os despu¨¦s, preparan con ilusi¨®n un baile para el colegio.
Los testimonios de Xavier y de Nirmala y Khendo son dos de las cinco historias reales de ni?os extraordinarios que componen el documental franc¨¦s We have a Dream, que este viernes se estrena en los cines de Espa?a. Dirigida por el franc¨¦s Pascal Plisson, autor del documental Camino a la Escuela, con el que gan¨® un premio C¨¦sar en 2014, la cinta, que ha contado con el apoyo de la ONG Educo y de la Fundaci¨®n La Caixa, reflexiona sobre c¨®mo afrontar la discapacidad en distintos lugares del mundo y con recursos econ¨®micos muy dispares.
¡°A menudo me pregunto c¨®mo les va a los ni?os discapacitados en otras partes del mundo, si tienen un hermano o una hermana que los animen, si han tenido la suerte, como yo de tener una pr¨®tesis, una silla de ruedas y tratamientos¡±, afirma Maud, una de las protagonistas. La joven, nacida en Francia, padece sordera y sufri¨® la amputaci¨®n de una pierna por complicaciones en el parto. Pero es consciente de que su situaci¨®n no es como la de Nirmala y Khendo, a las que la pandemia les impidi¨® cambiar su pr¨®tesis para adecuarla a su crecimiento, por lo que se vieron obligadas a caminar durante un tiempo con dolor.
Tampoco lo ha tenido f¨¢cil Xavier, que viv¨ªa con su madre y sus dos hermanos en una casa sin electricidad y ten¨ªa que estudiar con la luz del m¨®vil hasta el d¨ªa en que su escuela le regal¨® un panel solar. ¡°Con un poco de ayuda¡± puede lograrlo, explica el director de su colegio en alusi¨®n al empe?o del ni?o de convertirse en m¨¦dico.
Seg¨²n datos de la Unesco, entre 93 y 150 millones de ni?os y ni?as sufren discapacidad en todo el mundo. Muchos de ellos padecen ¡°diferentes formas de exclusi¨®n¡±, en funci¨®n de factores como el tipo de discapacidad, el lugar en el que viven, la cultura en la que se desarrollan y la situaci¨®n econ¨®mica de sus familias. Precisamente con el objetivo de combatir esa discriminaci¨®n, We have a dream forma parte de un proyecto pedag¨®gico dirigido a estudiantes a partir de seis a?os para fomentar el debate sobre las diferencias, la discapacidad y la inclusi¨®n. En Francia, donde se estren¨® en 2023, ya lo han visto 100.000 alumnos.
Plisson, que se ha decantado por historias positivas entre las m¨¢s de 40 que preseleccion¨®, cree que ¡°el amor, la familia, el esfuerzo, la valent¨ªa y la determinaci¨®n¡± son algunas de las claves que explican por qu¨¦ los ni?os del documental encaran su futuro con ilusi¨®n y esperanza. ¡°Se trata de una historia de coraje, de amor de los padres hacia los hijos, de una resiliencia incre¨ªble¡±, a?adi¨® el pasado s¨¢bado durante el preestreno de la pel¨ªcula en Madrid, donde defendi¨® la importancia de la educaci¨®n y la inclusi¨®n para cambiar ¡°la mirada sobre la discapacidad¡±.
Sin amor, los padres de Antonio, un ni?o autista brasile?o, no luchar¨ªan cada d¨ªa porque su hijo reciba la misma educaci¨®n que cualquier otro ni?o de su edad. Refuerza este argumento la madre de Xavier, que afirma que cuando naci¨® su hijo lo quiso ¡°al instante¡± y lo defendi¨® de las cr¨ªticas de sus vecinos, que, movidos por los prejuicios, afirmaban que un ni?o albino traer¨ªa desgracias al poblado.
Y sin coraje, Charles, un ni?o ciego de Kenia, no se esforzar¨ªa cada d¨ªa en entrenar para ganar en el futuro una medalla ol¨ªmpica de atletismo. ¡°No tengo opci¨®n de dejar de serlo¡±, explica en alusi¨®n a su invidencia el menor, a quien ahora apadrina el medallista paraol¨ªmpico keniano Henry Wanyoike, quien tambi¨¦n sufre una discapacidad visual. ¡°Estos ni?os necesitan igualdad, no caridad¡±, asegura el deportista.